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Red Internacional
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Violencia Machista. El limitado plan contra la violencia machista de Zaragoza en Común

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, ha anunciado una serie de iniciativas contra la violencia machista. Entre ellas, la educación de género dirigida a la policía local.

Nerea Frejlich Zaragoza | @NFrejlich

Martes 26 de julio de 2016

Concentración en la Plaza del Pilar contra los feminicidios. Foto: Twitter

Pedro Santisteve ha anunciado una serie de iniciativas contra la violencia machista, entre ellas se propone, como ejes estratégicos, abordar la educación de género dirigida a la policía local para, según sus promotores o garantizar una mejor atención.

Santisteve considera “plantear la necesidad de que los agentes, cuenten con la formación necesaria para proceder ante un caso de estas características”, y “por añadidura en aquellos eventos y festividades, como las fiestas del Pilar”.

Cada vez son más frecuentes las noticias de agresiones y abusos sexuales durante este tipo de celebraciones. Los casos más mediáticos, como la violación en grupo ocurrida durante las fiestas de San Fermín, en la que había implicado un Guardia Civil, han conseguido llevar la indignación hasta las calles, organizando manifestaciones y actos de repulsa.

Sin embargo, ante lo alarmante de la situación, Zaragoza en Común plantea una medida que por superficial es incapaz de plantear una verdadera solución al problema de la violencia machista, cuyo máximo exponente, los feminicidios, continúa sucediéndose a ritmo vertiginoso, sin que las leyes de violencia de género y ni la actuación policial sean realmente una alternativa, al contrario, siempre acaban siendo insuficientes y tardías.

Por otra parte, esta propuesta, tampoco toca en absoluto la lógica machista con la que Policía y personal de la Justicia suelen tratar a aquellas mujeres que sufren violencia machista, poniendo trabas a la hora de llevar hacia delante la denuncia o estigmatizando a las mujeres. Los últimos datos revelan como la vergüenza, el miedo, las condiciones económicas y la reacción de la policía son elementos que paralizan a las mujeres a la hora de denunciar. El hartazgo de repetir una y otra vez su historia, llegándose a sentirse cuestionadas.

En Zaragoza, como en el resto del Estado, la violencia machista provoca reiterados actos de repulsa, como se vio el último 11 de julio en la concentración convocada por una serie de feminicidios sucedidos ese fin de semana en Zaragoza, Ceuta y Melilla.

La Coordinadora Feminista denunciaba que “en los distintos casos había activadas órdenes de alejamiento sobre sus maltratadores y asesinos” sin que estas evitaran el asesinato Incluso en uno de los casos el feminicidio ocurrió delante de su hijo menor de edad, a las puertas de un punto de encuentro familiar. Como señalan, el “silencio cómplice, sigue culpabilizando a las mujeres, la violencia matrimonial, la violencia bajo amenazas de la custodia de los hijos e hijas, violencia psicológica, violencia judicial, violencia sexual y la punta de la pirámide, los asesinatos”.

En lo que va de año se han sucedido decenas de feminicidios en el Estado español; “681 feminicidios” en los últimos cinco años. Cuatro crímenes machistas en ocho meses solo en Zaragoza Datos que revelan la insuficiencia y las carencias del sistema de protección de las mujeres maltratadas.

Otra propuesta de Zaragoza en Común, sobre las líneas de actuación para el próximo año 2017, provenientes de la concejalía de Igualdad de Zaragoza, será paralizar los recortes que venían afectando de forma grave a la Casa de la Mujer “depauperada, con recortes en el presupuesto y mermas en la plantilla. Trabajaban con una carencia de medios terrible” como reconoce la concejala Arantza Gracia.

También se incluirán cláusulas de género en las contratas del Ayuntamiento, la obligación de que ningún sexo suponga menos del 40% de las nuevas contrataciones en su plantilla –y un 15% sean mujeres en riesgo de exclusión. Unas cuotas que no cambiarán la realidad de la discriminación laboral que afecta a las mujeres que son consideradas “no rentables” por muchas empresas -porque existe la posibilidad de quedarse embarazadas o porque ya son madres-, y a las que afecta históricamente la precariedad laboral.

Además, a partir de septiembre se aprobará un plan de conciliación laboral, basado en la necesidad de tiempo. Según afirma la concejala “casi nadie se plantea que la empresa deba participar en materias de igualdad y de conciliación cuando, en realidad, está en el origen de la precariedad de tiempo”.

Basándose en la realidad estadística la mayoría de las tareas del hogar y cuidados de familiares recae sobre las mujeres. Además, según la EPA en 2014 los contratos a tiempo parcial en nuestro país fueron ocupados mayoritariamente por mujeres, que aceptan jornadas parciales porque no les queda otro remedio. Es decir, se perpetúa la idea machista de que la mujer está obligada al cuidado de los familiares y a las tareas del hogar y por ello necesita tiempo para esta responsabilidad, afectando al desarrollo de su carrera profesional y la obtención de empleo.

Paralelamente a este plan, el gobierno de ZeC también está impulsando otras actuaciones en clave interna del consistorio. Una de ellas fue la creación de la Comisión Delegada de Igualdad que dependerá directamente de Alcaldía y se encargará de políticas de igualdad en los servicios municipales.

Respecto al plan de actuación de vivienda urgente, es la única medida de las lanzadas por el Ayuntamiento que se ocupa directamente de las víctimas de violencia machista. Será el servicio que trabaja en un nuevo procedimiento de emergencia que facilitará y agilizará el acceso, al tiempo que garantizará una mayor autonomía de las mujeres. Queda por definir los presupuestos y actuaciones concretas.

El feminicidio es el último eslabón de la cadena de la violencia machista. Estos planes del Ayuntamiento de Santisteve, demasiado limitados para ofrecer una alternativa real a las mujeres, jóvenes, trabajadoras e inmigrantes, que a la vez son las más afectadas por los recortes en sanidad, educación, ayudas sociales, ponen en evidencia que con medidas asistencialistas es imposible resolver los problemas estructurales del capitalismo.

Lejos de una educación especial para la policía, urge combatir la pobreza y la precariedad femenina que aumentan la dependencia de las mujeres hacia sus agresores, sensibilizar a la población y dar herramientas a las mujeres sin duda también es necesario, visibilizando a la vez la complicidad de las instituciones policiales y jurídicas con los agresores, y señalando también el sistema patriarcal y capitalista que se nutre de esta violencia.