El domingo 26 de enero se llevaron a cabo las elecciones complementarias para cubrir la representatividad del Congreso peruano. Los 130 congresistas elegidos tendrán un año para hacer gestión ya que en abril del 2021 se realizarán las elecciones generales. Los primeros resultados electorales muestran que las nuevas bancadas llegan al parlamento con poca legitimidad y con un alto grado de fragmentación donde las fuerzas reaccionarias y de derecha serán mayoría.
Lunes 27 de enero de 2020 11:25
Para la encuestadora IPSOS y tomando como base el mecanismo de conteo rápido al 100%, las organizaciones políticas que pasarían la valla electoral y que por tanto tendrían representación en el nuevo congreso serian 10 y estarían encabezadas por Acción Popular AP la cual obtuvo el 10.1% del total de votos válidos emitidos, seguida del Frente Popular Agrícola del Perú FREPAP quienes obtuvieron el 8.9%, más atrás quedó la organización Podemos Perú con 8.2%, pegado a ella Alianza para el Progreso de Cesar Acuña con 8%, luego el Partido Morado de Julio Guzmán con 7.5%, posteriormente se ubica Fuerza Popular de Keiko Fujimori con 7%, pisándole los talones se encontraría Unión por el Perú UPP de Virgilio Acuña y Antauro Humala con 6.9%, luego quedaría el Frente Amplio con 6.1%, seguido de Somos Perú con 5.6% y en último lugar rozando la valla Juntos por el Perú de Verónika Mendoza con 5.1%. El voto nulo y blanco que hace una semana atrás superaba el 40% habría descendido a más del 20% lo cual sigue siendo una cifra importante que refleja el descontento con el orden establecido.
Las bancas o curules en el nuevo congreso transitorio se distribuirán de la siguiente manera: Acción Popular tendrá 24 escaños, el Frente Popular Agrícola del Perú FREPAP contará con 16 escaños, Podemos Perú con 10, Alianza para el Progreso 18, el Partido Morado 9, Fuerza Popular de Keiko Fujimori 12, Unión por el Perú 17, el Frente Amplio 12, Somos Perú 7 y Juntos por el Perú 5. Esta fragmentación de las bancadas contrasta significativamente con el anterior congreso elegido el 2016, donde el fujimorismo inició su gestión siendo mayoría con 70 curules (hoy apenas llega a 12), mientras que la izquierda neorreformista antes de dividirse logró tener 20 curules (apenas 4 menos de lo que hoy tiene la fuerza mayoritaria de este nuevo congreso).
Dentro de las organizaciones políticas que no pasaron la valla del 5% y que no tendrán presencia en este congreso se encuentran el Partido Aprista Peruano que apenas sacó el 2.6% del total de votos válidos emitidos, así como el Partido Solidaridad Nacional donde se cobijaban fujimoristas como Rosa Bartra y Yeni Vilcatoma quienes obtuvieron solamente el 1.4% y el Partido Contigo del defenestrado Pedro Pablo Kuczynski PPK que apenas sacó 1.1%. Estas organizaciones junto a las otras que no pasaron la valla no pierden su inscripción y el 2021 podrán volver a postular en las elecciones generales.
La derecha neoliberal será mayoría
A las ya conocidas formaciones de derecha neoliberal como Acción Popular, Alianza Para el Progreso y Fuerza Popular, se sumarán ahora Somos Perú, Podemos Perú y el Partido Morado. Cabe recordar que en el anterior congreso, tanto Acción Popular, Alianza Para el Progreso y Fuerza Popular mantuvieron una alianza política para enfrentar al ejecutivo y no porque tuvieran diferencias de fondo en el terreno económico, sino más bien para pelear por privilegios de casta y por impunidad e inmunidad ante los cuestionamientos que se les hacía por temas de corrupción, lo cual desencadenó una crisis que parcialmente fue resuelta con el cierre del parlamento el pasado 30 de septiembre del 2019 por iniciativa del presidente Martín Vizcarra. Ahora, es posible que Acción Popular y Alianza para el Progreso, presionados por el gran cuestionamiento que pesa sobre la cabeza del fujimorismo y considerando que estamos ya en un año pre electoral, se dediquen a acompañar desde el nuevo parlamento a Martín Vizcarra, tanto en las iniciativas de reforma política como en las medidas económicas, lo cual llevaría a aislar al fujimorismo que ya ha anunciado que persistirá en su política de confrontación al ejecutivo.
Por otro lado, Podemos Perú es una organización que sostiene su peso electoral en la figura de Daniel Urresti, quien es un ex militar que fue ministro del Gobierno de Ollanta Humala y que se hizo conocido por promover medidas autoritarias, represivas y populistas contra la delincuencia y la inseguridad ciudadana, además de estar vinculado a casos de violación de los derechos humanos durante la década del 80 cuando se vivió en el Perú el conflicto interno. Este partido comparte el credo neoliberal y su líder Daniel Urresti ha demostrado tener diferencias con el fujimorismo, por tanto, es muy probable que también termine votando por el ejecutivo en la nueva gestión congresal que se inicia en marzo.
