En 2014, Gutiérrez de la Torre fue señalado por sus vínculos con una red de prostitución que operaba al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Después del escándalo y las múltiples denuncias en contra del político, se reincorporó al PRI en 2017. El caso se reabrió actualmente, representa una oportunidad de justicia para las mujeres que han sido víctimas de este tipo de violencia y alertar a muchas otras sobre cómo operan estos delincuentes.
Sábado 17 de octubre de 2020
Hace unos días la Fiscalía capitalina ha decidido retomar el caso de un personaje priista conocido por operar una red de trata de personas, él es Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, también conocido por su linaje como Rey de la Basura, exlíder del PRI en la Ciudad de México.
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Claudia Sheinbaum declaró que se realizará una investigación a fondo y que es compromiso de la Fiscal General, Ernestina Godoy, con las víctimas y la justicia. Mientras el ex líder priista busca amparo contra las declaraciones en su contra.
Es importante se retome, ya que, en nuestro país, y en específico en la CDMX las desapariciones mujeres y las redes trata de personas van en aumento al amparo de la militarización y el aumento de la policía en la Ciudad. Día tras día, mujeres, niñas entre 15 y 19 años son las más vulnerables a ser raptadas y comercializadas para satisfacer a empresarios, políticos y pederastas de la más baja calaña y esto no debe quedar impune.
Una familia basura
Desde su corrupto, proxeneta y violento padre Rafael Gutiérrez Moreno, quien fue líder de más de 5 mil pepenadores durante los años 70 y 80, a quienes mediante vejaciones y amenazas exigía les regalaran a sus hijas y en su delirio de tener 180 hijos tuvo 56 antes de ser asesinado, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre reproduce este negocio de la violencia hacia los más vulnerables, trabajadores de la basura, y mujeres en situación de desempleo, a quienes reclutaba con engaños para formar parte de su red de trata desde el corazón del edificio priista en la Ciudad de México.
Modus operandi
Esta red de prostitución se reveló en el año 2014, desde el 2002 ya se habían presentado denuncias por acoso laboral en contra de este personaje. Su modus operandi, él, junto con su equipo Sandra Vaca Cortés (ahora diputada) y Priscila Martínez recibían a las mujeres quienes llegaban mediante un anuncio en el “aviso oportuno” donde se les ofrecía ser recepcionistas o edecanes en las oficinas del PRI en Ciudad de México. Tremenda sorpresa cuando se les explicaba en qué consistía en trabajo “ofrecer servicios sexuales: orales y vaginales” al entonces presidente del PRI capitalino Gutiérrez de la Torre con el argumento de ser mujeres de “mente abierta”, minimizando los riesgos y el delito que esto conlleva.
A pesar del escándalo que se generó y su retiro momentáneo del cargo, Gutiérrez de la Torre salió impune a pesar de las valientes denuncias de mujeres víctimas, testigos y múltiples evidencias encontradas en su contra. El tejido de corrupción y contubernio de este personaje en las esferas políticas es muy grande y, sorprendentemente, reapareció a la vida política a inicios de 2019 con total impunidad, tras su ausencia desde 2014 ante las denuncias contra él.
Contra la impunidad
Este caso, al ser reabierto, abre una oportunidad de justicia para las mujeres que fueron sus víctimas y alertar a muchas otras sobre cómo operan estos delincuentes. Pero el caso de Gutiérrez de la Torre es botón de muestra de una situación extendida en nuestro país, donde hay un entramado de complicidades entre las redes de trata, la policía y el estado.
Los casos de Itzel González, desaparecida hace ya 6 meses en Oaxaca, Jessica González, víctima de feminicidio en Morelia y Xitlali Ballesteros quien fue encontrada sin vida en Guanajuato, dan muestra de la situación aterradora que viven las mujeres en nuestro país. En el caso de Itzel, sus familiares piensan esta con vida y fue raptada por alguna de estas células de trata de personas, un delito impune que al parecer, se ha institucionalizado y Gutiérrez de la Torre representa.
Hoy las autoridades capitalinas anunciaron con bombo y platillo que harán justicia en este caso, mientras el pasado 28 de septiembre reprimieron una movilización de mujeres que ente otras cosas exigía alto a la violencia; y donde además no podemos olvidar que en esta ciudad hay cientos de casos más ligados a las redes de trata de personas, como es el caso de Pamela Gallardo Volante que desapareció hace casi tres años en un festival de música en la Alcaldía Tlalpan cuando aún era gobernada por Claudia Sheinbaum, y dónde su familia ha denunciado que su desaparición está ligada a una red de trata que opera en la ciudad y las autoridades les han dejado solos en la búsqueda.
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Desde Pan y Rosas hacemos un llamado a solidarizarnos con las víctimas y sus familias a no olvidar y sobre todo exigir justicia, y frente a la desaparición de mujeres, las redes de trata y el feminicidio proponemos impulsar comisiones independientes integradas por organizaciones de mujeres, de derechos humanos y familiares de las víctimas, que investiguen estos casos, no podemos seguir confiando en las instituciones que por años y años han demostrado perpetuar la violencia en contra de nosotras. Hacia el 25 de noviembre día de lucha contra la violencia hacia las mujeres, a sumarnos todas y todos a las mujeres que exigen justicia a gritos en las calles.