Nuevo Gobierno. El ultraderechista Naftali Bennett asume como primer ministro de Israel

Finalmente la coalición que se formó en oposición a Benjamín Netanyahu, que se mantuvo por más de una década en el poder, logró el voto de confianza en la knesset (parlamento) y Naftali Bennett, el empresario religioso con su partido Yamina, será primer ministro por dos años, luego ese cargo lo ocupará el otro líder de la coalición Yair Lapid, ex presentador televisivo y periodista, con su partido Yesh Atid.

La apuesta del régimen israelí es empezar a remontar la crisis política que lo llevó a efectuar 4 elecciones en dos años y medio, pero lo más importante es que luego de la ofensiva represiva hacia el pueblo palestino y los bombardeos en Gaza Israel se topó con una nueva realidad, una resistencia árabe que esta vez incluyó la unidad del conjunto de los palestinos, abarcando a quienes a pesar de tener ciudadanía israelí, son tratados por el Estado como de segunda o tercera categoría.

Por otro lado, también la clase dirigente sionista observó cómo la ultra derecha israelí, salía desaforada a golpear (llegando hasta el asesinato en algunos casos) palestinos en las mismas ciudades mixtas israelíes. Algo que si bien por abajo fue alentado por el anterior gobierno de Netanyahu -y varias fuerzas políticas israelíes, que a su vez responden a sectores de esa misma clase dirigente- y la misma Policía lo dejaba correr, volvió a despertar la oposición internacional y hacia adentro marchas -aunque minoritarias- de ciudadanos judíos oponiéndose.

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Esta situación de fondo era a la que se refirió cuando dijo: "Esta vez, en el momento decisivo, hemos asumido la responsabilidad. Entendimos que tenemos que salvaguardar nuestro hogar. Continuar de esta manera (más elecciones, más odio, más publicaciones mordaces en Facebook ) simplemente no es una opción. Por lo tanto, detuvimos el tren, un momento antes de que cayera al abismo". Acusando a Netanyahu sin nombrarlo, porque lógicamente: era el conductor del tren.

Con este marco de fondo, asume Bennett que ya en el discurso de su jura dejó en claro hacia dónde orientará su política.

Se refirió a Irán planteando que "establece puestos de avanzada terroristas, desde Siria, pasando por Gaza y Líbano, y hasta Yemen", para luego agregar: "Israel no permitirá que Irán esté equipado con armas nucleares. Israel no es parte del acuerdo y mantendrá plena libertad para actuar." Un mensaje para el Estado iraní, pero también puede llegar a significar un alerta para el Gobierno de Estados Unidos, dado que la intención de Biden es volver a un acuerdo con Irán, claro que imponiendo condiciones.

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Al Gobierno de Estados Unidos le dedicó un largo agradecimiento, volviendo a ratificar la alianza estratégica que el país imperialista mantiene con el Estado de Israel. También la postura de Biden frente al criminal ataque sionista a la Franja de Gaza: " (...) en nombre de todos nosotros, quiero agradecer al presidente de los Estados Unidos de América, Joe Biden, por estar junto a Israel durante la última operación en Gaza, "Guardián de los Muros", y por su compromiso de larga data con la seguridad de Israel".

En relación a Cisjordania afirmó que fortalecerá los asentamientos del Área C de esa región. Recordemos que en esa área, en tierra palestina, Israel tiene el control absoluto tanto militar como administrativo, gracias a los acuerdos de Oslo. Ese anuncio vino de la mano del planteo de reforzar económicamente al ejército israelí, renovar su armamento, etc. Lo que no puede significar otra cosa que la profundización de los ataques y la opresión que esa Fuerza mantiene sobre los palestinos.

Finalmente como respuesta al aumento interno de la desocupación planteó, en forma genérica, un plan de empleos sobre todo para el sector tecnológico y ayudas económicas para las pymes, como por ejemplos restaurantes kosher.

En forma general apeló a un discurso de unidad nacional, aunque focalizó en el sector ultra ortodoxo.

Lo que es claro es que para el pueblo palestino nada bueno vendrá de un nuevo gobierno encargado de preservar los cimientos del "Estado Nacional judío de Israel".

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