Nicolás Kreplak afirmó que hubo “relajamiento” y que se “abandonaron las medidas preventivas”. De las empresas no esenciales que reabrieron y obligan a su personal a asistir sin protocolos ni medidas sanitarias, nada. Menos del personal de salud librado a su suerte.
Viernes 19 de junio de 2020 16:03
En medio del aumento exponencial de casos por Covid-19 en la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak desliga de responsabilidades al Gobierno provincial y elige culpabilizar a la población. Incluso advierte que, de seguir así, colapsará el sistema sanitario.
Pero de aumentar el presupuesto para salud pública en base a sacarle riquezas a los más poderosos para dotar así a todos los hospitales de camas, respiradores y recursos de bioseguridad para toda la población, ni una palabra.
El funcionario parece olvidar que, en pleno aumento de casos, su jefe Axel Kicillof autorizó que reabran sus puertas sectores no esenciales, obligando así a miles y miles de trabajadoras y trabajadores a exponerse a los contagios sin garantizar ni controlar las medidas preventivas para que no peligre su salud, ni promover y garantizar los testeos periódicos de esa población para ver quiénes pueden trabajar y quiénes no.
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El peor antecedente
En medio de esta crisis sanitaria, quienes más desamparados están sin duda son los trabajadores y sus familias, precisamente porque el Estado no garantiza su seguridad con controles reales a las empresas.
Y tampoco se aseguran ni cuidan la salud de las trabajadoras y los trabajadores de la salud pública. María Ester Ledesma era enfermera en el Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora, pidió seis veces la licencia por ser grupo de riesgo. Sí, seis veces, y las seis veces las autoridades del hospital se la negaron. Junto a sus compañeros exigía los elementos de bioseguridad necesarios para cuidarse ellos y a los pacientes, pero ninguna autoridad respondió. El 4 de junio María falleció víctima del coronavirus y el Estado que hizo oídos sordos a cada uno de sus pedidos.
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El caso del hospital de agudos de Lomas de Zamora es quizás donde más expuesto quedó el hecho de cuáles son los intereses del Gobierno provincial, pero no es el único. Por eso cuando Kreplak dice que por la fase de ascenso de los contagios "hay que armarse de paciencia" y que debemos "cuidar la mayor cantidad de vidas posibles”, suena a cinismo. La vida de los trabajadores y pacientes está en riesgo y continúan sin invertir lo necesario.
Los trabajadores de la salud de la provincia de Buenos Aires vienen exigiendo que los provean de materiales necesarios para poder hacer frente a la pandemia y testeos periódicos para saber quienes deben aislarse y quienes no.
Los testeos
Desde el inicio de la pandemia, referentes de la izquierda como Nicolás del Caño vienen planteando la importancia de combinar las medidas de aislamiento con la realización de testeos masivos para poder conocer realmente cuál es la situación actual e impedir el avance caótico de la enfermedad, tal como lo recomiendan reconocidos infectólogos y la misma OMS.
Incluso la experiencia externa de países que lo han implementado y están en muchísimas mejores condiciones que otros así lo indican. El propio ministro de Salud Ginés González García admitió por estos días que "deberían haber comenzado antes".
Urge también poner al servicio de la población todo el sistema sanitario nacional, público y privado y controlar desde el Estado la fabricación y distribución de todo el material necesario para prevenir la propagación del virus como ser alcohol en gel, mascarillas y barbijos para que los empresarios no sigan especulando con las necesidades del pueblo y desabastezcan o aumenten a precios siderales los distintos productos.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario