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Red Internacional
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CORONAVIRUS Y CLASE OBRERA. Empleados de contact center obligados a trabajar con riesgo de contagio: “las condiciones son lamentables”

Múltiples empresas de atención al cliente continúan obligando a sus trabajadores a acudir a su puesto, pese a contar con insuficientes medidas de protección e incluso con casos de COVID-19 en la plantilla. Es la situación en Unísono Vigo.

Roi López

Roi López @RoiLopez16

Martes 24 de marzo de 2020

El pasado martes se conocía el primer enfermo de COVID-19 entre la plantilla viguesa de Unísono. Pese a ello, la empresa amenazó con represalias si alguno de sus trabajadores no acudía al puesto por ese motivo, incluso con unas medidas de protección y de salubridad objetivamente escasas e insuficientes.

Unísono es una empresa de atención al cliente que aporta servicio a grandes empresas como Naturgy, Mapfre, Iberdola o ING, entre otras. Y es precisamente con la campaña del banco ING en la que Unísono está obligando a los teleoperadores a acudir a un puesto de trabajo que no cumple con las medidas de prevención pertinentes. Según el delegado de CGT en Vigo con el que hemos podido hablar, “las condiciones son lamentables” denunciando que comparten cascos, teclado, silla y demás material, y estando “codo con codo”.

La preocupación de la empresa por sus trabajadores es escasa, incluso no se ha reunido con el comité de empresa y se ha comunicados con ellos mediante “llamadas y con emails insulsos”. Este mismo comité presentó un escrito tras conocer el positivo en COVID-19 de uno de los trabajadores, pero, según ellos, “la reacción de la empresa fue amenazar a trabajadores con que si se levantaban y se iban, lo consideraría un abandono de puesto de trabajo y entreviendo sanciones o represalias a los trabajadores”. A pesar de ello, alegan que los trabajadores apoyaron la decisión de desalojar hasta que no acudiera inspección de trabajo.

Aun así, la tensión en la plantilla es creciente al saberse que además del caso ya conocido, hay varios empleados pendientes del resultado de la prueba de COVID-19, y además muchos trabajadores “tienen miedo a perder el trabajo, no cobrar o posibles sanciones”. Tampoco se trata de un miedo irracional teniendo en cuenta que otra de las operadoras de atención al cliente en Vigo, BOSCH, ha planteado ya un ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo) para 1.309 empleados.

Aunque no sabemos si un ERTE va a suceder en Unísono en este caso, es preciso recordar que esta empresa es dada a los despidos indiscriminados y a abusos laborales bajo pobres condiciones de trabajo. Una empresa que, entre 2010 y 2018, ha mostrado unos beneficios brutos de 31,5 millones de euros. ¿Acaso Unísono ni siquiera van a usar ese dinero para evitar la propagación de una pandemia? Está claro que no, al igual que otras grandes empresas que se están aprovechando de la situación para ahorrarse dinero o incluso lavar su imagen, como Inditex.

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Por ello, es preciso pensar en las alternativas que tiene la clase trabajadora para superar la pandemia, para no poner a nadie en un riesgo innecesario. Es necesario que en cualquier servicio, incluido los call center, sean los trabajadores los que puedan controlar sus condiciones de seguridad sanitaria, los ritmos de trabajo, la distancia entre trabajadores y los instrumentos de trabajo.

Además, los trabajadores pueden debatir como ponerse a disposición de las necesidades actuales de la sociedad para combatir el coronavirus, no seguir trabajando arriesgando su salud para que los empresarios hagan sus negocios. ¿Acaso no es posible que sirvan como soporte informativo sobre esta crisis o de atención de emergencias, cuando ahora mismo están mayormente colapsados?

Como es obvio, esa circunstancia no puede pasar por propia decisión de la empresa, porque si así fuera sería a costa de sus empleados, como vienen haciendo hasta ahora. Es de urgencia que esa reorganización sea liderada por los propios trabajadores, organizados, siendo capaces de una reducción de jornada para limitar los contagios, con igual salario y con las condiciones de salubridad pertinentes.

Es inaceptable que, incluso en una situación como esta, Unísono y las demás empresas quieran seguir exprimiendo a los y las trabajadoras, incluso en algunos casos a costa de su propia vida o la de sus familiares. Debemos priorizar la salud por encima de las ganancias de las empresas, es decir, los trabajadores al servicio del pueblo y no del capital.

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