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Red Internacional
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Venezuela

Venezuela. Con el nuevo sistema cambiario se avanza con la devaluación

El Gobierno de Maduro anunció el martes de esta semana un nuevo mecanismo que permitirá al “mercado” determinar el valor del dólar, flexibilizando el control de más de una década y permitiendo un tipo de cambio "libre" que abre el camino, en los hechos, a una fuerte devaluación del bolívar. Sin embargo, la modificación no elimina la estructura de control con varios tipos de cambio, que ocurre cuando el país enfrenta una reducción de más de la mitad de sus ingresos por el desplome de los precios del crudo. Ya Maduro comentó que Venezuela debe prepararse para dos años de precios del petróleo "bajos o muy bajos", una inflación anual que hasta noviembre fue de 64 por ciento, en un país que entró en recesión económica en 2014.

Viernes 13 de febrero de 2015

Fotografía : EFE

Tres tasas diferentes, una de ellas con un dólar en libre flotación

Así, el nuevo sistema cambiario del país anunciado mantendrá tres tasas diferentes para la compra de divisas pero introduce un cambio significativo: se podrán adquirir dólares de forma "abierta y libre" en el tercero de estos mecanismos a un precio que vendrá marcado por el mismo mercado, vía el nuevo Sistema Marginal de Divisas (SIMADI), donde será el mismo “mercado” el que fije la tasa de cambio. El nuevo sistema presentado viene a modificar el mecanismo que desde febrero de 2003 rige en Venezuela y que dejaba en manos del Estado el monopolio en la compraventa de divisas.
El SIMADI complementará lo que el Gobierno considera controlado para importaciones prioritarias (alimentos y medicinas), con un tipo de cambio fijo de 6,3 bolívares por dólar; así como también al Sistema Complementario de Divisas (SICAD), para asignar dólares a las empresas, y a los cupos electrónicos para viajes al exterior a las personas naturales, que comenzará con 12 bolívares una vez que se active el sistema y que variará "progresivamente", alcanzando seguramente tasas mayores que los especialistas consideran que puede llegar en un muy corto tiempo a un promedio de 35 bolívares por dólar. Así se implementa, vía este segundo mecanismo, una devaluación que irá imponiéndose a depender del sistema de la propia subasta.

Pero es vía el SIMADI donde se implementará una mayor y fuerte devaluación del bolívar. "El nuevo sistema marginal de divisas es abierto, libre, donde los oferentes y los demandantes se pueden cruzar entre sí inmediatamente se publique el convenio cambiario correspondiente", anunció el ministro de Finanzas Marco Torrez. La compra y venta de dólares de forma libre no se permitía en Venezuela desde 2010, cuando se prohibió un mercado paralelo que operaban casas de bolsa y bancos a través del canje de títulos valores. Desde entonces surgió un mercado escaso de divisas donde el precio del dólar escaló hasta llegar esta semana a 186 bolívares por dólar, 30 veces por encima de la tasa oficial más económica. Los sectores empresariales, de una manera perversa y especuladora, usan ese dólar paralelo como referencia para determinar los precios de los productos que están fuera de la regulación oficial, cuando esos mismos productos los adquieren con dólares preferenciales otorgados por el gobierno.

Legalizando el mercado paralelo, una superdevaluación

La ilusión del Gobierno es que con la apertura de este tercer sistema llevará a un retroceso del precio del dólar paralelo: "creemos que esto va a tender a estabilizarse en un período de tiempo", afirmó el presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Nelson Merentes. Con una oferta diaria entre 30 millones y 45 millones de dólares según voceros oficiales, el Gobierno espera satisfacer la demanda de empresas y personas que para participar sólo deberán tener cuentas bancarias en dólares abiertas en instituciones financieras venezolanas.
Pero lo que se hace con este nuevo sistema es legalizar el mercado paralelo, pues las propias autoridades declaran que al reabrirse un mercado legal y con oferta de dólares del Estado, las autoridades financieras proyectan que el precio del dólar paralelo puede bajar hasta un rango de 120 a 140 bolívares. Sin embargo, para el primer día de operaciones este jueves el Sistema Marginal de Divisas (SIMADI) comenzó operaciones a una tasa de Bs. 170,03 por dólar, según informó el Banco Central de Venezuela (BCV). No se equivocó el Gobierno vía el presidente del BCV señalando que la tasa del SIMADI podría ser muy parecida al del mercado paralelo, lo que consideró que “sería un incentivo para acudir al nuevo mecanismo”. Al mismo tiempo sostuvo que que si los precios del sistema marginal y el mercado paralelo “son muy parecidos, no tiene sentido irse a un mercado ilegal habiendo un mercado legal”.

