El balotaje entre Scioli y Macri puso de manifiesto diferencias entre la rectora y el vicerrector. El triunfo de Macri devela algunos movimientos.
Maximiliano Olivera @maxiolivera77
Sábado 19 de diciembre de 2015
En la recta final del balotaje entre Daniel Scioli y Mauricio Macri se cristalizaron las diferencias políticas entre la rectora Alicia Bardón y el vicerrector José García. Bardón formó parte de un spot en apoyo al candidato del Frente para la Victoria, rodeada de funcionarios de La Cámpora en la UNT. Por su parte, García compartió un almuerzo con Esteban Bullrich, actual ministro de Educación.
La rectora tuvo que salir a dar explicaciones a los cuestionamientos que se hicieron por derecha o por izquierda. Con el diario del lunes (24 de noviembre), García se anotó un poroto. La “revolución de la alegría” no se limitó al vicerrector. El decano de la Facultad de Ciencias Económicas, José Jiménez, subió a su cuenta de Twitter una foto: “Decanos de la UNT festejando el triunfo de Cambiemos”. Se lo podía ver levantando la copa con Adela Seguí (decana de Derecho), Rosa Castaldo (decana de Psicología), Olga Paterlini (decana de Arquitectura) y Beatriz Silva (decana de Educación Física), entre otros comensales. Seguí y Jímenez se mostraron contrariados por la designación de jueces en la Corte Suprema que realizó Macri, pero el árbol no debe tapar el bosque.
El siguiente chispazo se dio sobre el destino de los funcionarios del rectorado que integran La Cámpora, quienes por ahora siguen con el visto bueno de Bardón. Lo interesante fue que García ni afirmó ni negó sus intenciones de ser el próximo rector y sostuvo que su relación con Bardón es meramente institucional.
¿Cortocircuitos desde antes?
A fines de julio, el periodista Federico Türpe daba cuenta a través de una serie de tuits sobre “fuertes temblores en el gabinete”. “No puedo seguir acompañando con mi silencio los desaguisados de su gestión” le habría dicho García a Bardón, y acusó a la rectora de no tener estrategia ni autocrítica, “es autoritaria, miope y autista”. García habría rematado diciendo que el que avisa no traiciona. Esto habría sucedido frente a todo el gabinete.
Llegada nacional de mano del radicalismo
García definió a su primer almuerzo con Bullrich como “muy cordial”. El día lunes García retomó los vínculos con el gabinete nacional al participar en la asunción de Albor Cantard como secretario de Políticas Universitarias (SPU) de la Nación. El ex rector de la Universidad Nacional del Litoral llegó a la SPU tras la impugnación de Juan Cruz Ávila, rechazado por el radicalismo universitario, entre otros.
Quién también estuvo en el segundo piso del Palacio Pizzurro fue el ex diputado nacional tucumano Luis Sacca acompañado por su correligionario José Ricardo, ex rector de la Universidad de San Luis y actual diputado nacional. Ambos se reunieron con Cantard.
Sacca utilizó a la UNT como trampolín político. Recorrió el itinerario entre la Franja Morada, la Federación Universitaria de Tucumán, el Consejo Directivo y la Facultad de Derecho. Llegó a ser funcionario del rectorado en 2002 hasta 2011, año en que resultó electo como diputado nacional. Algunos sostienen que Sacca nunca abandonó del todo la UNT.
Un recorrido similar realizó José Cano, actual titular del Plan Belgrano. Para otros, los destinos legislativos fueron más modestos. La ex decana de Psicología, Adela Estofán de Terraf resultó electa para la legislatura provincial al integrar un acople de la UCR.
Sacca se mostró entusiasmado por el nombramiento de Cantard, al que valoró como “un reformista como nosotros”, despojándolo de la “neutralidad” con la que lo invistió Bullrich. Se sabe que las pretensiones de encarnar las ideas de la Reforma Universitaria son parte del léxico radical.
Sin desplegar todas las cartas, el radicalismo universitario se apresta a salir del letargo y recuperar posiciones de poder.
