Lunes 10 de enero de 2022
La DC está ad portas de elegir su nueva directiva nacional en medio de fuertes tensiones internas para definir el futuro de la colectividad en el marco del gobierno de Boric. Las principales cartas para presidir al partido son la diputada Joanna Pérez y el alcalde de La Granja, Felipe Delpin. Por un lado están los walker y Ascencio quienes buscan mantener un ubicación de oposición al futuro gobierno y por otra parte un sector más proclive a las ideas de la Ex candidata Yasna Provoste y Carmen Frei que está por ser entregar su apoyo el candidato electo de Apruebo dignidad.
Estos últimos buscan tener una línea de continuidad con la actual presidencia del Partido en manos de Carmen Frei, quien hace unos días se reunió con Boric y mediante una conferencia de prensa manifestó su apoyo al futuro gobierno diciendo que "no serán oposición".
Sin duda estas fricciones traerán conflictos internos a una DC que viene cayéndose a pedazos hace rato, con quiebres y fuga de militancia y liderazgos importantes hacia la derecha que viene hace varios años, como el de Mariana Aylwin e incluso el fracasado candidato presidencial de Chile vamos Sebastián Sichel. Por eso es que muchos en la DC ven en Boric un tanque de oxígeno, sobre todo su ala “izquierda”, que viendo la debacle en la que se encuentra su partido necesitan posar de “progres” para intentar no sucumbir ante la nueva situación política post revuelta en Chile, la cual a pesar de todos los desvíos y moderaciones, aún se encuentra marcada por los anhelos de cambio social, económico y político de amplios sectores de la población.
Sin embargo la pose “progresista y democrática” de alcaldes como Pizarro de la Pintana y Delpin en la Granja, con discursos contra el neoliberalismo, quizás a Boric y su núcleo duro puedan convencerle, con lo que no se descarta algún DC en las filas del gobierno. Pero una gran mayoría de sectores populares reconocen en la Democracia Cristiana un partido añejo, hipócrita, el pilar del Chile de los 30 años, por lo que sus discursos de cambio y renovación de la política son un acomodamiento para no sucumbir, ya que si chile hubiese sido siendo el “oasis” neoliberal, de seguro seguirán haciendo la fila y las postulaciones para optar al cargo de administración de la herencia pinochetista.