Tribuna Abierta. Elecciones en Boca: Riquelme también juega como crack en el campo de la comunicación

Riquelme se muestra como es, no teme suspirar con hastío ante ciertas preguntas. Ni tampoco al poder que tiene enfrente. Las elecciones en Boca son estratégicas para la oposición, y fueron suspendidas. El máximo ídolo del club y candidato por el oficialismo, alejado del coaching, las cámaras y las redes habló de diversos temas en C5N y desde La Bombonera, donde mostró, quizás, una de sus mejores cartas: sus valores y principios.

Cuando no lleva la indumentaria de Boca, Riquelme suele vestir colores sobrios u oscuros. Casi siempre va de negro. Su andar tranquilo y su rostro serio desaparece de golpe, cuando extiende la mano y esboza una sonrisa que contagia a quien va a saludarlo. Repite el gesto con las otras 30 personas que esperan para verlo. Saluda a todos, no deja a nadie afuera y, al ingresar al estudio repite el gesto con los panelistas, cámaras y productores. Luego se acomoda en la silla y empieza la entrevista. Sin embargo, 24 horas más tarde vuelve a hablar, está vez desde el club. Afuera un banderazo en su favor clama su nombre. Finalmente sale, se une a los cientos de personas y cantó como uno más.

El reloj marcó las 16.30 y en mi celular entró un Whatsapp de mi madre avisándome: “Está hablando Román”. Desde el trabajo no pude verlo, pero ya tenía organizado el plan al llegar a casa, buscarlo en YouTube y escucharlo. Riquelme se mueve de a lados en la silla color carmín. Toma agua de a breves sorbos antes de cada respuesta, no van 2 minutos del inicio y dice: “Yo sabía quería ser futbolista, y así iba a ayudar a mi mamá”.

La nota duró 48 minutos. Un tiempo de fútbol y 3 minutos de adición fueron suficientes para que el máximo ídolo de Boca respondiera a todos los temas y se pasee por la cancha de la comunicación como lo hacía en un estadio. Las respuestas son sencillas y escuetas, fieles a su estilo de hablar poco y decir mucho. Le preguntan por Palermo, y responde. Le preguntan por Milei y responde. Por los Cavani, por Bianchi, por Pergolini y por Macri. En todo hay una respuesta.

Hay algo de la entrevista que me llama la atención. No es su estilo, ni su impronta. Tampoco el deleite por su destreza futbolística, digna de comparación con los Zidane, Xavi o Iniesta. Son sus principios. “Si no seguís adelante yo acá no te dejo entrar más”, le dijo su madre -La María, como él la llama- al momento de visitarla y confirmarle con mates de por medio que seguiría adelante con su candidatura a presidente de Boca por el oficialismo en medio de un revuelo político que se trasladó al club.

Mirá el video de la conferencia de prensa en La Bombonera el 28/11

En Boca, hay dos propuestas antagónicas: la oposición liderada por Mauricio Macri lleva el discurso de “renovación, orden y eficiencia”. En pocas palabras: el negocio. Del otro se encuentra Riquelme, que lleva la bandera del hincha y el socio como lo más importante de Boca: “Los clubes son de la gente”, enfatizó en los estudios de C5N y en la sala de prensa de la institución el martes por la noche.

“Yo amo a mi país, vivo en Argentina y moriré acá”, lanza Román, que se define como un tipo normal de Don Torcuato, que disfruta compartir el tiempo con sus amigos, su familia y en el club de sus amores. Sin embargo, la campaña arremete y las elecciones se postergaron sin fecha hasta ahora. A esto se le suman suspensiones del estadio y otros intentos de desestabilización que se trasladaron a su entorno personal. En medio de la entrevista, JRR pidió por su cese: “Si tenés un problema conmigo, hacéme lo que quieras. Pero con la familia no”, arremete.

Sin embargo, la historia de Román con la actual oposición es de larga data. Desde su etapa de futbolista y con el gesto del Topo Gigio mediante. En el libro El Gran Gatsby, del estadounidense F. Scott Fitzerald, la historia inicia con el recuerdo del protagonista ante una frase de su padre: “Siempre que tengas deseos de criticar a alguien, recuerda que no todos tuvieron las oportunidades que tu tuviste”. ¿Qué sucede cuando el destinado al poder se ve debilitado ante la figura una persona a la que considera menor?

Para una porción dirigencial de Boca, Riquelme recibía el apodo de El negro, y le endilgaban otros prejuicios que fueron colándose en el imaginario popular: “que no se ríe, que es negativo”, entre tantas. Sin embargo, Román, que considera al escudo y a los colores como importantes, pero a los hinchas como sagrados. Dijo: “Pueden decir todo eso de mí, pero nunca nadie dijo que falté a un entrenamiento y que no dejé todo por la camiseta de Boca, y eso para mí es fantástico”.

En la previa a la entrevista con Jorge Rial, Riquelme saludó a todos y todas las presentes, y en medio de la nota, cuando el periodista le recordó su enojo por un hecho que vivió Chanchi, su hermano, dijo: “No me enoja nada salvo que mi hijo entre acá y no salude a uno por uno. Tiene la obligación de hacerlo”. Hay un capital que no se pierde, que no se negocia y que es inclaudicable, viene con uno. Riquelme puede perder una elección y, aun así, no dejará de ser el máximo ídolo de la historia de Boca. No obstante, Román tiene otra cosa que genera magnetismos, y es que se sostiene valores que, acertados o no, lo colocan en una posición genuina y desafiante ante el poder, sin necesidad de respuestas efusivas ni violentas como las que recibe.

"Para mí tener poder es que la gente te quiera". Juan Román Riquelme

— Alejandro Wall (@alejwall) November 29, 2023

En medio de su personalidad se encuentra el ídolo, el candidato a dirigente y, sobre todo, el que despierta pasiones, y sensibilidades en sus hinchas. “Yo estoy medio loco, pero no miento”, arrojó sobre el final de la entrevista. Román que decidió repetir la entrevista de 2019 junto a Jorge Rial, sobre el final concluyó: “El tiempo pone las cosas en su lugar. Estoy muy tranquilo”.