La Izquierda Diario entrevistó a Magdalena de Santo y Marisol Senson. Ellas organizaron una besada/escrache en la pizzería Kentucky, lugar de donde las echaron por besarse.
Miércoles 24 de diciembre de 2014

¿Cómo fue el episodio de discriminación?
Marisol: Fuimos a cenar, a comprar unas porciones de pizza y una cerveza, nos besamos y vino un mozo a susurrarnos y nos dijo: “Que era un lugar familiar y no podíamos besarnos”. Nos indignamos, en el momento se solidarizó una pareja hétero que había preguntando si los besos de ellos molestaban, les dijeron que no, que eran nuestros besos los que molestaban y que nos vayamos. Ahí pedimos el libro de quejas, salimos atravesadas pensando qué hacemos con esto y decidimos visibilizar el tema.
¿Por qué una besada?
Magdalena: Es una manifestación propia del colectivo. Por un lado, por un beso nos echaron y por otro lado, es una herencia del colectivo LGTBI. Los kissing que se hacen en la marcha, etc. Además, no fue sólo una besada sino también un escrache, es decir placer con un contenido político. Pensamos una performance para cuidar la cuestión civil. Ese día hicimos una asamblea y fue todo consensuado, pensamos que en el local haya una pareja besándose todo el tiempo, y afuera la fiesta, éramos como 200 personas.
Marisol: Volanteamos, bailamos, yo me acercaba a los coches y a los taxis y cada uno se manifestaba como lo sentía.
¿Cuál fue la respuesta de Kentucky?
Magdalena: Ese día cuando llegamos, Kentucky nos informa que habían echado al encargado que había mandado al mozo a echarnos. El mozo actual, nos dijo que ese encargado era mal compañero.
Todo el tiempo la empresa quería hablar sólo con nosotras y nosotras que hable con todxs los presentes, ahí piden el micrófono. Decidimos de forma instantánea que, antes de darle voz a la empresa, reparen la horrible cena que pasamos días antes. Entonces pedimos pizza para todxs como condición. Cuando las trajeron, el nuevo encargado quería salir del clóset ante nosotrxs, dio un discurso informando que habían echado al otro tipo (cosa por la que protestamos) y besó al sonidista de prepo. Aclaremos que el ambiente de trabajo Kentucky es muy hostil, contratan personas en su mayoría paraguaya y las tienen en negro. No contratan mujeres, no contratan personas trans. Como conclusión de la manifestación y el revuelo mediático, la empresa pidió perdón por su página de Facebook “A las personas que se sintieron ofendidas…”, cuando en realidad nos discriminaron y echaron. Después, el “caso Kentucky” quedó como un mal manejo de crisis. Un modelo de lo que no hay que hacer.
Marisol: Todo el tiempo le aclaramos a Kentucky que no hablara solo con nosotras. Después de la acción Kentucky pidió disculpas por Facebook con un cartel que decía perdón, parece un chiste. Una agresión más de este tipo de cadenas.
¿Por qué piensan que el escrache tuvo buena recepción?
Marisol: Creo que tuvo llegada porque estas cosas están pasando a diario. El torterío se siente tocado, y eso sumó. Nos sacamos el velo y dijimos vamos a salir a manifestarnos, sin organizaciones.
Magdalena: Porque fue en Almagro, en el centro, en una pizzería muy popular. Era una acción clara directa y con un objetivo: repudiar actos de lesbofobia. Fue un día antes de la marcha del orgullo, y este año la marcha no tuvo objetivo claro para las activistas independientes.
¿Estuvieron participando de las otras besadas como la de Pancho Crazy o Mostaza?
Marisol: Después del escrache de Kentucky se hizo un segunda besada en Pancho Crazy donde no participamos. Nos abrimos porque había un partido político de por medio que no me representa. Me interesa la autogestión colectiva. Por otra parte, en el escrache de Mostaza no ayudó mucho que la Federación convoque en un horario laboral: llegamos tarde. Lo paradójico de esta acción es que convocaron públicamente pero no aceptaron consensuar demasiado.
