Como una “historia mal contada”, los medios vienen dando a conocer declaraciones de la constructora Odebrecht que involucran la fórmula presidencial Dilma-Temer, en el marco de la operación judicial Lava-Jato que investiga los esquemas de corrupción en Petrobras. Los testimonios vienen siendo realizados como parte de un acuerdo de colaboración entre la empresa y la justicia.
Martes 7 de marzo de 2017
Algunos hechos y opiniones dados a conocer en cuentagotas, vienen siendo tratados en forma tendenciosa con el objetivo de dificultar cualquier comprensión real de los hechos, mientras se desarrollan los juegos políticos del poder. El conjunto de filtraciones, presiones a través de los medios y del poder judicial, tensan la soga en el cuello del gobierno Temer para que acelere la aprobación de la reforma previsional.
Temer perdió a sus principales nombres de su gobierno en el último período y ahora su brazo derecho, el jefe de Gabinete Eliseu Padillha, está amenazado por la declaración “espontánea” del amigo de Temer, el exasesor de la presidencia José Yunes, que lo incriminó y salvó al presidente de la República. Los testimonios de la mayor constructora del país pueden poner en riesgo su ya precaria popularidad e incluso la gobernabilidad. Sin embargo, los tiempos y escenarios están aun abiertos, según la capacidad que tenga Temer para realizar la reforma previsional, principal ajuste exigido por el empresariado.
Con la soga cada vez más ajustada, el gobierno está corriendo para aprobar la reforma previsional, con la votación prevista para abril y mayo. Este hecho, que corre en paralelo a los testimonios, es una de las principales piezas de la trama.
El golpe institucional puso a Temer a aplicar ajustes más duros que los que venía haciendo el PT, y la reforma previsional es una de sus principales “tareas”, y una de las medidas más impopulares que un gobierno débil con alto rechazo debe realizar para agradar a los empresarios.
De esta manera, los testimonios de Odebrecht son una jugada para presionar al gobierno, y abren un abanico de posibilidades dentro de la crisis política y de los juegos de poder, que incrementan la incertidumbre.
Los grandes medios levantan hechos y noticias parciales y tendenciosas. El objetivo de la operación judicial Lava-Jato está lejos de ser “hacer justicia” contra la corrupción. La población no tiene el menor acceso a los testimonios o cualquier control de la justicia, cada vez más autoritaria y arbitraria. En este marco, es clave identificar los intereses ocultos: por un lado, aplicar los ajustes impidiendo cualquier tipo de lucha de clases; por otro, reconstruir un régimen político con respaldo frente a la enorme crisis de representatividad.
En los recientes testimonios, el presidente del PSDB y excandidato presidencial por ese partido, Aécio Neves, está acusado de pedir 15 millones para las elecciones en la recta final del primer turno y con el crecimiento de Marina Silva, el minero es uno de los principales “tucanos” que aparece en los testimonios. Por su parte, el gobernador de San Pablo por ese mismo partido Geraldo Alckmin, esta semana dijo que si fuese por él, ya habría realizado la reforma previsional, mostrándose como alternativa burguesa dura.
Aun no podemos afirmar qué ala tucana quedará más desgastada, pero en cada proceso de la Lava-Jato se reafirma la intención de preservar al PSDB, o en este caso salpicar sin ensuciarlos por completo, ahora acusándolos de tener una caja paralela, crimen que el Congreso pretende amnistiar.
Temer vive un gobierno de sobresaltos, con la peor evaluación, perdiendo aliados recientemente. Aun que haya podido imponer la candidatura de Alexandre de Morais en la Corte Suprema (STF), perdió al ministro Geddel Vieira Lima, ahora a Eliseu Padilha, que supuestamente se alejó por enfermedad. Sin embargo, ya queda implícito un posible alejamiento, previendo el resultado de los testimonios y buscando una salida menos caótica. Padilha es uno de los principales acusados, en el testimonio de Marcelo Odebrecht está acusado de haber transferido 10 millones de reales al PMDB de Michel Temer.
El abogado José Yunes, también amigo personal de Temer, está utilizando este elemento para intentar blindar al presidente y separarlo de los casos de caja paralela y soborno. Sin embargo, es como mínimo una provocación a la inteligencia de la población afirmar que Temer no sabría nada de los millones que sus amigos cercanos negociaban después de reuniones de Temer con la cúpula de Odebrecht.
A pesar de que el Planalto, el ejecutivo brasilero, haya declarado que recibió con “alivio” los testimonios, la situación se complica para Temer, entre estar obligado a irse por la crisis política si no logra imponer los ajustes, o quedar colgado en el aire desgastado y bajo amenaza.
Entre estos escenarios, no hay opción “menos peor” para los trabajadores. El propio PT, también acusado en la Lava-Jato, está usando su ubicación tras el golpe para aparecer como víctima y volver a ponerse en pie. Sin embargo, en una reciente declaración, el expresidente Lula da Silva afirmó que se requiere un presidente respaldado por votos para implementar la reforma previsional. Mientras, las centrales sindicales petistas siguen la tregua sin organizar la resistencia a los ajustes. Es parte del doble juego petista que no puede ofrecer ninguna alternativa frente la crisis.
Será clave para impedir la aprobación de la reforma previsional y todoslos planes de ajustes buscados por el empresariado brasilero, que las centrales sindicales y estudiantiles, la CUT, CTB y UNE rompan la parálisis y organicen acciones de masas de los trabajadores y la juventud.