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Red Internacional
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A 40 años. El surgimiento del FMLN en El Salvador

Los días de octubre en aquel año eran agitados, como convulsivos eran los acontecimientos políticos desde antes de 1980, año en que se funda el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), un 10 de octubre, hace exactamente 40 años en El Salvador. Esto se daba en el contexto de la revolución centroamericana como un todo, y la profundización de la revolución salvadoreña.

Sábado 10 de octubre de 2020

Un proceso revolucionario que surgía a mediados de los ’70

Para el año de 1977 el movimiento obrero urbano, trabajadores y semiproletarios del campo, campesinado pobre y popular en El Salvador se encontraba en total actividad, que combinaba protestas sociales con huelgas masivas con ocupaciones de fábricas. Se iniciaba una dinámica de luchas en escala ascendente que llegará a su apogeo a fines de la década y principios de los ‘80. La transformación de la lucha huelguística en política y luego en revolucionaria se fue dando en forma acelerada. Y si este era el estado de las luchas obreras y populares en las ciudades, un fenómeno similar ocurría entre los campesinos pobres y semiproletarios del campo. Las masas se vieron obligadas a actuar por todas las circunstancias objetivas producto de la crisis general que vivía el país.

Este ascenso de las masas y las organizaciones obreras también lo experimentarán las organizaciones guerrilleras, surgidas a inicios de la década. Estas organizaciones, de carácter nacionalista pequeñoburgués, influenciaban a sectores importantes de la población a través de sus famosos frentes políticos de masas. Sin lugar a dudas, la curva de flujo de las masas sobrepasó ­cualitativa y cuantitativamente­ al accionar de las organizaciones guerrilleras. Proliferaron las huelgas, los paros, las tomas de fábricas, ministerios públicos, universidades, escuelas y ocupaciones de embajadas. La confrontación con las fuerzas represivas y el ejército siguió un proceso gradual de desarrollo, los muertos y heridos en las manifestaciones se incrementaban.

Pero las masas contarán con un elemento en contra, su propia dirección, en la que se encontraba el Partido Comunista Salvadoreño (PCS). Así, para septiembre de 1979 surge el “Foro Popular” (un clásico frente popular) hegemonizado por el PCS. Conformaban este frente una tendencia del Partido Demócrata Cristiano, el Movimiento Nacional Revolucionario (ambos representantes de la burguesía opositora), las organizaciones guerrilleras de izquierda Ligas Populares 28 de febrero y el Frente de Acción Popular Unificada (FAPU-RN), y una serie de federaciones sindicales, en su amplia mayoría influenciados por el PCS.

El 15 de octubre un movimiento de los autodenominados “militares jóvenes” depone al régimen del general Romero, en un golpe militar de carácter preventivo como política de descomprimir la situación. EI “Foro Popular” con el PCS a la cabeza no se quedó atrás, y el 17 de octubre se hizo público la incorporación de representantes del MNR, el PCS y otras fuerzas como miembros de la nueva Junta de Gobierno y de su gabinete.

El golpe de Estado tenía como objetivo estratégico golpear en la espina dorsal de la revolución en curso. En un período de menos de tres meses, el ejército y las fuerzas represivas se encargarán de realizar una serie de asesinatos masivos apuntando a descabezar al movimiento obrero y a las organizaciones de masas. La feroz ofensiva de la Junta de Gobierno tornó insostenible la presencia de la izquierda en la misma, renunciando el MNR y el PCS tres meses después, y los demás sectores del Foro Popular le retiran su apoyo.

Pese a la represión, las acciones de masas proliferan, así como los enfrentamientos de las fuerzas militares con las organizaciones guerrilleras. El año de 1980 se transformará en un ascenso nunca visto. La insurrección popular se veía venir de un momento a otro, dadas las condiciones objetivas prevalecientes y los saltos cualitativos que gradualmente había venido dando el movimiento de masas.

Los primeros procesos de unificación de las organizaciones de masas

En este marco, el 11 de enero de 1980 surge la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM), bajo la “Plataforma Programática para un Gobierno Democrático Revolucionario”, ésta es conformada por el Bloque Popular Revolucionario, BPR, de las FPL; el Frente de Acción Popular Unificado, FAPU, de la RN; la Unión Democrática Nacionalista, UDN, partido político del PCS; las Ligas Populares 28 de febrero, LP-28, del ERP, y el Movimiento de Liberación Popular, MLP del Partido Revolucionario de Trabajadores Centroamericano (PRTC).

Las organizaciones populares siguieron su trayectoria de tomas y quemas de edificios públicos, iglesias y embajadas. Los diversos sindicatos implementaron una serie de huelgas. Las organizaciones guerrilleras, además de los enfrentamientos con el ejército y cuerpos de seguridad, se lanzaron a operativos armados en diversas zonas del país, tomándose varias poblaciones. Surge el Frente Democrático Revolucionario (FDR), compuesto por sectores de la baja burguesía y clases medias. Este exigirá un compás de espera a las masas bajo el pretexto que necesitaba tiempo para su consolidación. Una vez más se intenta frenar la revolución.

