En una entrevista publicada el viernes pasado, el nuevo director presidente de Petrobras nombrado por el golpista Temer, anunció los próximos “regalos” del gobierno brasilero al imperialismo.
Miércoles 22 de junio de 2016
En una entrevista publicada el viernes pasado por el diario de la bolsa de valores neoyorkina The Wall Street Journal, el nuevo director presidente de Petrobras nombrado por el golpista Michel Temer, Pedro Parente, anunció los próximos “regalos” del gobierno brasilero al imperialismo.
Este entusiasmo con el imperialismo no es una novedad en el caso de Parente, quien siempre ha estado ligado a varios monopolios imperialistas, habiendo sido ejecutivo de la multinacional Bunge, líder del agronegocio e industria alimenticia.
Optimizando y profundizando la línea privatizadora iniciada por el gobierno de Dilma, Parente afirmó que la empresa “volverá a ser seria” recortando gastos y vendiendo activos, lo que significa en la práctica entregar las riquezas de Petrobras y atacar con más fuerza a los trabajadores de la empresa con más despidos, como viene haciendo con miles de tercerizados y con el programa de despidos voluntarios para empleados directos.
El presidente de Petrobras confirmó en la entrevista que la empresa recibió tres ofertas de compra para una tajada de la BR Distribuidora y que también están negociando la venta de activos de gasoducto de forma exclusiva con la gestora Brookfield Asset Management Inc., de Canadá, lo que significa la entrega por parte del gobierno golpista de la Nueva Transportadora del Sudoeste, unidad de ductos de gas natural, sin sonrojarse por su entreguismo y sin siquiera escenificar los remates con cartas marcadas como en la década de 1990.
Brookfield Asset Management Inc., fundada como Brascan, fondo de inversiones del capital financiero canadiense, cuyos dos mayores accionistas son el Royal Bank of Canada y el Bank of Montreal, en Brasil es propietaria de la Light, antigua distribuidora de electricidad que hasta los años ’60 dominó el sistema eléctrico nacional, es desde 1899 uno de los grandes explotadores de la rama de transporte y energía de Brasil, que ahora a través del gobierno golpista puede cerrar el “negociado soñado”.
Las instalaciones del gasoducto que será entregado al imperialismo son más nuevas, lo que implica un menos costo de mantenimiento. Además, tiene ganancias garantizadas, sea por la compra de electricidad o por la obligación de que Petrobras mueva los gasoductos. Con los bajos costos de mantenimiento y la renta obligatoria pagada por Petrobras, es un verdadero regalo brasilero a los grandes monopolios imperialistas.
Sobre las decenas de acciones abiertas para inversores norteamericanos, como la Fundación Gates (Microsoft) y la gigante norteamericana de fondos de renta fija Pimco, que compraron acciones de Petrobras en la bolsa de Nueva York, Parente mostró que el gobierno golpista quiere una relación amistosa con el imperialismo, al decir que “la historia muestra que se hacen acuerdos”. Acuerdos siempre benevolentes con los intereses extranjeros y que recaen con peso en las espaldas de los trabajadores.
La agenda de subordinación al imperialismo, iniciada en los gobiernos del PT, se profundiza en el gobierno golpista de Temer, que incluso antes del golpe ya era nombrado en WikiLeaks como informante de la embajada norteamericana y tras el golpe nombró a José Serra, nombrado directamente como defensor de los intereses norteamericanos e imperialistas en Brasil, su ministro de Relaciones Exteriores.
A principio de este mes el gobierno anunció la privatización de las terminales de gas natural licuado (GNL) en Rio de Janeiro y en Ceará y de las usinas termoeléctricas asociadas a las terminales.
Pedro Parente también dejó claro su apoyo al proyecto de ley que eliminaría la participación mínima obligatoria de que Petrobras de 30% en cualquier proyecto en los campos del pre-sal, área marítima de extracción de crudo. Este apoyo se basa en que habría un costo perjudicial a la empresa en el actual momento de “restricciones financieras” en medio de la crisis sin fin de la operación Lava Jato, que investiga los esquemas de corrupción en Petrobras, a través de la cual el poder judicial viene cumpliendo el papel de abrir de par en par las puertas ya abiertas por el PT y Serra a los intereses imperialistas sobre las riquezas del país y Petrobras.
Mientras tanto los sindicatos y las direcciones cutistas siguen con el viejo discurso de defensa de las riquezas del país, pero que para nada se transforma en lucha. Ni antes, en los gobiernos petistas, ni tampoco ahora, con un gobierno golpista que avanza en la entrega de Petrobras.
La CUT y la CTB son conniventes y auxiliares en las privatizaciones ya que no hicieron nada para enfrentar el golpe institucional, con claro interés de avanzar en la exploración imperialista de nuestras riquezas como salida a la crisis financiera y profundizar los ataques a las condiciones de vida de los trabajadores. Ahora estas mismas centrales sindicales pregonan la “oposición responsable”, es decir, nada de lucha y resistencia a la entrega de Petrobras con los métodos históricos de los trabajadores, huelgas, piquetes y manifestaciones.
La tarea inmediata es parar el entreguismo a los buitres imperialistas, pero esa batalla no se puede dar solo con discursos y banderas. Petrobras debe estar al servicio de los trabajadores y la juventud que sufren diariamente la precariedad de los servicios básicos y con los despidos y eso solo se puede dar con un fuerte movimiento antiimperialista y para tirar abajo el gobierno golpista de Temer, que impulse una Asamblea Constituyente que imponga que las riquezas naturales y Petrobras sean 100% estatales, y que cuestione quién administrará la empresa y que no sea más puesta al servicio de los corruptos y explotadores imperialistas. Que aquellos y aquellas que todos los días hacen funcionar a la empresa puedan decidir sobre los rumbos de Petrobras junto con la población, para terminar con los despidos y dar una respuesta a la crisis de Petrobras, que no vendrá de la operación Lava Jato, del gobierno golpista y de los imperialistas, sino de las manos de los trabajadores.