Desde hace dos meses el panorama social en las calles de Jujuy comenzó a cambiar. Contra los femicidios y la violencia de género, por el derecho a la vivienda, enfrentando el ajuste en salarios y los recortes a planes interzafra, peleando por el pase a planta de precarizados o contra el cierre de la minera El Aguilar. La necesidad de fortalecer y unificar las luchas contra el ajuste del FMI.
Juan Rovere @juanroverepts
Martes 24 de noviembre de 2020 14:13
Las mujeres adelante
Los cinco femicidios ocurridos en menos de un mes en Jujuy fueron un cimbronazo provincial. Movilizaciones en toda la provincia, con corte de la Ruta 66 en la ciudad de Palpalá incluido, y con miles de familias de los barrios más humildes que confluyeron con las jóvenes que ya se venían movilizando como parte de la marea verde o por Ni Una Menos. Ni la represión a esas familias en Palpalá pudieron frenar que el reclamo de “el Estado es responsable” ganara las calles y a fin de desviar la movilización el gobierno trató una ley de emergencia que da muy pocas respuestas al reclamo de mujeres contra la violencia machista.
En el marco de la crisis económica y social que la pandemia vino a profundizar, la irrupción del movimiento de mujeres fue un punto que quiebre que desató, como un efecto dominó, la presencia de cada vez más sectores sociales en las calles, comenzando a mostrar una fuerza social como no se veía hace años.
Los trabajadores ambulantes realizaron importantes movilizaciones solicitando poder trabajar, ya que, lo limitado de las políticas de asistencia en pandemia a sectores precarizados, hacía que miles de familias no tengan forma de sobrevivir. Cabe recordar que el gobierno con apoyo de los diputados que responden a Gerardo Morales votaron un presupuesto que no contempla en 2021 el IFE o ayuda para estos sectores más afectados.
Parte de ese sector, que dependía de la venta ambulante o que tenía un trabajo precario, tuvo que buscar la forma de enfrentar otro problema: el de la vivienda, ya sea por el hacinamiento o la imposibilidad de pagar un alquiler. El gobierno reprimió intentos de tomas de tierra en Alto Comedero y aún resisten familias en Libertador General San Martin. Esas familias se movilizaron también durante el mes de octubre y su pelea sigue latente, sumando apoyos como el Encuentro de Artistas y trabajadores de la cultura, que realizaron una jornada cultural, y trabajadores de la salud que organizaron una posta sanitaria.
Paralelamente los obreros de la finca Chalicán tomaron medidas de fuerza que incluyeron paros y cortes de ruta. La actitud de los obreros, contrastaron con la ausencia del sindicato o la pasividad de Federación Azucarera Regional.
También en contraste con los sindicatos azucareros que representan al sector más golpeado por fallecimientos a causa del covid-19, familiares de una trabajadora de Canal 2, que falleció a causa del virus y de una fuerte neumonía, realizaron varias movilizaciones denunciando que la empresa la obligó a seguir trabajando a pesar de que era paciente de riesgo.
Trabajadores de la salud habían realizado riudazos durante la pandemia en reclamo de mejoras salariales y exigiendo el fin de la precarización. También comenzaron a ganar las calles y, a pesar de las convocatorias separadas por sectores, mostraron su fuerza en la jornada de paro y movilización el pasado jueves. También los docentes y las familias realizaron marchas contra el plan del gobierno de vuelta sin protocolos ni medidas sanitarias mínimas.
Ahora la pelea de los distintos sectores de trabajadores del Estado es contra la paritaria que quiere imponer Gerardo Morales de 10% en cuotas,lo que significaría una pérdida de entre el 15% y el 18% de capacidad adquisitiva de los trabajadores.
