Theresa May plantea cambiar leyes que protegen Derechos Humanos para combatir “al terrorismo”

Alejandra Ríos Londres | @ally_jericho
Jueves 8 de junio de 2017
La recta final de la campaña hacia las elecciones en el Reino Unido, de este jueves, quedó fuertemente marcada por los atentados, en Manchester primero, y en especial el que sucedió en el Puente de Londres.
Luego de los atentados, la Primera Ministra británica respondió con un discurso securitario y xenófobo a pocos días de las elecciones generales.
Próximo al cierre de su campaña, Theresa May, planteó en un rally electoral del Partido Conservador en la localidad de Slough que está dispuesta a cambiar las leyes que protegen los “derechos humanos” si eso sirve para combatir el terrorismo.
La líder defendió la necesidad de «hacer más para restringir la libertad y los movimientos de los sospechosos de terrorismo cuando haya suficientes evidencias para saber que representan una amenaza, pero no suficientes evidencias para procesarlos».
"Si nuestras leyes de derechos humanos nos lo impiden, cambiaremos las leyes para poder hacerlo. Si soy elegida primera ministra el jueves, ese trabajo comenzará el viernes", indicó.
May propone restringir los movimientos de los sospechosos de terrorismo aun cuando "no haya suficientes pruebas para presentar una acusación completa ante un tribunal", lo que implicaría la detención de cualquier persona violando el mínimo derecho al principio de inocencia, con una ley de ese estilo toda persona es potencialmente culpable.
Mientras dure el proceso de la salida de la UE el Reino Unido no puede abandonar la Convención Europea de Derechos Humanos, pero May prevé “considerar un marco legal propio de derechos humanos una vez concluya el proceso del brexit”.
El discurso pro-seguridad también llegó a las filas del laborismo en el último tramo de la campaña electoral. El líder laborista, que frente al atentado de Manchester había declarado que los atentados eran producto de las políticas de injerencia de las potencias, luego del atentado en Londres cambió su discurso e hizo hincapié en los recortes hacia las fuerzas policiales y la necesidad de más efectivos para responder ante la amenaza de nuevos atentados.
May convocó elecciones anticipadas para reforzarse de cara a las negociaciones con la UE sobre el brexit, sin embargo, su popularidad viene teniendo muy vapuleada. Hace un mes contaba con una ventaja de 22 puntos sobre su competidor laborista, Jeremy Corbyn. La diferencia se redujo a 3 puntos según varios sondeos. La mayoría actual de 12 diputados le permite al Partido Conservador pasar legislaciones sin oposición, pero si la misma se reduce el liderazgo de la primera ministra se vería fuertemente afectado.
Esta abrupta diferencia se atribuye en parte al manifiesto del programa conservador, en el que se introduce, entre otras medidas, el copago por la asistencia sanitaria y social a domicilio que reciben las personas con alzhéimer y otras enfermedades invalidantes. Según el programa tory, los jubilados que poseen bienes por valor de más de 100.000 libras (130.000 US dólares), incluida su vivienda deben cubrir el coste de la asistencia sociosanitaria. Si bien May se defendió y dijo que “nadie tendrá que vender su casa en vida para pagar”, lo cierto es que si quedan deudas sus herederos sí tendrían que desprenderse de la vivienda.
El “impuesto a la demencia”, así bautizado por el líder laborista Jeremy Corbyn, se ha vuelto una pesadilla para la primera ministra y le ha servido para ganarse una imagen de líder fría e insensible.
A días de la cita en las urnas Jeremy Corbyn sigue ganando apoyo entre la juventud y los movimientos sociales. El veterano líder se ha hecho eco del sentimiento de la simpatía que despierta el National Health Service (Sistema de Salud Nacional, NHS, en inglés), además, prometió la abolición de los aranceles universitarios (11.600 US dólares) animando a los jóvenes a apoyar su campaña electoral. Activistas contra la guerra y por los derechos de los inmigrantes le dan su respaldo por su oposición de toda la vida a la guerra.
En distintos puntos del país nutridas concurrencias de jóvenes, estudiantes, trabajadores del sector público, inmigrantes y activistas de organizaciones sociales se dan cita para escuchar al veterano laborista a quien ven como una figura que puede cambiar las políticas de austeridad.
Frente al resurgimiento de la figura de este político y la maltrecha campaña de May, los tabloides de mayor tirada en el Reino Unido, el amarillista The Sun y el conservador Daily Mail, ambos conservadores, el primero orientado hacia la clase obrera y el segundo hacia la clase media baja, lanzaron en el día de hoy una brutal campaña de difamación contra Jeremy Corbyn y las principales figuras del laborismo acusándolos de defensores y apologistas del terror. La respuesta no se hizo esperar y con el hashtag #LastMinuteCorbynSmears simpatizantes de “Jezza” o “Jez” (seudónimos de Jeremy Corbyn) inundaron las redes sociales con acusaciones absurdas (e irrisorias) en oposición a las calumnias de la prensa de derecha.
Desde que Corbyn fue elegido líder hace casi dos años, su formación ha ganado 190.000 militantes y a diario más activistas se suman a su movimiento Momentum, un grupo de izquierda que cuenta con más de 20.000 miembros, 150 grupos locales y más de 200.000 simpatizantes. El cineasta británico Ken Loach apoyó públicamente la candidatura de Corbyn.
Es temprano para saber si las elecciones anticipadas le depararán a May el mismo destino que corrió David Cameron luego del referéndum. Lo que podemos aventurarnos a decir es que la campaña no siguió el curso esperado por la primera ministra británica.