La Izquierda Diario estuvo el 12 de octubre en Loma Campana (Vaca Muerta), para reflejar la lucha de la comunidad Campo Maripe por su inscripción legal y el otorgamiento de la personería jurídica como pueblo originario, que el gobierno se negaba a realizar y se comprometió a otorgar en los próximos días, luego de dos días de cortes en el acceso al yacimiento Loma Campana.
Jueves 16 de octubre de 2014
Aprovechamos la ocasión para hablar con Luisa Huencho, del Lof Newen Mapu de Neuquén Capital e integrante Confederación Mapuche, sobre el rol de las mujeres en la lucha mapuche. Estas fueron sus palabras.
Luisa Huencho: Históricamente la mujer mapuche ha sido parte de la lucha, solo que, diríamos, tiene menos prensa. Siempre se han visto otros nombres. Si vamos a la historia de hace 500 años del pueblo mapuche lo escuchamos a Lefxaru, o mal llamado Lautaro, escuchamos a Kaupolikan, pero no escuchamos los nombres de Janequeo o de Fresia que eran sus compañeras. Entonces no se conoce la historia de las mujeres mapuche. Y en este tiempo contemporáneo las mujeres siempre hemos sido protagonistas de la lucha, y en el mismo caso de Campo Maripe, las lamgen, las ñañas, son siete mujeres y el único varón es el Longko. La figura visible es él, pero tiene toda esa fuerza detrás, de su familia, de sus hermanas. Acá las mujeres tienen problemas de salud por la contaminación, tienen cáncer, pero a su vez tienen una fortaleza. Y a nosotras que somos más jóvenes nos dan esa fortaleza ellas.
El rol de las mujeres siempre ha sido ese, de estar, de acompañar, y dentro de la estructura que tenemos nosotros como pueblo decimos que somos como un complemento. Hay una mujer vieja y una mujer joven, un hombre viejo y un hombre joven. A veces son unos más visibles y otros más invisibles, pero el protagonismo siempre está, la voz de la mujer siempre está, y de hecho las decisiones las tomamos en conjunto, y a veces por número somos más mujeres.
Acá y en muchos lugares la fortaleza ha sido también de las mujeres. Otras luchas históricas, como la de Pulmarí, las decidieron las mujeres. Esa historia se cuenta desde otra mirada, el otro que no la vivió, pero nosotras que conocemos la historia sabemos que las mujeres, las ñañas, las mujeres mayores sobre todo, tienen esa forma de poder dirigirse al resto. Nosotras no queremos hacer a veces más visibles a las mujeres, porque nosotras somos un complemento. Lo que nosotras sí resaltamos es ser un complemento de género, y también de edades.