El pleno parlamentario de este lunes ha puesto bien en claro la ruptura entre ambas formaciones. La lucha por la hegemonía catalana se puede llevar por delante las instituciones catalanas.
Lunes 27 de enero de 2020
Los acontecimientos de este lunes han acabado por demostrar que no hay posibilidades de acción unitaria entre Esquerra Republicana y Junts per Catalunya. Ambas formaciones, ya habiendo perdido las formas, están en una lucha decidida para conquistar el “Palau”, el de la Generalitat. Nunca fueron partícipes de llevar la guerra de las chozas al palacio, sino más bien de conquistar éste “obscuro objeto del deseo”.
El lunes era el día en que se cumplía el ultimátum de la Junta Electoral. Y, desde temprano el señor Xavier Muro, Secretario del Parlament catalán, se puso a “trabajar” para cumplir con los plazos. Muro está bajo las órdenes del President del Parlament Roger Torrent. Y, a primera hora preparó una carta dirigida a la Mesa para informarles de las acciones que tomaría para quitar el acta de diputado al President Quim Torra.
Más tarde, se realizó la reunión de la Mesa del Parlament, liderada por Roger Torrent. En la misma, los representantes de JxCat plantearon la necesidad de proteger a Torra y las instituciones catalanas contra el ataque de la JEC y el Supremo. La formación de Oriol Junqueras acabó aceptando el dictamen de la JEC y se sumó al grupo de los que quieren echar a Torra, esto es a Ciutadans y el PP.
Esquerra lo que no quiere es desobedecer al Régimen del 78 y seguir con el enfrentamiento. Los republicanos han encontrado más satisfactorio negociar con Sánchez, los presupuestos de la Generalitat y los del Estado, dejando, claro está, el referéndum para las “calendas griegas”. Digamos que Pujolismo es Junquerismo. Por eso, el portavoz republicano Sergi Sabrià planteó que era importante preservar las decisiones del Parlament que votará presupuestos próximamente, aunque para ello Quim Torra pierda su condición de diputado.
Pero que nadie se engañe, la postura rastrera de Esquerra Republicana, no quiere decir que la postura de JxCat sea “heroica”. Nada que ver. JxCat también invistió a Sánchez como Presidente, cuando lo desalojaron a Rajoy (junto con el voto de Junqueras) y también acordó con Sánchez el operativo represivo de Mossos y Policía Nacional contra los jóvenes del 14O.
Ni unos, ni otros pretenden ejercer la voluntad popular del 1O, ni movilizar al pueblo catalán para ejercer el democrático derecho de autodeterminación. Ambas formaciones están en una lucha descarnada por la dirección del “procès” y por ocupar la poltrona del Palau de la Generalitat. Y, en ésta lucha, van codazos y patadas por lo bajini y no tanto, para ver quién conquista el voto catalán. Nada más y nada menos.
El pleno ha evidenciado la ruptura entre ambas formaciones. Y, la suspensión del mismo es un intento de ganar tiempo para acomodar la situación política más favorable a cada uno. No es claro que haya elecciones anticipadas en lo inmediato. Aunque, sí es cierto que Torra ha quedado maltrecho al perder su escaño. Lo cual da para pensar que no se tardará mucho en convocar elecciones autonómicas.
El grupo republicano tiene a favor que las encuestas del CEO le han dado muy favorables. De ser así, pareciera que las negociaciones con el PSOE no le han afectado mucho. No obstante, no pueden olvidar que en las elecciones europeas en las que Carles Puigdemont fue candidato, ellos perdieron claramente. La lucha por el relato de quién es más independentista de manera efectiva está a la orden del día, desde hace tiempo, pero ahora mucho más.
Por su parte, Junts per Catalunya está midiendo cómo ha quedado su imagen para poder competir mejor en la carrera por el poder. El problema que tienen es que esta formación política, procedente del PDeCAT, está muy dividida. La dirección en Waterloo, Artur Mas calculando que pronto se le acaba su inhabilitación y cada uno por su lado.
Otra de las probables consecuencias que tiene ésta tensión, es la estabilidad del flamante gobierno de coalición del PSOE-UP. El Presidente Sánchez espera aprobar los presupuestos generales del estado antes del verano. Paro esto necesita el apoyo de Esquerra Republicana. Y, si ésta se encuentra en plena competencia por la Generalitat, se le puede ser muy difícil de tragar. Lo cual haría prorrogar los presupuestos de “Rajoy” y peligrar la legislatura que este mes ha comenzado a andar después de dos elecciones y unas largas negociaciones.
En ésta realidad, también se encuentra los deseos y expectativas de una parte importante del pueblo catalán que quiere ejercer la autodeterminación nacional. Hasta ahora ha sido muy obediente a las direcciones burguesas y pequeñoburguesas de ERC y JxCat, salvo los jóvenes del 14O. Veremos cómo actúa en estos días.
La crisis de las direcciones independentistas y la crisis orgánica del Régimen del 78 darán nuevos fenómenos políticos y de la lucha de clases. Preparémonos para turbulencias políticas y sociales.