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Red Internacional
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Santa Fe. El temporal desnuda la falta de inversiones y previsión

Úrsula Vivas @ursulavivas

Miércoles 4 de marzo de 2015

  • Santa Fe bajo agua
  • Santa Fe bajo agua

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El temporal que golpea en provincias como San Luis, Córdoba y Santiago del Estero, también llegó a la provincia de Santa Fe. La capital provincial se encontró totalmente paralizada en la jornada de ayer martes 3 y el municipio suspendió todas las actividades públicas y privadas.

Intensas lluvias provocaron graves inconvenientes en diferentes puntos de la provincia en el día de ayer. En la ciudad de Santa Fe no hubo clases ni servicio de transporte por decisión del intendente José Corral, mientras que la autopista que une el centro de la provincia con Rosario se encuentra interrumpida por la crecida del arroyo Colastiné. Si bien hasta el momento no se reportaron víctimas fatales, diferentes localidades de toda la provincia ya sufren las consecuencias de la lluvia. El cuadro provocado por el temporal desde el miércoles pasado hasta ayer, también es complicado en los departamentos Castellanos, 9 de julio, Vera, parte de San Jerónimo y parte de San Martín. Además, hay tres localidades aisladas.

El pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional no es muy alentador y la incertidumbre crece entre los santafesinos que miran al cielo recordando el año 2003, cuando Santa Fe vivió la catástrofe hídrica más importante de su historia con el desborde del Río Salado, que afectó a más de un tercio de la población. En aquel entonces, el reciente aliado del PRO Carlos Reutemann gobernaba la provincia, y jugó un papel deplorable. No sólo ignoró por completo las noticias que anticipaban meses antes de la tragedia una crecida excepcional en el cauce del Río Salado, sino que sus dichos redujeron al mínimo la cantidad de víctimas fatales y las consecuencias materiales del temporal. Una desidia sin precedentes.

Durante la tarde del día de ayer, el gobernador Antonio Bonfatti salió a poner paños fríos sobre la situación en una conferencia de prensa donde declaró “Quiero tranquilizar a los ciudadanos ya que no se prevé un desborde del río Salado”, y agregó “No es de extrema gravedad pero estamos alertas”.

Los “tranquilizantes” números arrojados por el gobernador describen un total de 236 evacuados en todo el territorio provincial, y se esperan más datos. Esta situación no hace sino poner sobre relieve todo un entramado de desinversión y crisis estructural del cual, nuevamente, es víctima el pueblo trabajador. No se trata de los efectos imprevisibles de una lluvia inédita, sino de la falta de inversiones y de previsión, agravada por la extensión sin precedentes de la soja y del boom de la construcción.

Desde La Izquierda Diario seguiremos informando sobre los hechos en nuestras próximas ediciones.