A ese reclamo, se suma el de los trabajadores municipales precarios, quienes cobran en algunos casos apenas $3.000 por mes y donde el ajuste no diferencia intendencias radicales o peronistas, como lo muestra el pedido de la Intendenta de Humahuaca, Karina Paniagua, de que la policía de la provincia desaloje a los trabajadores que piden se cumpla con una ordenanza que otorga el pase a planta de trabajadores precarizados. Luego de varios años el SEOM realizó un importante paro con movilización en la provincia y se prepara para el 2 de diciembre otra jornada de lucha.
Pero el ajuste no afecta sólo a sectores estatales. Ya van dos movilizaciones realizadas por los trabajadores de UATRE de la localidad de Libertador General San Martín contra el recorte de los planes interzafra, que en el caso del citrus el gobierno nacional otorgará sólo 700 planes, mientras son más de 3000 los trabajadores del sector.
Los trabajadores nucleados en la UTA debieron salir una y otra vez contra los empresarios que a fin de obtener mayores subsidios estatales dejan de pagar salarios. Hoy comenzó un nuevo paro a pesar del intento de frenarlo mediante conciliación obligatoria.
Esta última semana, más de 600 mineros comenzaron a discutir en asambleas qué pasos dar para defender los puestos laborales ante el anuncio de la multinacional Glencore de cerrar mina El Aguilar. De mantener una postura de enfrentar el cierre no sería un dato menor, como lo muestra la movilización y acampe frente a casa de gobierno en 2019 en el que obtuvieron parte de los reclamos.
Contra el ajuste, la precarización, los despidos y la violencia contra las mujeres
En apenas dos meses, miles de trabajadores, mujeres y jóvenes han salido a las calles por los diversos tipos de ataques sufridos. El presupuesto de ajuste votado en el Congreso de la Nación para 2021, es una muestra que esos ataques no van a frenarse, sino que seguirán ajustando en Nación y las provincias a pedido del FMI.
Si hasta ahora esos miles no pudieron golpear como un solo puño, es en gran parte responsabilidad de las direcciones de los sindicatos que actúan por separado.La muestra más importante de esto está en el reciente paro y movilización de distintos sindicatos que intervienen en la paritaria provincial. Marchas y actos por separado, medidas sin consultas en la base, permiten que el gobernador Morales mantenga ventaja en un momento de gran debilidad.
Algo similar podríamos decir respecto a los sindicatos azucareros, que sufrieron ataques como en finca el Chalicán, las muertes por covid o con el recorte de planes interzafra, pero no plantearon realizar asambleas para unificar y fortalecer el reclamo junto a los trabajadores de UATRE.
La pelea está en apoyar cada una de las luchas buscando su triunfo para fortalecer al conjunto de los trabajadores y, al mismo tiempo, discutir en cada uno de los sectores que salen a luchar, la necesidad de unir las fuerzas en medidas coordinadas que puedan dar golpes como un solo puño, reuniendo a los miles que ya salieron a las calles e incentivando a otros miles que poco a poco le pierden temor al régimen policiaco a Morales.
En esa perspectiva es que los docentes organizados en la 9 de Abril o la agrupación Salud desde las Bases, además de participar en todas las movilizaciones, pelean por asambleas que permitan unificar desde las bases lo que las direcciones sindicales dividen desde las conducciones. O los jóvenes trabajadores precarizados que, organizados en la RED, estuvieron presentes en todas las movilizaciones y junto a la agrupación universitaria Octubre organizaron colectas para las familias de los asentamientos. De la misma forma, desde la agrupación de mujeres Pan y Rosas que pelearon por una verdadera ley de emergencia contra la violencia machista, ahora se redobla la pelea por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. También los diputados y concejales del PTS – Frente de Izquierda, se hacen presentes y ponen el cuerpo en cada una de esas luchas.
Para fortalecer esa pelea, es necesario sumar fuerzas a esas agrupaciones que confluyen en el Movimiento de Agrupaciones Clasistas y a la perspectiva política que viene enfrentando el ajuste del FMI, el gobierno nacional y los gobernadores.