La crisis de hegemonía reflejada en la incertidumbre sobre el voto y la desconfianza en los partidos políticos están marcando las elecciones nacionales. El Frente Amplio se postula con una orientación de administrar el ajuste, sin plantear la necesidad de pelear para ganar.
Miércoles 2 de febrero de 2022
Las elecciones nacionales se desarrollan en medio de la imposición de la agenda del FMI como elemento central de la política del país, produciendo un alto costo de la vida, recortes en la educación, pensiones, altos porcentajes de desempleo, precariedad e informalidad del trabajo. También llegan en medio de una crisis de representatividad política que se refleja tanto en la gran cantidad de candidaturas presidenciales con fragmentación de tendencias, así como en el alto porcentaje de personas indecisas, a propósito del descrédito en los partidos políticos.
Las elecciones tienen un carácter antidemocrático que favorece a los partidos de los grandes empresarios y la burguesía, mientras que, para trabajadores y trabajadoras, la inscripción es difícil. Además, en los debates organizados por los medios de prensa tradicionales, solamente invitan a las candidaturas de los partidos más consolidados.
Ante el descrédito en los partidos políticos a propósito de la “corrupción de los mismos de siempre”, el Frente Amplio ha colocado la figura de José María Villalta como el político que frena la corrupción y que busca, como él mismo afirma “la política como el bien común”, desde la Asamblea Legislativa como diputado y ahora con pretensiones de hacerlo desde la Casa Presidencial.
Lo cierto del caso es que la orientación del bien común, de vivir mejor (dentro de las condiciones que impone el capitalismo) y de justicia social son fórmulas abstractas, pues las leyes, los ajustes y el costo de la vida no son igual para todas las personas, sino que afectan distintamente de acuerdo a la clase social a la que se pertenezca, y están lejos de garantizar en los hechos un mejor panorama para la clase trabajadora, las mujeres y la juventud precarizada.
DECLARACIÓN POLÍTICA DE OSR: Elecciones y qué hacer ante los pactos con el FMI, los ajustes en curso y los que vendrán
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FMI: renegociar o frenar los ajustes
El actual gobierno del PAC ha llevado adelante la orientación del ajuste del FMI. Esta agenda no tiene otro objetivo más que el de poner la economía del país en función del enriquecimiento de los grandes empresarios transnacionales y nacionales, a costa del empobrecimiento de millones de personas de la clase trabajadora y sectores medios.
La clase trabajadora ha sido partícipe de varias movilizaciones contra el FMI a lo largo del país, que se enmarcan dentro de las movilizaciones internacionales contra el pago de una deuda que es ilegítima e impagable, y que los gobiernos pretenden llevar adelante a costa del hambre del pueblo. En medio de estas movilizaciones, el Frente Amplio no aportó a la profundización de esta pelea; en su lugar, estuvo dentro del gobierno en el momento más alto de la política del ajuste, con Patricia Mora como Ministra de la Condición de la Mujer. Este hecho, además de la orientación de Villalta de deponer la huelga general del 2018 contra el ajuste fiscal, y el llamado de Sofía Guillén de que las pensiones del magisterio se pusieran en la bolsa de Nueva York, han causado una serie de rupturas internas y críticas de simpatizantes hacia el partido.
Hace ocho años, lo que el Frente Amplio ponía como posibilidad de cambio, era dejar atrás el bipartidismo, para poner al gobierno del PAC, pese a que esto no significaba ningún cambio bueno para la clase trabajadora, pues el PAC venía con la orientación de ajustar, orientación a la que el FA se amoldó sin problema al estar dentro del último gobierno. Y aun cuando Patricia Mora se retiró del gobierno, siguen sin romper políticamente con las orientaciones del ajuste. En los debates y actividades electorales, Villalta había estado pasando por alto el elemento central de la política del país: el FMI. Este “olvido” dejaba serios cuestionamientos, pues, si no hay una mención, parecía que, o tenían la intención de llevar adelante la agenda de ajustes FMI, o de administrar esos ajustes.
En el debate del 1 de febrero, se les hizo una pregunta a las candidaturas presidenciales con respecto al acuerdo con el FMI. Villalta manifestó estar de acuerdo con candidatos como Welmer Ramos y Eli Feinzaig, en el sentido de que se debe renegociar el acuerdo para cumplir las metas. Además, Villalta señaló que “el próximo gobierno tiene la oportunidad para abrir un diálogo y construir un acuerdo que sea viable”. Es decir, el Frente Amplio se propone una administración del ajuste sobre la base de la explotación de millones de personas a través del trabajo asalariado y el empobrecimiento de sus condiciones de vida. A las y los trabajadores y sectores populares que confían en esta dirección por considerarla progresista, les proponemos pelear por una perspectiva distinta a la que impulsa la dirección del Frente Amplio, que ha participado del gobierno patronal en Costa Rica, para realmente luchar por mejores condiciones de vida, y desprenderse de las orientaciones conciliadoras que piensan en la posibilidad de un ajuste bueno a partir del diálogo, que terminan negociando en favor de los intereses de los grandes capitales.
Los derechos de las mujeres no se obtienen con fórmulas abstractas
Por otra parte, el Frente Amplio se ha planteado como un partido que está a favor y en defensa de los derechos de las mujeres, copiando el lema del partido Vamos vinculado con el PAC, de “todos los derechos para todas las personas”.
El movimiento de mujeres ha venido realizando un importante reclamo en las calles, contra el accionar de la institución judicial al recetar impunidad frente a los casos de femicidios y de violencia de género, además del derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito en el país. Sin embargo, el programa del Frente Amplio se limita al fortalecimiento de la institucionalidad y a los derechos sexuales y reproductivos como la correcta ejecución de la Norma Técnica de Aborto Terapéutico. Hay una disociación del programa del Frente Amplio con respecto a los reclamos del movimiento de mujeres que se han traducido en una serie de manifestaciones nacionales.
Dejar atrás la resignación
Es claro que el próximo gobierno va a llevar adelante ajustes que recaen sobre las condiciones de vida de la clase trabajadora, mujeres y juventud. Pero las salidas no son de derrota, sino que se abre un escenario de conflictividad y de oportunidad para que la clase trabajadora y sectores empobrecidos se organicen alrededor de tirar abajo la agenda del FMI. Contra los discursos de que no nos queda más que apostar por el mal menor o de resignarnos a ajustes, hay que plantear otras salidas: la resistencia al FMI, la lucha en las calles con un plan que conduzca a defender nuestras condiciones de vida para hacerle frente al nuevo gobierno y Asamblea Legislativa, a partir de la auto organización de la clase trabajadora, mujeres y juventud.
Para eso, llamamos a impulsar una Gran Coordinadora contra el FMI formada por sindicatos (direcciones y base), organizaciones políticas de izquierda y organizaciones populares en general. Le hacemos la invitación al Partido de los Trabajadores (PT), Frente Amplio (FA), Nuevo Partido Socialista (NPS), Movimiento de Trabajadores y Campesinos (MTC), Partido Revolucionario de las y los Trabajadores (PRT), sindicatos de APSE, UNDECA, ICE, y dirigentes sindicales como Albino Vargas, para organizar la Coordinadora contra el FMI.
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