El ascenso de masas en 1980

Pero la presión del movimiento de masas obliga a la CRM a convocar a una huelga general para los días 24, 25 y 26 de junio. Según los propios datos del gobierno fueron a la huelga 100.000 obreros industriales, 25.000 empleados públicos, 30.000 maestros, 100.000 trabajadores agrícolas, más las centenas de millares de trabajadores de los hospitales, transporte, comercio y estaciones de servicio. La movilización siguió presionando hacia la huelga general indefinida insurreccional. Se anunció una nueva huelga para los días 23, 24 y 25 de julio. Pero las direcciones guerrilleras, junto a sus frentes políticos, temieron ser desbordados. La huelga es cancelada, siempre con el argumento de las organizaciones guerrilleras que necesitaban tiempo para prepararse, todo en función de su carácter militarista que impedían las iniciativas de las masas. El estallido revolucionario se retrasa por la responsabilidad de las direcciones guerrilleras siempre frenando la revolución.

Nuevamente la burguesía toma aire, y la iniciativa, golpeando al movimiento de masas con sus asesinatos masivos y adoptando todas las medidas contrarrevolucionarias frente al movimiento en ascenso que amenaza su existencia. Repentinamente se llama a una nueva huelga general para los días 13, 14 y 15 de agosto. Pero el gobierno se había anticipado al movimiento, aprestándose para que no volviera a repetirse el triunfo del primer paro. Militariza las principales ciudades y los centros fabriles, dando un duro golpe.

Se funda el FMLN

Expresando una respuesta a las aspiraciones de unidad de las masas por la lucha contra la dictadura, se abrirá un proceso de unificación de los frentes de masas y las organizaciones guerrilleras. Así, para el 10 de octubre, el proceso de unificación de las organizaciones de masas y guerrilleras será completo, surgiendo el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Componen el FMLN las organizaciones Fuerzas Populares de Liberación (FPL) ligadas al BPR, Fuerzas Armadas de Liberación (FAL) ligadas al PCS, Resistencia Nacional (RN) ligada al FAPU, Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) ligado a las LP­28, y el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC).

A fines de diciembre las fuerzas de la represión asesinan a parte de la plana mayor del FDR, entre ellos el secretario general del BPR; dirigentes del PCS, del MLP y del MNR. Sólo en 1980 se calculan en más de 30.000 los asesinados. La revolución fue golpeada en su espina dorsal, el movimiento obrero urbano y sus frentes de masas, aunque las fuerzas guerrilleras estaban intactas. El FMLN se repliega al campo donde encuentra un fuerte apoyo en los campesinos pobres y los semiproletarios.

Sin medir el golpe en las ciudades causado por su propia política de frenar la revolución de las direcciones guerrilleras, el FMLN se lanza a una “ofensiva general” el 10 de enero de 1981, y hace un llamado “al pueblo y a toda clase de organizaciones a prepararse y participar en las acciones finales”. Aunque en esta ofensiva se consolidan importantes partes del territorio nacional, no hay la respuesta esperada en las ciudades como era de imaginarse. La verdad es que esta “ofensiva general” escondía otros objetivos políticos, la demostración de fuerzas en el campo militar para abrir los llamados procesos de negociación con el gobierno. Pero la revolución seguía su auge, abriéndose una guerra civil durante más de una década.

El FMLN buscará una salida negociada a corto plazo, pero la profundidad del proceso revolucionario le pondrá trabas objetivas. Sin embargo, tras una década de guerra civil, la dinámica de la “solución política negociada”, luego de múltiples intentos frustrados, terminaría por imponerse. De esta manera, vía los “acuerdos de paz” impulsados por la burguesía y el imperialismo, y producto de la política colaboracionista del stalinismo, el castrismo y de las direcciones nacionalistas pequeñoburguesas guerrilleras, se irá desmontando la revolución en El Salvador, en un proceso que tardará casi una década. Esto se sellarán con los acuerdos de paz den 1992, pactando la liquidación de la revolución, mediante el desarme de los luchadores, transformándose el FMLN en un partido político legal. El FMLN lleva dos gobiernos consecutivos administrando un Estado que nada ha cambiado los grandes problemas estructurales que dieron origen a la revolución en El Salvador.

* Nota: por razones de espacios del presente artículo no se ha extendido en todo el proceso de discusiones de las distintas organizaciones que llevó a la fundación del FMLN, sobre todo lo expresado por uno de los dirigentes históricos de las FPL, Salvador Cayeta Carpio, luego muerto en 1983 en situación nunca esclarecida aduciendo diversas organizaciones del FMLN la causa de suicidio y con acusaciones diversas sin fundamento ni sustentación, en Nicaragua.