Esta recomendación debe empezar avisando: “Si querés llorar, llorá”. No hay manera de ver los primeros minutos de esta película y no hacerlo. Yo he vivido en dictadura siete años y aún hoy, cada tanto, algo de esos días oscuros retorna a mi memoria. Cuesta ponerse en la piel de quienes vivieron casi cuatro décadas bajo la dictadura de Franco en España. Quien realizó esta película era un niño cuando la guerra civil terminaba. Basilio Martín Patino es el responsable de este film armado con material de archivo “intervenido” y música. La música del film son canciones populares que en argentina resonaban en los oídos de quienes se exiliaron, en sus familiares y en el barrio. Canciones que se reconocían, hasta, sin saber bien de quien eran o de donde venían. El cruce que arma el cineasta entre el sentido que nos proponen las imágenes y el decir de las letras es lo más interesante. Sin descartar el efecto que otorga el coloreado de imágenes de archivo.

Realizado en la clandestinidad el film solo se pudo ver en España al morir Franco. Gracias a un poderoso trabajo de edición de archivo podemos ver en la misma peli a: Celia Gámez, Imperio Argentina, Miguel Frías de Molin, Estrellita Castro, Rosa León, Concha Piquer, Marta Flores, Lola Flores, Juanita Reina, Germán Cobos, Manuel Azaña, Camilo José Cela, Winston Churchill, Gary Cooper, Salvador Dalí, Miguel de Molina, Celia Gámez, Juanita Reina, Rafael Durán, Nani Fernández, Joan Fontaine, Cary Grant y Rita Hayworth entre otros.

Radiografía sensible y lúdica de aquella posguerra. Un film original que apela a la complicidad con el espectador. Una película que es una posibilidad de reencontrarse con un collage de signos y señales rescatados del olvido: canciones de patio de lavado, de exaltación patriótica, de devoción religiosa, de formación escolar; anuncios radiofónicos; escenografías del hambre, del miedo, de la desolación. Y en medio de todo eso Cantar y sobrevivir.

“Rompo las historias para invitar a reflexionar”, supo decir este cineasta muerto en 2017. Dejo aquí su web.

Colaboración: Alfredo Fonticelli