Opinión. El pride ya pasó ¿Qué hacemos con todo este orgullo?

La Marcha de la diversidad se llevó acabo el pasado 25 de junio. Recordemos que esta marcha es de las más multitudinarias que hay en Costa Rica y efectivamente, la marcha del orgullo más grande de centroamérica, y este año no fue la excepción, lo cual sigue siendo una prueba vigente de la masividad y de la oposición de peso a los sectores conservadores y antiderechos en la asamblea legislativa.

Este año, el evento tuvo la particularidad de que se marchó por la misma vía en sus dos direcciones opuestas. Por una parte, la orientación de la dirección que posee la marca registrada de “la marcha de la diversidad”, tuvo una distribución impuesta por ella misma, donde literalmente hubo espacios reservados para empresas que se quieren mostrar “gay-friendly” pero el resto del año abusan de los derechos laborales de sus trabajadores, embajadas de Estados imperialistas que no tienen reparo en bombardear países empobrecidos, de ONGs y otras organizaciones políticas; sin embargo, la orientación de la dirección de llenar de contenidos distintos a los que tuvo el movimiento LGBTI en sus orígenes en Stonewall, no logró cooptar la aceptación de las personas ajenas a las empresas, embajadas u ONGs que asistieron a la marcha, puesto que se abrazó con amplia aceptación las ideas de izquierda como la lucha por el cupo laboral trans o incluso el apoyo a las personas refugiadas. Por otra parte, el otro sentido de la marcha vino integrada por manifestantes que propiamente marchaban de manera crítica a las orientaciones de la dirección de la marca registrada, exigiendo reivindicaciones más específicas para la comunidad.

Es importante que como comunidad nos apoyemos de los elementos más avanzados para poder defendernos de todos los ataques a nuestra comunidad, los cuales vienen del gobierno que pretende recargarle la crisis en los hombros de la clase trabajadora, en beneficio del empresariado con políticas como la jornada de 4x3 que vendría a explotar aún más a la clase trabajadora con jornadas laborales de hasta de 12 horas, eliminando puestos de trabajos que perjidicaría a todo el pueblo trabajador y en particular a la población transexual que de por sí, sufren de una discriminación histórica que no les permite tener acceso al trabajo, lo que evidencia la necesidad de hacer unidad con el resto de la clase trabajadora para luchar por jornadas de 6 horas para que las horas restantes se repartan entre la población desempleada, y el cupo laboral trans para asegurarnos que la comunidad trans no se quede por fuera de estas exigencias tan necesarias.

Por otro lado, los ataques a la comunidad LGBTI también vienen de los sectores conservadores en la asamblea legislativa que pretenden garantizar las torturas a las personas sexualmente diversas para "curarles", a través de las mal llamadas terapias de conversión, por lo que también queda en evidencia la necesidad de levantar una campaña permanente para poder defender a las personas LGBTI de esas torturas, y garantizar que estas prácticas sean abolidas de una vez y por todas; por lo que además, es necesario lograr también que las iglesias estén totalmente separadas de los asuntos políticos y públicos pues es por medio de su influencia, que los sectores conservadores se pueden organizar en instancias como la asamblea legislativa e impulsar desde ahí, los ataques a nuestros derechos y calidad de vida.

Ahora que el mes del pride finalizó, es necesario que nuestras fuerza y orgullo no finalice junto con el mes, que la pasada gran marcha nos moralice para activar de manera permanente la lucha por nuestros derechos.

En este sentido, la experiencia de salir a las calles con reivindicaciones que representen los intereses y necesidades de la comunidad, se debe profundizar y así establecer un espacio permanente donde las personas cuyos derechos se ven atacados por los sectores conservadores de la asamblea legislativa y el gobierno ajustador, puedan encontrar precisamente una plataforma para poder salir a defender sus derechos. Por eso proponemos un encuentro nacional LGBTI, donde podamos discutir reivindicaciones tales como el cupo laboral trans, separación de las iglesias y el Estado, abolición de las terapias de conversión y por la unidad de la clase trabajadora y todas sus luchas, para poder construir una alternativa real a la miseria que puede ofrecer un sistema que se basa en la explotación y opresión de millones y millones de personas alrededor del mundo.

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