El paro ya llega pero parece que tuvo un costo. Acto accidentado, debates “internos” y también “cuestionamientos en sectores de base, algunos hablan de “crisis la autoridad” del triunvirato. ¿Cómo se llegó a esta situación y cómo te parece que sigue?
La movilización del 7 de marzo puso en evidencia las marcadas diferencias que subsisten puertas adentro de la conducción de la CGT y aceleró la decisión de la fecha de la huelga pese a que los sectores más moderados de la central pretendían alargar esa definición como prenda de negociación con el Gobierno. La situación muestra la inestabilidad del equilibrio de poder interno en la central y que la cúpula tripartita es una solución circunstancial que evita la disgregación en la coyuntura pero no permite la articulación de una unidad más de fondo, más profunda. El triunviro es la imagen más palpable de la persistencia de la división interna bajo una convivencia tensa pero administrada. El camino hacia una conducción única no parece transitable en el corto plazo. El triunviro es la imagen más palpable de la persistencia de la división interna bajo una convivencia tensa pero administrada
Sectores críticos y la izquierda dicen que no puede ser un “paro dominguero”. ¿Cómo ves esa jornada; qué efectos puede tener?, ¿qué estrategia opinás que va a seguir la conducción cegetista luego del 6A?
Descuento que el paro será muy contundente, diría que total. Para medir sus efectos habrá que aguardar por la reacción del Gobierno y de la propia CGT. Justamente en la central se reabrirá el debate entre aquellos que pretenderán utilizar el éxito de la huelga para rehabilitar una instancia de negociación con la Casa Rosada y otros sectores que pugnarán por profundizar la escalada en la conflictividad social. La disyuntiva estará dada, al menos para la CGT, en cómo capitalizar el caudal político que significará el paro tanto en el futuro de su relación con el Gobierno como de cara apuesta de reconstrucción del universo de la oposición peronista. En ese escenario cualquier definición demandará un nuevo esfuerzo por asegurar la unidad interna como instancia previa ineludible. La disyuntiva para la CGT está en cómo capitalizar el paro tanto en su relación con el Gobierno como de cara a la reconstrucción del peronismo
Esta situación de recesión, dureza del gobierno, descontento social y algunos cuestionamientos a la CGT intenta ser capitalizada por distintas corrientes, desde variantes peronistas hasta de izquierda. ¿Cómo ves que pueden desenvolverse las adhesiones sindicales y políticas de los trabajadores en los próximos meses?
Eso dependerá no solo de la estrategia que asuma la conducción de la CGT tras el paro. Fundamental será el panorama socioeconómico. La continuidad del escenario de recesión, con caída del empleo, deterioro de las condiciones laborales y de los ingresos de los trabajadores, potenciarán los niveles de conflictividad, incentivados además por el contexto electoral. Solo un cambio muy visible y palpable en materia económica podría descomprimir la escena social, aunque no se observan en el horizonte señales concretas en ese sentido. La continuidad del escenario de recesión potenciará los niveles de conflictividad, incentivados por el contexto electoral