Los dirigentes de las federaciones estudiantiles que componen el Confech aprobaron en la sesión del sábado 17 de marzo reunirse con el Ministerio de Educación, pese a ser dirigido por el Piñerismo. ¿Es esta la vía para el movimiento estudiantil conquiste sus demandas?
Domingo 18 de marzo de 2018
El primer Confech desde el retorno de Piñera
"Vamos a ver una agenda general para enfrentar los 100 primeros días de Gobierno de Sebastián Piñera. Dentro de eso puede caber alguna movilización, pero no está del todo zanjado. De hecho, tenemos la intención de ver la posibilidad de citar una reunión con el Ministerio antes de llegar a una posible movilización". Con estas palabras Alfonso Mohor, presidente de la FECH y militante de Movimiento Autonomista anticipaba uno de los debates que tendrían cabida en el último Confech.
Y así fue. Reunirse con el Mineduc y plantearle las demandas del movimiento estudiantil al Ministerio de Educación, presidido por Gerardo Varela fue una de las resoluciones del último Confech realizado en Antofagasta en las dependencias de la Universidad Católica del Norte.
La reunión tendría por objetivo realizar un hito mediático como una de las primeras actividades del movimiento estudiantil desde el retorno de la derecha al gobierno, para así volver a generar simpatía de parte de la población hacia el movimiento estudiantil. Ya que según Mohor "una de las tareas más pendientes (que tiene la confederación) está en lograr hacer sentido nuevamente en la ciudadanía".
A reunirnos con…¿Varela?
Sin embargo, Mohor ya advertía de un riesgo: “Podría ser que, muy al contrario de lo que nosotros buscábamos, el Ejecutivo, con el tipo de implementación que tenga de la reforma, termine profundizando el mercado educativo y la competencia entre instituciones".
Lamentablemente Mohor no da cuenta en su votación que más que un riesgo esto podría concretizarse en un hecho a ciencia cierta, en donde el Confech da mayor prioridad a una reunión con el neoliberal Varela, que a conformar una gran coordinación de estudiantes, trabajadores y movimientos sociales desde las bases en todos los lugares de trabajo, estudio y sectores poblacionales.
Si lo que el Confech busca es hacerse del apoyo de la población no debe dirigirse a un ministerio presidido por la derecha, sino que volver a los espacios de base, coordinación y auto-organización. La derecha no tiene nada que ofrecernos y la experiencia del 2011 da cuenta de eso.
Con la detención y golpes que sufrió el compañero secundario Tadeo Villanueva, que justamente es compañero de militancia de Mohor, podemos dar cuenta de que la intención de Piñera y su séquito de empresarios no está puesta en dialogar; en lo más absoluto, sino que su respuesta sigue siendo la misma que la de su anterior gobierno: la más clara y brutal represión policial.
Además, desde antes de asumir ya se dejaba ver de parte de Varela su intención por defender, e incluso hacer todo lo posible por profundizar el mercado educativo que hoy transforma un derecho como la educación, en una mercancía, por la cual debemos pagar millonarios aranceles o bien endeudarnos por años. ¿Para qué perder el tiempo sentándose en la misma mesa que este defensor del lucro en la educación?
“El tiempo de las marchas ya pasó, (...) se quiere ver a los estudiantes en las aulas”. Gerardo Varela en entrevista con LaTercera.
Y entonces ¿qué hacemos?
Muchas lecciones se pueden extraer del 2011 –que es justamente la experiencia con la que cuenta el movimiento estudiantil con Piñera gobernando-, entre las que se encuentran: la falta de una gran unificación entre estudiantes y trabajadores y la parlamentarización de las demandas del movimiento estudiantil, de la mano principalmente del Frente Amplio y las Juventudes Comunistas, trasladando la lucha hacia las estrechas dependencias del congreso creando la ilusión de que en el parlamento conquistaremos nuestras demandas.
Es por esto que las bancadas estudiantiles como las del Frente Amplio y las Juventudes Comunistas deben estar a disposición de las luchas de los estudiantes, trabajadores, mujeres, entre otros, para fortalecer nuestras demandas, y no a disposición de entablar mesas de negociación o reuniones con quienes históricamente nos han negado nuestros derechos, como la derecha, y que además, ha demostrado ser un callejón sin salida para los movimientos sociales.
Es por esto, que en este “segundo tiempo” debemos poner estas lecciones al centro de la organización. El centro de gravedad no puede ser trasladado al parlamento, sino que debemos poner en pie una gran coordinación a escala nacional en las calles entre estudiantes, trabajadores, el movimiento de pobladores, de mujeres, entre otros. Si queremos “recuperar el apoyo de la ciudadanía” esa es la forma, no repitiendo lógicas que sólo han entorpecido la lucha de los estudiantes.
Seamos una gran fuerza organizada en las calles. La derecha y los empresarios no tienen nada que ofrecernos. Debemos decir fuerte y claro: ¡No pasarán!