El SIMADI vendrá a imponer una superdevaluación pues según declaró el presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, Ricardo Sanguino, el resultado del precio del dólar producto de las transacciones que se hagan en el mercado de libre flotación o SIMADI, servirán para fijar los precios de los productos y bienes y servicios que se adquieran con estas divisas, cuestión que fue ratificada también por el presidente del BCV.

Además, y esto es muy importante, con este nuevo sistema el Gobierno busca aliviar su propia carga económica, pues el propio BCV y la petrolera estatal PDVSA tienen previsto vender en ese tercer mecanismo. Esto también permitirá aliviar el flujo de caja en bolívares de la principal compañía del país, tal como ya lo establece el Convenio Cambiario Nro. 30. Es lo que resaltan analistas internacionales reportados por la agencia Reuters: "La devaluación es enorme", manifestó un gestor de fondos de bonos de Aberdeen Asset Management. "Le ofrece al país más recursos fiscales y evita un enorme pico de inflación".
Analistas políticos con vínculos con la oposición y voceros de sectores empresariales han resaltado los aspectos que consideran positivos de los anuncios gubernamentales.

Así, Luis Vicente León –presidente de Datanálisis- declaró que “Es una buena noticia que comiencen las operaciones de mercado abierto, pero hay que esperar su implementación para entender su real dimensión”, cuestionando la existencia de tres tipos de cambio, pues abogan por un único tipo de cambio que fluctúe “libremente”. Por su parte el presidente de la principal patronal venezolana, Jorge Roig, manifestó que ve "partes positivas" en las modificaciones hechas al sistema de control de cambios” del país, refiriéndose al SIMADI, aunque exige la liberación completa del control de cambio. Es en el tipo de cambio de fluctuación libre donde tienen puesta todas las expectativas los sectores empresariales.

El chiste de Maduro: “No es devaluación”

Tras la publicación del Convenio cambiario Nro. 33, que regula el mecanismo del SIMADI, en su artículo 5, establece que “Los tipos de cambio de compra y de venta de divisas del mercado al que se refiere el presente Capítulo serán aquellos que libremente acuerden las partes intervinientes en la operación…”. En esta reglamentación divulgada el miércoles de esta semana establece que los operadores podrán acordar "libremente" el valor del dólar y el instituto emisor podrá intervenir en el mercado para "evitar o contrarrestar" cualquier movimiento que genere "potenciales perjuicios para el sistema financiero y la economía nacional". El sistema permitirá a los bancos vender desde un mínimo de 300 dólares en efectivo diarios a las personas físicas y hacer operaciones entre las empresas que sean clientes a partir de 3.000 dólares diarias, según un aviso oficial conjunto del Ministerio de Finanzas y el BCV.

Si tomamos en cuenta que del conjunto de las importaciones solamente alrededor de un 26% aproximadamente se hace para alimentos y medicinas, para lo cual, según el gobierno se usará el dólar preferencial de 6,30 bolívares, para el 74% restante de las importaciones se hará tanto vía el SICAD y el SIMAD, y será este el tipo de cambio el que se le repasará a los precios de los productos. Por eso es que es un chiste de mal gusto la de Maduro cuando habla que “no se trata de una devaluación”, cuando en verdad es completamente todo lo contrario, devaluando por esta vía el salario de la clase trabajadora y los ingresos de las amplias mayorías populares.

El Gobierno, con esta medida, aplica una dura medida económica que solo lleva a satisfacer a los sectores empresariales y al propio fisco, pues le permite fácilmente aumentar el erario público. Vemos así que la crisis la paga el pueblo trabajador y no los que realmente la causaron y que durante todos estos años, en complicidad con el Gobierno se llenaron los bolsillos. Hablamos de los grandes sectores empresariales, tanto los tradicionales como los surgidos al calor del chavismo (que en su momento se les llegó a poner el mote de boliburguesía), los grandes bancos que vieron aumentar sus ingresos sideralmente, y vía los mecanismos de corrupción también importantes sectores de la alta burocracia estatal.

Se vienen días duros para el pueblo venezolano que en el último período, incluso antes de que se apliquen las medidas económicas ya se sienten golpeados por la crisis, más aún tras esta fuerte devaluación que se ha impuesto. La lucha para defenderse de los ataques implica que la clase trabajadora del país tiene que avanzar en sus niveles de organización y saber levantar un programa que esté a la altura de los golpes que se le buscan asestar.

En ese camino, por la experiencia de esta década y media, solo lo puede hacer confiando en sus propias fuerzas, en sus propias organizaciones, de una manera independiente tanto del Gobierno nacional como de la oposición derechista que con un discurso demagógico busca engañar al pueblo cuando en verdad su propuestas son medidas muchas más duras aún.