Magdalena: Las chicas discriminadas en Pancho Crazy militan en el Miles, de D’Elia e iban a organizar los escraches impulsando la acción desde su secretaría de género. Y a su vez, conciliaron con los dueños de Pancho Crazy que la besada iba a ser pacífica.
Por otro lado, en Mostaza fue discriminada una chica trans, Fernanda y su pareja, y se le suma que la policía fue quien la quiso retirar del lugar, exponiéndola a la misoginia y la transfobia. Cuando decidimos ir, empezamos a preocuparnos por la estrategia, si pedíamos clausura o qué, porque a su vez intuimos que muchas empresas están aprovechando este momento para promocionarse.
¿Tuvieron apoyo de organizaciones como la Federación o la CHA?
Magdalena: No, somos independientes, no pertenecemos a ninguna organización. Se acercaron muchas personas, Pecoraro, los Putos Peronistas, las chicas de Brandon, todos ayudaron a difundir, pero no hubo ningún apoyo institucional. No pensé iba a tener tan buena recepción. Nosotras esperábamos el peor escenario, teníamos miedo de que caiga la cana.
¿Qué opinan del rol que jugó la Federación en el escrache de Mostaza?
Magdalena: A Mostaza fueron mayoritariamente personas de la Federación, con sus stickers y globos para sacar fotos adentro. Cuando entraron la seguridad del local las atacó e insultó. La pasaron muy mal y pese a ello, una chica de la Federación dijo que se logró el objetivo. Yo creo que hay que ir por más.. Con todos los recursos materiales y legales que tienen, pienso que se podría haber echo algo más contundente.
Marisol: En Mostaza disfrazaron a un pibe de Tigre para que baile con ellxs, una burla total. Cuando llegamos estaban escribiendo el libro de quejas. A mi me parecía raro que no hablara Fernanda que fue la chica que sufrió la discriminación, y sí la Federación.
El colectivo LGTBI logró conquistar la ley de Identidad de Género y la ley de Matrimonio. Se habla mucho de la visibilización, pero ¿creen que con eso es suficiente?
Marisol: Con una ley no se soluciona todo. Creo que por que se sancione una ley no cambia la cabeza de las masas. Pero mi pregunta seria, como llegas al resto de la gente? Con respecto a lo de Kentucky, yo no estoy conforme, yo no estoy de acuerdo con denuncias y me replanteo qué hacer. En lo personal estoy sin trabajo, la inserción laboral es difícil y en ese sentido la visibilidad no alcanza.
Magdalena: Para mí es importante pensar cómo nos vamos a posicionar como activistas independientes ante la ley antidiscriminación, que es la nueva ley que nos ampararía en estos casos como los de Kentucky. Existen tres proyectos de ley que dicen qué se hace cuando se discrimina a alguien por su identidad sexual. Quizá, a personas como Fernanda o Marisol, que es una torta masculina, la ayudaría económicamente y resarciría de algún modo la violencia laboral a la que están expuestas sistemáticamente. Pero no se. Si bien pertenece al Código Civil, no es penal y nadie iría preso, refuerza un discurso punitivo y la lógica del castigo. Eso también tiene efectos materiales para toda la comunidad. Tendría que estudiarla mejor.
¿Cómo piensan seguir?
Marisol: Esta experiencia fue muy emocionante y satisfactoria, nueva para mí. Igualmente con un grupo de chicas, hacemos una movida llamada” Martes de futbol Descolonizador” que también es autoconvocada en contra de las rejas en las plazas y ocupando espacios públicos . También hicimos un evento “comando antipajero” que consistía en salir a escrachar las calles con mensajes antipatriarcales.
Magdalena: El 24 de diciembre para quienes no se sienten convocadas en la Navidad, organizamos una cena anti-especista que no se centre en el consumo, la familia tradicional y la celebración religiosa. Feliz abortidad, será una reunión de tortas autoconvocadas que seguimos exigiendo un Estado Laico, que aborte la navidad y nos deje abortar a nosotras, que deje de meternos en la rueda loca del consumo hetero obligatorio. Lo hacemos en el Parque Centenario, también en contra de las rejas y ocupando los espacios públicos que son nuestros.
Entrevistó: Tomás Máscolo.