En un concierto dado por la cantante Kany García hace unos días en el país, se le vio vistiendo una camiseta con la leyenda que decía “En Limón nos matan y nos violan”. A raíz de esta declaración se vino una ola de críticas por parte de la población costarricense en donde el enfoque principal fue basado en el nacionalismo y la xenofobia. Dejando así de lado el cuestionamiento principal y es que a las mujeres nos matan y nos violan en cualquier parte del mundo.
Jueves 19 de mayo de 2022
No ignoremos que el machismo y la misoginia son estructurales, es por esta razón que las mujeres llevamos las de perder siempre, sin importar en que parte del globo nos encontremos.
Para dar un ejemplo, en la última semana han ocurrido algunos casos de violencia patriarcal en el país, uno de ellos se dio en Barra de Parismina de Siquirres de Limón en donde dos turistas estadounidenses sufrieron un ataque sexual por cinco hombres mientras hacían voluntariado para cuidar a las tortugas.
El otro, fue un femicidio ocurrido en La Aurora de Heredia, hacia Rosibel Picado Montes de 33 años quien es la quinta víctima de femicidio en lo que van del año. Rosibel fue asesinada por su pareja sentimental en horas de la madrugada con un arma punzo cortante.
Tenemos también a María Fernanda Quesada Gutiérrez de 28 años, vecina de Garita Vieja de Tamarindo, en Santa Cruz, Guanacaste quien también fue asesinada por su pareja utilizando igual, un arma blanca.
Continuamos con Annette Elena Benavides Chacón de 40 años vecina de Jardines 2 de San Rafael de Heredia quien también fue asesinada a puñaladas por su compañero sentimental.
Seguimos con Oriana del Carmen Salguero Vega de 43 años, vecina de la León XIII, en Tibás, de San José, quien también fue asesinada por su pareja con un cuchillo.
Y así de esta manera es como las mujeres somos las víctimas de una ola de violencia patriarcal que no discrimina por nacionalidad, edad, ni color de piel, sin importar de donde vengamos, o en que parte del mundo nos encontremos somos las principales víctimas de una estructura que está en contra nuestra.
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Esto no es una guerra de mujeres contra hombres, esto es una lucha de mujeres en contra del Estado quien es parte de esta estructura que nos violenta y nos oprime; las mujeres si bien mueren a manos de hombres, también mueren realizándose un aborto clandestino porque el mismo Estado nos prohíbe el acceso a uno legal seguro y gratuito, y el Estado tampoco garantiza que las víctimas de violencia doméstica puedan salir de ese entorno porque no les aseguran refugio, ni un trabajo digno.
Debemos dejar de enfocarnos en el machismo como un problema individual y empezar a verlo como lo que es, un problema estructural.