La caída solo tiene un punto de referencia en la Gran Recesión del año 1929 donde una economía mucho menos globalizada se calcula cayó un 10% a nivel mundial
Miércoles 10 de junio de 2020
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), rebasó ampliamente las previsiones del Banco Mundial sobre la caída del PIB mundial este año que este organismo había calculado en apenas un 3%.
La OCDE prevé más del doble de la caída del PIB mundial, entre un 6 y un 7.6%, motorizada en buena medida por la caída en Estados Unidos (8.5% similar a la de 1929) y China (3.7%). De confirmarse estos pronósticos estaríamos ante una crisis histórica solo comparable con la Gran Recesión del año 1929 pues en la crisis del año 2009, apenas la economía mundial cayó un 0.1%.
En el año 2009, China funcionó como una contratendencia, un colchón que se mantuvo creciendo a pesar de que la crisis golpeo duramente Estados Unidos y Europa. En esta ocasión el gigante asiático también se verá afectado de forma importante por la pandemia del Covid 19, al igual que las principales economías desarrolladas.
Una crisis de esta magnitud, solo se desarrolla cuando países importantes han atravesado guerras, como en la Segunda Guerra Mundial. En estos casos las economías más desarrolladas pueden llegar a caer un 10% anual. Si bien en países periféricos como los de América Latina crisis profundas pueden rondar esta cifra, en países capitalistas centrales (imperialistas) es muy difícil que se experimente un retroceso tan pronunciado.
En esta ocasión, se prevé que el Reino Unido se desplomará entre un 11 y un 14%, lo mismo que el Estado español. En Latinoamérica la tendencia es similar, la OCDE calcula un retroceso de entre el 7 y el 9% para Brasil y entre un 6 y un 8% en Colombia. Es decir, una caída histórica que significará mayores índices de desempleo y un aumento muy importante de la pobreza a nivel mundial.
Una crisis histórica del capitalismo
La pandemia del Covid 19 golpea sobre una economía muy débil, en el marco de una guerra comercial entre las principales potencias (EE.UU. y China) y un estancamiento generalizado del crecimiento que venía ya afectando a países potencias como Alemania.
Mientras la Gran Recesión de 1929 llevó a la crisis de los años 30, que desembocó en la Segunda Guerra Mundial, la crisis actual está empujando fenómenos de polarización política y de confrontación mayor entre las potencias económicas.
Durante los años 30 en el mundo llegó al poder el fascismo y el nazismo, al tiempo que la revolución en España puso a temblar a los capitalistas en toda Europa. Actualmente estamos viendo el crecimiento de grupos de extrema derecha, supremacistas blancos (aliados de Trump) y de libertarios que defienden el capitalismo más salvaje, al tiempo que millones de jóvenes se acercan a las ideas socialistas y anticapitalistas.
La derecha busca capitalizar la crisis con discursos nacionalistas y reaccionarios, atacando a “los políticos” en el caso de los libertarios y apoyando a personajes como Trump y Bolsonaro. Es urgente construir organizaciones revolucionarias que señalen claramente que el problema es la concentración de la riqueza en unas cuantas manos, la propiedad privada de los grandes empresarios y banqueros (para los que sirven en realidad los políticos tradicionales) y este sistema capitalista que destruye todo a su paso.
