Miércoles 25 de febrero de 2015
Desde el boom de denuncias a funcionarios del gobierno y a la propia presidenta por parte de la corpo judicial, hasta el relato K del “golpe blando”, intentan montar una guerra donde ambos bandos, lejos de defender intereses opuestos, están involucrados en una trifulca electoralera que no impide que a la hora de los bifes sigan actuando en perversa connivencia. El FPV y la oposición tradicional siempre tuvieron a su disposición a la Justicia para armar causas a los luchadores, mandarlos a espiar, archivar expedientes contra funcionarios públicos o absolverlos, etc. La actual disputa no puede ocultar que oficialistas y opositores gorilas, al igual que el Poder Judicial tiran todos para el mismo lado. En Tucumán, donde el kirchnerismo se recostó sobre los mas rancio del PJ para gobernar, 9 años de encubrimiento de los responsables del femicidio de Paulina Lebbos, muestra a las claras esta profunda y siniestra connivencia de poderes.
Se mutiló su cuerpo y se manipuló la escena donde fue hallado, se cambiaron las actas que se labraron ese día, no se preservaron los cabellos ajenos a Paulina que se encontraron (lo que impidió que 8 años después no fueran aptos para tomar una muestra de ADN), se tardaron años en hacer los cruces de llamadas telefónicas solicitados por la querella, se amenazaron a los testigos. Policías, funcionarios políticos y judiciales implicados. En palabras del propio Alberto Lebbos “si hoy no hay pruebas para imputarlos, es porque ellos mismos las destruyeron”.
El pedido de elevación a juicio oral de la causa, en la que están imputados el ex Ministro de Seguridad Eduardo Di Lella, el ex jefe de Policía Hugo Sánchez, el ex subjefe de Policìa Nicolás Barrera, el ex jefe de la Regional Norte Héctor Brito y el ex sargento Hugo Rodríguez es un paso adelante en el reconocimiento de lo dicho anteriormente. Sin embargo, simultáneamente solicitan el sobreseimiento a la familia del “Zar” que deja impunes a los hijos del poder. De darse (acompañado de un gran operativo mediático) serviría para lavarle la cara a la familia gobernante luego de años de señalamiento popular. Considerando que se da en el marco de un año en el que se juega la sucesión del gobierno nacional y provincial ¿no estamos ante un intento de cerrar la crisis abierta por el caso Lebbos para preparar una sucesión lo más tranquila y ordenada posible? Después de todo, es notable que Alperovich haya declarado que él “siempre confió en la justicia” y frente a la guerra de desgaste abierta entre el oficialismo y el partido judicial se haya mostrado mucho menos reacio que Cristina ante el 18F.
Por su parte, el Acuerdo Cívico y Social (FA-UNEN a nivel nacional), que pretende disputar la gobernación en los próximos comicios, ha participado en eventos convocados por los familiares de Paulina. Pero esto no constituye más que un acto oportunista, utilizando el reclamo legítimo de justicia para golpear al gobierno. Porque lamentablemente, Paulina, NO es la excepción. Porque en la provincia de las redes de la trata, los femicidios y la violencia de género, de los incontables casos de gatillo fácil, el partido de Cano no deja pasar oportunidad para hacer bandera del reclamo “contra la inseguridad” (principal eje de su campaña). Y en eso tiene claro acuerdo con el Alperovichismo cuando piden a gritos mano dura contra los trabajadores y la juventud, reforzando penas, bajando la edad de imputabilidad o en su proyecto de meter cada vez más y más policías en las calles, aumentándoles el sueldo a la misma policía que sostuvo la impunidad en el crimen de Paulina, que sostiene las redes de trata que secuestraron a Marita y a cientos de mujeres, que maneja el narcotráfico en la provincia, que tortura jóvenes en las comisarías, que encubre secuestros como el reciente caso de Concepción.
El ACyS no solo marchó junto a genocidas como Bussi el 18F, intentando capitalizar las ilusiones de renovación del régimen de un sector de la clase media, sino que incluso uno de los partidos que lo integran –Libres del Sur- era integrante del gobierno de Alperovich en el 2006 y no se retiraron del gobierno hasta 2 años después. La bandera de justicia por Paulina vale cuando son oposición pero se ocultó mientras eran oficialismo.
¿“Inseguridad ciudadana”?
Cuando la descomposición de la policía se hace tan evidente, los mismos que alientan a su fortalecimiento salen a hablar de la necesidad de “reformarla” para recomponer su imagen. El Ministro Público Fiscal Edmundo Jimenez nombrado por el oficialismo anunció la creación de una “policía judicial” con presupuesto autónomo que funcione como una suerte de “policía científica”. El Ministro de Seguridad Ciudadana Paul Hofer estableció un acuerdo “estratégico” con la UNT a cargo de Alicia Bardón para educar a la policía con una Licenciatura en Seguridad Ciudadana que complementa una serie de convenios que incluyen la militarización de los predios universitarios. Esta política de represtigio se suma tardìamente a la ya iniciada por CFK en pos de la “reconciliación” pero difícilmente logre seducir a la clase media y mucho menos recomponer una institución completamente podrida.
Esa descomposición policial es la que está completamente entrelazada con la descomposición social que inunda los barrios generando el pequeño delito y que en forma simplista termina enfrentando marginados contra pobres en su forma más brutal: los linchamientos. Desde la izquierda tenemos que combatir el sentido común impuesto que carga con toda la responsabilidad sobre el individuo, dejando de lado que el paco, el crimen organizado, la liberación de las zonas, el narcotráfico están organizados desde el propio estado, desde la propia policía y que eso NO TIENE REFORMA. Las campañas contra la “inseguridad ciudadana” sigue siendo agua para otro molino.
Los trabajadores, la juventud y las mujeres por una salida propia
En la provincia de Paulina Lebbos, de Pamela Laime, de Ismael Lucena, de Marita Veròn las mujeres y los jóvenes tenemos cientos de motivos para levantarnos, y tenemos grandes puntos de apoyo para salir a luchar. Ya protagonizamos una movilización enorme para rechazar la absolución de 13 proxenetas, ya luchamos en la Universidad durante meses contra la violencia de género denunciando la complicidad policial en las redes de trata, nos solidarizamos una y mil veces con Alberto Lebbos padre de Paulina.
Es sobre la base de esta experiencia que nos proponemos poner en pie una gran corriente juvenil que en la provincia y a nivel nacional pelea por la perspectiva de terminar con los privilegios de los funcionarios, fiscales y jueces. Una juventud combativa que se organiza contra la represión y la impunidad en los barrios y universidades. Que repudia claramente el sentido común clasemediero de la inseguridad y que tiende sólidos lazos de solidaridad con los jóvenes más plebeyos de Tucuman. Una juventud, que reivindica que los trabajadores debemos hacer NUESTRA política.
En víspera de un nuevo aniversario del crimen de Paulina desde la Juventud del PTS en el Frente de Izquierda, junto a decenas de trabajadores y las mujeres de Pan y Rosas nos preparamos para participar de una gran movilización, que ponga en evidencia que los trabajadores, la juventud y la izquierda también se movilizan, contra los fiscales encubridores que encabezaron el 18F, los partidos de la oposición tradicional que los secundaron y contra el gobierno que sostiene la impunidad.