Así mismo, el Partido Morado liderado por Julio Guzmán que se autodefine de centro derecha, tiene mucha cercanía a la gestión de Martín Vizcarra ya que apoyan sus reformas políticas y electorales, y parten de la premisa que para reactivar la economía y mejorar el crecimiento económico se debe priorizar la gran inversión privada, por tanto, suscriben el modelo neoliberal más allá que en sus filas se encuentren algunas personalidades vinculadas a las demandas de las minorías sexuales o asuman la necesidad del enfoque de género. Este sector, que hasta hace poco marchaba en los primeros lugares, sufrió un bajón electoral a raíz del escándalo que envolvió a su líder cuando se hizo público un video de hace algunos años atrás donde se probaría la infidelidad de Julio Guzmán, esto, en una sociedad tan conservadora como la peruana habría llevado a que el apoyo a sus candidatos al congreso se desplome del segundo lugar hasta el quinto lugar en muy poco tiempo.
De Somos Perú hay poco que decir, solo que fue fundado en la década del 90 por el ex alcalde de Lima, Alberto Andrade Carmona, – ya fallecido. En estos últimos años Somos Perú se convirtió en un vientre de alquiler que sirvió para albergar a cuanto oportunista quiso tentar suerte en la política. Por su reducido número en el nuevo parlamento y por su pragmatismo no dudamos que termine arrimándose al sector que sienta que más beneficios le genere.
La sorpresa
Sin duda, la gran sorpresa en estas elecciones las dio el Frente Popular Agrícola del Perú FREPAP y Unión por el Perú UPP, esto, debido al importante número de votos que recibieron, lo cual se verá reflejado en el número de escaños parlamentarios que ahora tendrán (sumados ambos hacen 33 curules).
El Frente Popular Agrícola del Perú FREPAP es una organización política que se sostiene en la organización religiosa llamada Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal, quienes se caracterizan por su fanatismo lo cual los ha llevado a construir comunidades religiosas lejos de las ciudades, aquí viven básicamente de la agricultura e imitando la forma de vestir de los antiguos pobladores de Israel (con túnicas, cabellos largos y barba crecida). Esta organización fue fundada por Ezequiel Ataucusi Gamonal en 1989 a quien consideran como su profeta. El FREPAP viene participando en las diferentes elecciones desde 1990, pero con muy poco éxito. En las elecciones del 2000 obtuvieron su más alta votación (2.2%) lo cual los llevo a tener 2 congresistas, nada comparado con el 8.9% y los 16 escaños logrados en las pasadas elecciones del 26 de enero.
Unión por el Perú es una organización que se formó en la década del 90 para promover la candidatura del ex secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuellar, luego ha pasado por varias manos sirviendo siempre como vientre de alquiler a diversos grupos políticos. Últimamente el empresario Virgilio Acuña - hermano de Cesar Acuña dueño del partido Alianza para el Progreso - invirtió dinero en esta organización a la cual acercó a Antauro Humala, hermano del ex presidente Ollanta Humala. Como se sabe Antauro se encuentra actualmente preso por promover una asonada golpista durante el gobierno de Alejandro Toledo. Este personaje, desde que apareció en la política ha venido construyendo un movimiento que él denomina etnonacionalista o etnocacerista el mismo que entre otros puntos plantea: fusilar a los corruptos y a los homosexuales, expulsar a los venezolanos del Perú, así como a todos los extranjeros que según él les quitan trabajo a los peruanos. En otro momento hablaba de hacerle la guerra a Chile y construir una república de indios donde se erradicarían a los blancos y a los mestizos. Ese sector hoy tendrá 17 curules en el nuevo congreso.
¿Cómo queda la izquierda?
Si bien el APRA y Solidaridad Nacional fueron los grandes perdedores al no pasar la valla y Fuerza Popular de Keiko Fujimori sufrió un duro revés al reducirse significativamente su número de congresistas (pasaron de 70 en el 2016 a solo 12 en la actualidad), la agrupación de Verónika Mendoza también sufrió un duro golpe, ya que de ser la tercera fuerza política el 2016 paso al décimo lugar, logrando colocar apenas 5 congresistas. Al parecer, la cercanía de este sector de la izquierda al ejecutivo, así como el hecho de haberse aliado a fuerzas como el partido de Yehude Simon, ex premier de Alan García y responsable de la masacre en Bagua, les estaría pasando la factura, al grado tal que en regiones donde solían tener mucha presencia, como Cuzco (lugar de residencia de Mendoza) o Tacna, ahora no solo no sacaron congresista alguno, sino que la votación fue baja. Cabe mencionar que en este espacio denominado Juntos por el Perú participaban cinco fuerzas políticas: Nuevo Perú, Partido Humanista, Partido Socialista, Partido Comunista Peruano y Partido Comunista del Perú-Patria Roja.
El Frente Amplio de Marco Arana logró una mejor performance en estas elecciones, no solo sacó 12 congresistas (7 más que Juntos por el Perú), sino que además tuvo un mejor desempeño político durante la campaña logrando sintonizar con sectores de la juventud y los trabajadores. Un elemento a favor del frente amplio, que lo distingue del sector de Mendoza, fue que durante lo que va del gobierno de Vizcarra supo estar de lado de los sectores en lucha como fue en el caso de Tambo, las huelgas mineras, las huelgas docentes entre otros, además que no se alió a sectores de la denominada vieja izquierda que cargan una pesada mochila de traiciones y de corrupción en las gestiones donde les toco estar.
El Partido Perú Libre de Vladimir Cerrón saco el 3.5%, por tanto, no pasó la valla y no tendrá representación en este congreso. Al parecer los antecedentes de corrupción de Cerrón cuando fue presidente regional en Junín pesaron, así como las alianzas que hicieron y la forma como establecieron sus listas parlamentarias, donde algunos personajes cuestionados terminaron teniendo cabida.
En la siguiente entrega trataremos de explicar cómo y por qué se llegaron a estos resultados y las perspectivas del nuevo congreso.