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Red Internacional
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Actualidad. En Chubut, la pobreza castiga duro a la juventud

Los datos del INDEC del primer semestre del año arroja que la pobreza llega a nivel país al 35,4 %. Chubut como tantas otras provincias, no está exenta de dicha situación. El modelo de Macri y el FMI: casi 16 millones de personas son pobres en Argentina. Acabar con la pobreza, invertir las prioridades y echar al FMI.

Miércoles 2 de octubre de 2019 15:27

Si nos detenemos en los porcentajes de pobreza e indigencia en esta provincia los datos son escandalosos, en el Valle es de 37,53 % y 7,4 % respectivamente, mientras que en Rawson-Trelew si cuantificamos las cifras existen 53.931 personas pobres y 10.579 indigentes, sobre una población de 144 mil habitantes, en un año subió un 10 % la población que está en la pobreza y es una de las 5 zonas más castigadas por la pobreza del país. Comodoro Rivadavia, ciudad petrolera por excelencia, posee un 29 % de pobres, el doble que hace un año.

Según el último relevamiento de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del primer trimestre de 2019, sólo el 15 % de las y los jóvenes que residen en hogares con ingresos bajos consiguen trabajo de calidad. Entre 2018 y 2019 el desempleo juvenil creció un 21 %, contra un 9 % de crecimiento en la adultez. Esto da como resultado una tasa de desempleo joven del 27 %, 3,4 veces más alta que el desempleo adulto actualmente en un 8 %. Los datos son claros. Quienes más duramente pagan los platos rotos son los y las jóvenes.

La provincia de Chubut según datos del INDEC tiene el índice más alto de trabajo no registrado de la Patagonia con 61,4 %.

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La mayoría de los pobres son jóvenes, menores de veintinueve años, mujeres y varones que sufren las consecuencias de la precarización laboral, así como del desempleo. Esto se constata al ver que la mayoría de los desocupados provienen de la construcción, el comercio, el servicio doméstico o la industria manufacturera. Es parte de esta juventud la que recibimos cada año en las aulas de nuestras escuelas públicas. Muchos otros, no estudian, ni trabajan, ni buscan empleo, los denominados como “ni ni”. De los “ni ni”, las dos terceras partes son mujeres. El 48,5 % vive en hogares bajo la línea de pobreza y 8 de cada 10 de estos jóvenes pertenecen a hogares de muy bajos recursos.

La secundaria para adultos tiene una duración de tres años, pero no todos concluyen sus estudios, ya que se observa un incremento en el abandono de la misma, sobre todo luego del receso invernal.

En su gran mayoría vienen de distintos fracasos escolares anteriores, las causas son diversas, entre ellas se puede mencionar: reiteradas repitencias, abandono escolar, embarazos adolescentes, entre las otras.

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Muchos de estos jóvenes, con enorme sacrificio, luego de haber terminado su jornada laboral, como peón de albañil o algún otro oficio afín a la construcción asisten a las escuelas, otros alumnos trabajan en el Servicio de Estacionamiento Medido (SEM), trabajan cinco horas diarias y su sueldo por mes es de ocho mil pesos. Las mujeres se dedican a trabajos en el servicio doméstico o como niñeras.

Hacia fines de noviembre y diciembre, los jóvenes, se emplean como mano de obra en la cosecha de cereza, la cual dura un corto tiempo. Por otro lado, muchos desocupados buscan una “changa”, como para poder solventar algunos gastos.

Todo esto hace que continúen viviendo con alguno de sus padres, que no puedan independizarse económicamente, porque no pertenecen al mercado formal de trabajo, por lo tanto, sus proyectos de vida tienden a posponerse. Pero, aun así, ellos en esas aulas sueñan y anhelan ser enfermeros, docentes o simplemente desean terminar la secundaria para poder conseguir un mejor empleo.

Acabar con la pobreza, invertir las prioridades y echar al FMI

Por esto, hay que invertir las prioridades, y como plantea el Frente de Izquierda Unidad, hay que priorizar en educación, salud, trabajo y salarios, y no en pagar la deuda externa. Sólo la izquierda propone poner por delante las prioridades de las grandes mayorías, atacadas día a día, a partir de implementar medidas urgentes y en base al no pago de la deuda a los especuladores. Echar al FMI se vuelve imprescindible para frenar el saqueo en curso. Macri se va, nos deja al FMI y su ajuste, para los años que vienen se necesita una izquierda fuerte.