Desde La Izquierda Diario entrevistamos a José Molina, uno de los trabajadores despedidos en La Campana, quienes hoy se encuentran reclamando los salarios adeudados y los despidos ilegales.
Martes 30 de junio de 2020 19:05
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La situación en el mayorista La Campana muestra un caso más de la impunidad que tienen los empresarios. Como se puede ver en la entrevista, los trabajadores sufrieron todo tipo de abusos de parte de la patronal, maniobras ilegales y demora en el pago de los sueldos. Tratan a los empleados como si fueran descartables negándose a dar cualquier tipo de respuesta. Empleados con hasta 40 años de trabajo en la empresa hoy se encuentran librados a su suerte sin perspectivas de cobrar los salarios adeudados, la doble indemnización que les corresponde y sin ni siquiera poder recibir ayuda económica del Estado por seguir registrados como trabajadores activos en relación de dependencia.
Compartimos los puntos más importantes de la entrevista:
Desde hace ya tiempo la empresa comenzó a mostrar irregularidades en el pago a sus empleados. Desde diciembre de 2018 en adelante, a raíz de la cesación de aportes patronales, sus empleados dejaron de tener acceso a servicios de seguridad social, llegando al extremo de dejar sin cobertura médica a la esposa de uno de los trabajadores que se encontraba en tratamiento por una enfermedad oncológica. ¿Tan poco les importan las vidas de las familias trabajadoras?
En diciembre de 2019 se realizó una inspección a la empresa y faltaban los recibos de sueldo de los últimos 3 meses, la patronal respondió que estaban en su oficina y que ya estaban “arreglando con los muchachos”, sus empleados, a quienes simultáneamente llamaba pidiendo que firmen los recibos de sueldos porque si no les cerraban el negocio; les prometieron cheques que nunca llegaron. En anteriores circunstancias ya les habían pagado con cheques a 90 días (¡con la inflación que hay!) de los cuales muchos fueron rebotados causándoles a los empleados problemas de deuda con terceros.
En marzo de este año, junto con el gremio, los trabajadores decidieron ir a paro por el endeudamiento de los sueldos desde noviembre del año pasado (incluido el aguinaldo de febrero). Con esto consiguieron una auditoria con la empresa en el Ministerio de Trabajo, en la cual la patronal firmó un convenio reconociendo la deuda y pidiendo un plazo de diez días para efectuar el pago. Sin embargo, al día de hoy, tras múltiples citaciones y pedidos de prórroga para realizar el pago por parte de la patronal, el pago nunca se efectuó, siendo la última vez que se la vio fue el 27 de abril. Por esto, tras varios intentos fallidos de acordar con la empresa una solución, en mayo los trabajadores se dieron por despedidos.
Se sabe que el dueño de la empresa sigue repartiendo productos de manera completamente ilegal, en una camioneta sin patente y llevando sus productos en conservadoras (cuando lo correspondiente es un camión frigorífico).
“En marzo nos pidió tiempo para pagar, le dimos 10 días y jamás se presentó, después nos agarró la cuarentena y jamás se presentó. Nosotros el 1 de mayo nos dimos por despedidos por telegrama, él nos dijo que no respondía los telegramas porque no tenía plata y que todo lo que nosotros decíamos eran falacias, mentiras".
"Nosotros arrastramos más de 6 meses sin cobrar, sin un peso, no sabemos qué más quieren, que sigamos trabajando gratis".
"Jamás presentaron ningún preventivo de crisis y sabemos que siguen trabajando, repartiendo el patrón mismo los productos".
"La última vez que la empresa hizo los aportes fue en diciembre de 2018, o sea que estuvimos todo el 2019 sin cobertura, sin obra social, sin posibilidad de cobrar asignaciones familiares, incluso un compañero que tiene su esposa con un tratamiento oncológico, no tenía mutual, y tuvimos que buscar por intermedio del gremio y pedir una derivación a un hospital de córdoba, y él mismo bancar los gastos del tratamiento sin tener plata, sin cobrar el sueldo".
"La mayoría tenemos 40, 36, 35, 31 y hasta 14 años de antigüedad. Y la mayoría estamos sin trabajar, haciendo changas, vendiendo ropa o pan casero. Y a varios se les complica por la edad Juan Carlos tiene 62 años y no le dan trabajo, a mi me pasa lo mismo. Maria Helena tiene 57 años. El Anses no nos dio ninguna ayuda porque todavía figuramos como empleados, no pudimos acceder al IFE".