Panorama Económico. El plan Guzmán para domar al dólar: endeudamiento y beneficios a los especuladores

Semana de relativa calma para el billete verde con venta de bonos en dólares cuyas tasas al vencimiento serán altas y más emisión de deuda en pesos. El acuerdo social convocado por Cristina, que comenzó con el desalojo en Guernica, fue una señal política del rumbo oficial para cumplir con las demandas de los grandes empresarios.

Mónica Arancibia @monidi12

Viernes 30 de octubre de 2020 22:15

El dólar paralelo tuvo una cierta calma esta semana, el blue cayó a $ 169 ($ 26 menos que el viernes pasado), los dólares financieros bajaron, el contado con liqui cedió a $ 147,70, y el MEP a $ 143,23.

La reducción de la brecha en estos días se logró con aumento de tasas, la venta de bonos en dólares al sector privado que antes estaban en manos del Banco Nación y la Anses, la emisión de deuda en pesos y también hubo pedidos desde la Comisión Nacional de Valores a las sociedades de Bolsa para que limiten la operatoria de los fondos extranjeros en el contado con liquidación y el MEP.

Este lunes la vicepresidenta publicó una carta convocando a un acuerdo social que incluya “al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales de la República Argentina”. Un acuerdo con los mismos empresarios que presionan por una mayor devaluación. La represión y desalojo en Guernica avalada por el Gobierno dejó en evidencia lo que significa ese acuerdo: palos para los de abajo y proteger las ganancias empresarias.

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Otra señal al establishment fue la aprobación del Presupuesto 2021 en Diputados con importantes recortes del gasto. Una hoja de ruta de más ajuste que cumple con los requisitos del FMI para seguir la negociación de la deuda.

La tregua cambiaria de estos días no significa que se resolvió la falta de dólares, fue un conjunto de medidas que postergan la agonía y amasan futuros problemas.

Deuda y más deuda

Guzmán para reducir la brecha cambiaria vendió bonos que estaban en poder del sector público al privado. Según especialistas, es una manera de endeudamiento con tasas que rondan el 15 % y 17 % anual. Es decir, un desfalco de recursos públicos en un mundo con tasa de interés cercana a cero.

Se trata de bonos que antes tenían la Anses, el Nación, y el Banco Central. Con esta operación sube la deuda pública en manos privadas, se "reprivatiza" deuda que tenía el Estado. Esto significa que hay un crecimiento importante de los pasivos y no solo por la deuda emitida sino que se agrava por el cambio de poseedores de la deuda preexistente. Por su parte, también con estas operaciones se erosiona el patrimonio, por ejemplo de la Anses, es decir el dinero de los jubilados.

Esta semana el Gobierno licitó bonos dólar linked a tasa cero en dólares, pero no se conoce la tasa en pesos ya que está relacionada a la devaluación del peso. Así, Guzmán logró alrededor de U$S 1.660 millones, la emisión del bono dólar linked fue superior a U$S 1.000 millones. Según analistas, el costo final del Gobierno sería superior al 80 % en pesos si se considera que el bono está atado al dólar oficial a 2022 y se proyecta el dólar futuro esperado. La emisión de bonos superó el presupuesto universitario para el año próximo.

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Además, la próxima semana se conocerán las condiciones de la licitación de deuda en dólares por U$S 750 millones que hará Guzmán el 9 y 10 de noviembre, con la cual se busca una salida a los fondos de inversión Pimco y Templeton. Son los fondos que ingresaron para hacer grandes negocios con la “bicicleta financiera” durante el gobierno de Macri y no pudieron salir de Argentina ante las restricciones cambiarias que dispuso el expresidente. Se estima que esos fondos suman entre U$S 6.000 y U$S 8.000 millones, según publicó Alejandro Bercovich. Guzmán ahora los premia con una licitación a medida, se espera que los inversores minoritarios no puedan participar. En noviembre habrá cinco subastas de letras y bonos.

Este festival de bonos de Guzmán para reducir la brecha cambiaria hoy anticipa nuevas tormentas. Los bonos están en descenso y los precios se acercan a los valores de default. Los bonos que se venden son los atados al dólar ya que los “mercados” apuestan a una devaluación y se beneficiarán con el salto del tipo de cambio.

Otro elemento que puede ser explosivo más adelante y se está utilizando para domar el billete verde es la intervención del Central en el mercado de futuros. Es una herramienta que si a la fecha de vencimiento del contrato el precio del dólar es mayor a lo acordado entonces el BCRA pagará la diferencia, se paga en pesos. Es decir que si hay una devaluación la autoridad monetaria pagará y ganan los que apostaron a la suba del tipo de cambio. Estas operaciones ya generaron trastornos en la política monetaria cuando el Central fue presidido por Vanoli, Sturzenegger y Caputo.

Ante la inestabilidad de la economía hay dudas sobre la capacidad de pago de los bonos argentinos, que recientemente se reestructuraron. Un análisis realizado por Adrián Yarde Buller, economista jefe de Grupo SBS, advirtió que las posibilidades de ver un default en los próximos 10 años es del 91 %, según publicó el diario El Cronista.

Alejandro Kowalczuk, head de Asset Management de Argenfunds señaló que "pese a la reestructuración de la deuda, vuelve a estar en duda la capacidad de pago, porque la contracara de seguir manteniendo un nivel de déficit elevado (6 % para el 2021) será más endeudamiento, por lo que cuando volvamos que tener que hacer frente a pagos significativos de compromisos en dólares (2025), no habrá recursos para afrontarlos, ni interés en el mercado por rollear los vencimientos".

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Para los voceros del capital la solución es un mayor ajuste, una devaluación y un acuerdo con el FMI. Sin embargo, esta opción implica graves consecuencias para la clase trabajadora, un golpe al salario, más pobreza y recesión. El endeudamiento sin fin y nuevas concesiones a los especuladores no termina bien como ya se demostró en Argentina. Por eso es necesario el desconocimiento soberano de la deuda.

Un acuerdo antiobrero

El Gobierno con la brutal represión en Guernica respondió que está dispuesto a poner en pie el acuerdo social que propuso Cristina Fernández con todos los sectores incluidos “los miserables” como Techint.

El presidente ya se reunió con Paolo Rocca y Alfredo Coto, quien le dijo a Fernández que en Argentina no puede estar en duda el derecho a la propiedad porque “le pone mucho ruido a la economía”. El empresario habrá aplaudido el avance de las topadoras de Berni y Kicillof sobre las casillas precarias de miles de familias como lo difundieron sin grieta la mayoría de los medios de comunicación este jueves.

El pacto social con los empresarios tiene el objetivo de lograr un consenso entre las diferentes facciones de la burguesía y las direcciones sindicales para descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores.

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Guernica dejó al desnudo la falsa promesa de Alberto Fernández en su discurso de asunción de “empezar por los últimos para llegar a todos". Al contrario de eso, decidieron desalojar a los que nada tienen para construir instalaciones lujosas para los poderosos, cumpliendo así con el reclamo de la burguesía de defensa de la propiedad privada.

Una propiedad privada, que como escribió Marx en el Manifiesto Comunista “está abolida para las nueve décimas partes de sus miembros; existe precisamente porque no existe para esas nueve décimas partes”.

La salida del gobierno y las patronales a la crisis ya está sobre la mesa. No hay que repetir la historia, los trabajadores y los sectores populares tenemos que movilizarnos por nuestra propia salida a la crisis.