Historias como esta se repiten a diario en las redes y portales de noticias y son replicadas por miles de mujeres indignadas que se hacen eco del calvario que atraviesan las víctimas de violencia de género en cada uno de los fallidos intentos por salvar sus vidas.
Martes 21 de octubre de 2014
Tuve una bebé, una inmensa alegría. Pude tener con ella esos momentos de felicidad de verla y cuidarla.
Mi alegría duró poco, él me pegaba, me pegaba hace mucho, trataba de disimularlo. Realmente me asusté cuando me pegaba embarazada, pero solo fue miedo.
Si me ayudaba, me contenía, gracias a él tenía para comer, tenía donde dormir, es el papá de mi bebé… y tenía razón en sus enojos, yo a veces no me sentía bien y lo necesitaba. Había perdido mi vida, mis elecciones, mi sonrisa.
Esas noches de enojos, decía cosas feas sobre mí, me amenazaba, pero sentía que debía ayudarlo, que no era de quien me había enamorado y que debía ser paciente para que no se enoje. Me pedía disculpas, me daba cariño y yo muchas veces no lo contenía, lloraba, lloraba mi bebé, la comida se enfriaba, muchas cosas no podía resolver.
El día que amenazó con pegarle a mi bebe, realmente decidí decir BASTA.
Tomé coraje, agarré su bolsito y me escapé por la ventana, esperé el colectivo, muerta de miedo. Llegué a la comisaría y me tomaron una exposición, luego me dijeron que vuelva a mi casa que todo iba a estar mejor.
En la puerta me enteré que existe una subsecretaría de la mujer. Decidí dejarlo para el día siguiente. Esa noche fue calma y él se fue a la madrugada.
Salir por la puerta me hizo sentir que todo podía mejorar, que quizás alguna puerta se abría.
Llegué a las siete con mi bebé nerviosa, yo pensando esta era mi última salida.
Me atienden, me dicen:
— Andá a la comisaría.
— Ya fui, este es el papel.
— Pero una expo no me sirve, querida. Andá y sacá numero. Pasate por familia, ¿él estuvo tranquilo ayer? Ah, no es urgente, en este caso la orden de restricción tarda 48 horas.
— Pero tengo el labio roto y me siento mal.
— Bueh pero el doctor no te va a atender antes de ir y hacer los papeles en familia. Sacá fotocopia de esto, aquello y espera, no ves que las mujeres están todas mal, no seas egoísta.
Me fui, pensando o queriendo pensar que eso me ayudaría.
A la noche llegó borracho, la nena lloraba como loca porque le faltó comida, yo estaba con mis nervios a última. Me agarró, me pegó, me violó, me echó la culpa de lo que le pasaba, tenía una restricción, había denuncia, yo me animé, pero a pesar de todo nadie me dio una salida, solo un muro irrompible, y frente al muro nadie.
Me mató… me cagó a palo, mató a mi bebe también, las dos morimos desangradas, yo con esa culpa de poder haber resuelto esto, sin tener salida. Él con todo su poder. Y el Estado con una estadística más.
Morí, así como mueren cada 30 horas mujeres en la Argentina, más allá de ley, protocolo y mujer presidenta, morí sin que nadie sepa, mañana en el diario saldrá, crimen pasional. Y yo ya no tenía pasión, solo quería sobrevivir, y nadie me ayudó, así morimos todas…
Solo escucho que me gritan, me gritan mientras me desangro…
Me grita el Estado, me grita el gobierno, me grita él.
¡Tocan a una, nos organizamos miles!
Historias como esta se repiten a diario en las redes y portales de noticias y son replicadas por miles de mujeres indignadas que se hacen eco del calvario que atraviesan las víctimas de violencia de género en cada uno de los fallidos intentos por salvar sus vidas.
"Cada 30 horas muere una mujer, víctima de femicidio".
Según el informe de la Red Alerta Entre Ríos, esta provincia ocupa el cuarto lugar en víctimas de femicidios a nivel nacional: la primera es Buenos Aires, con 51; la segunda Santa Fe, con 16; la tercera Córdoba, con 13; y la cuarta Entre Ríos, teniendo en cuenta la diferencia que tenemos en cantidad de habitantes.
Según la responsable de la Subsecretaria de la Mujer M. Biancheri: “En Entre Ríos las mujeres saben que el Estado las atiende, las escucha. La Policía está obligada a tomar las denuncias, la Fiscalía también toma denuncias. Hay una ley que está en vigencia y se aplica en todo el territorio entrerriano. Se prevén medidas cautelares, la mujer tiene protecciones como la exclusión del hogar o prohibir el acercamiento (del agresor), y cuenta con un alojamiento si no tiene un familiar que la contenga. Se trabaja mucho en esta temática”.
La violencia machista mata, y el gobierno es responsable lo cual lo vuelve un femicida serial.