Días antes del proceso electoral, el dirigente del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) virtió su posición ante las elecciones. Pasadas las mismas es necesario hacer un escrupuloso análisis de su posición.
Jueves 11 de junio de 2015
Días antes de la contienda electoral y en el marco de movilizaciones en repudio a las elecciones y por la aparición con vida de los cuarenta y tres normalistas de Ayotzinapa, Francisco Hernández Juárez (FHJ) explica en un video a sus agremiados su posición como dirigente no sólo de su sindicato, sino de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) e integrante del Frente Amplio Social Unitario (FASU).
En el video comienza dando un panorama general en el cual se llevarán a cabo las elecciones, dando cuenta de las masivas movilizaciones por la aparición con vida de los 43 normalistas desaparecidos y el duro cuestionamiento al régimen, movilizaciones de las cuales se hicieron parte los trabajadores telefonistas; como el 20 de noviembre, cuando el STRM paró y se movilizó a nivel nacional. Después refiere a la heroica lucha de los jornaleros de San Quintín.
Afirma que el descontento a raíz de los acontecimientos más recientes tendrá su correlato en las urnas, reconociendo todas las expresiones de lucha, desde el boicot, la anulación del voto, hasta lo que él llama “voto diferenciado”, que consiste en votar por candidatos, no por partidos. Planteando la necesidad de votar por candidatos de izquierda, revisando sus propuestas y con el compromiso de presionarlos para que cumplan las mismas.
Hernandez Juárez reitera una y otra vez que pese a que la posición de la dirección de la UNT es el voto diferenciado, “ninguna expresión puede ser condenada, ninguna expresión puede ser satanizada” y que descalificar cualquiera de las variantes de repudio a las elecciones, significaría una afectación en la unidad.
¿Qué hay detrás de su discurso progresista y de “unidad”?
Francisco Hernández Juárez es el representante de una burocracia sindical que durante años llevó a los trabajadores telefonistas tras los partidos patronales, utilizando el sindicato como botín político frente al mejor postor. Intentando mostrar una imagen “democrática” frente a la base, coquetea entre la delgada línea de aparecer como un líder sindical imprescindible para cualquier partido y por otro lado aparecer como el líder responsable que defiende los intereses de la base telefonista. Lo cierto es que el líder sindical aprendió mucho de su mentor Fidel Velázquez, en cuanto a los métodos represivos hacia dentro del sindicato y en el juego con el gobierno.
FHJ fue diputado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y expresó su apoyo incondicional a candidatos de dicho partido. En 2011 en un acto público llamo a votar por Ángel Aguirre, quien hoy está implicado en la desaparición de los normalistas. Recientemente, en mayo de este año, llamó a votar por el candidato del PRD en Guerrero.
Frente a la coyuntura que abrió la lucha por la aparición con vida de los cuarenta y tres normalistas y especialmente ante el impacto de esto entre la base telefonista, decidió aparecer con su careta de líder sindical sensible con las causas sociales. Para evitar que el descontento lo desborde, se vió obligado a llamar a paro del STRM el 20 de Noviembre del 2014.
Ante las elecciones navegó por un lado con bandera de dirigente democrático dispuesto a generar unidad con todas las expresiones de lucha y repudio al proceso electoral, llamando al “pleno respeto” de las mismas. Y por otro lado, postula su política para subordinar a la base telefonista a los partidos del régimen, llamando a votar a “candidatos de izquierda”. De esta forma fue impulsor y complice de unas elecciones impuestas sobre la base de la militarización del país, que ahogó las protestas contra las elecciones en sangre y fuego.
Si el discurso de FHJ intenta mediar con las demás expresiones de descontento es porque seguramente sectores de trabajadores telefonistas se inclinaron por repudiar la trampa electoral mediante la anulación, la abstención o el boicot, y ante eso debía cuidar su imagen de líder opositor al gobierno. A esto se le une el descontento en la base telefonista, al haber dejado que la patronal arrebate la edad de jubilación de los trabajadores por plazas para el sindicato.
Hoy más que nunca es necesario que los trabajadores de base del STRM se organicen para conglomerar el descontento que se tiene frente a la dirección de FHJ.
Es muy importante que desde abajo se pelee por recuperar el sindicato de las manos de la burocracia juarista, que utiliza la fuerza de los trabajadores para enriquecerse, y transformarlo en una herramienta de lucha. Y pelear por democracia sindical para que no se persiga a los trabajadores críticos de la dirección juarista, abogar por la unidad de las filas trabajadoras, peleando contra la precarización laboral que se sufre en lugares como LIMSA o CTBR.
Resulta indispensable conquistar la plena independencia de clase, para que los sindicatos no sigan siendo el botín político de los partidos patronales.