Mientras se lanza en Uruguay la Campaña #NoAlCierreDePepsiCo en Argentina, en Colonia, donde funciona una de sus plantas, la empresa no permite la existencia de organización sindical.
Jueves 6 de julio de 2017
Es mucha la gente que en el departamento de Colonia ha trabajado para PepsiCo en algún momento de su vida, ya sea en la fábrica misma como en otros sectores como seguridad o limpieza. Centralmente se trata de mujeres que trabajaron en la planta o en limpieza, pero también varones que realizaban tareas de seguridad, logística y distribución.
Personal todo contratado, sin beneficios, sin derechos, sin poder reclamar nada, “material de descarte” como se dice.
Conversamos con varias ex trabajadoras y trabajadores. Aquí, sus testimonios, por cuestiones obvias, preservamos su identidad.
Las mujeres que han trabajado en PepsiCo, como suele pasar con estas multinacionales, nos cuentan que “si hablabas de más te pelaban”, no había permanencia porque siempre estaban rotando personal y no te permitían organizarte sindicalmente. Esa era y es la realidad de la empresa PepsiCo en Colonia, mientras que en Argentina cierra su planta de Florida en Buenos Aires y educe crisis.
Con tres turnos afuera de la planta y dos adentro, PepsiCo mantenía relativamente “contentos” a sus empleados porque “te pagaba bien, a comparación de los sueldos malísimos de otras fábricas de la zona”. Pero a cambio de esto, violaba derechos tan básicos como la organización sindical.
Como sucede en otras fábricas, servicios como seguridad y limpieza se tercerizaban a empresas como Securitas o ISS, y allí estaba más que nada la super-explotación. Pero a veces, cuando PepsiCo tenía mucha producción, también tercerizaba sus propias tareas a partir de la incorporación de personal eventual contratado por Adecco. “Con el tiempo, algunos pasaban de Adecco para PepsiCo” cuentan, con un poco de nostalgia.
Hay una cosa en común tanto en Argentina como en Uruguay: la empresa se mantiene con una política de hierro en lo que hace a la organización gremial. Se ve que no le gusta que los trabajadores hagan respetar sus derechos y por eso no permite la organización sindical, y cuando esta surge, como en Argentina, su objetivo es atacarla e intentar liquidarla.
PepsiCo Colonia se encuentra ubicada en la zona franca y para ingresar no es fácil, “se necesita un permiso especial de la Dirección para ver qué querés hacer adentro de la planta”. “Acá se hace la materia prima que a su vez se lleva a otros lados para hacer las bebidas”, nos cuentan mientras se nota cierta bronca contenida en el relato.
El personal es altamente rotativo por política de la empresa. “... unos meses, y luego a conseguirte otra cosa” recuerdan. “De la vez que yo estaba trabajando en PepsiCo, hicieron una limpieza general vamos a decir, hasta los más capos de ahí echaron ...”.
PepsiCo Colonia no tiene sindicato. A los trabajadores y trabajadoras no les dejan tener sindicato. “El que se sindicaliza, va para afuera”.
Mientras en su página oficial, la empresa – que informa que está en Uruguay hace más de 50 años - expone como uno de sus “principios” el de “hablar con la verdad y transparencia en todo momento”. Sin embargo, es raro que en su página, donde supuestamente “cuentan todo”, no digan que están violando los derechos humanos de sus empleados y asimismo violan también la legislación uruguaya que habilita a cualquier ciudadano a organizarse sindicalmente sin por eso ser perseguido y/o despedido.
En la misma página, otro de los encumbrados “principios” es el de “ganar mediante la diversidad y el compromiso”. Vale la pena citar textualmente: “Recibimos con brazos abiertos a personas con diversos antecedentes, rasgos y formas de pensar. Nuestra diversidad aporta nuevas perspectivas al lugar de trabajo y alienta la innovación, así como la capacidad de identificar nuevas oportunidades de mercado”. Parece simplemente hermoso trabajar en esta compañía, salvo porque todo lo que dice en su página es mentira porque no respetan los derechos de sus trabajadores, los persiguen y los echan cuando estos quieren organizarse, y no existe la continuidad laboral en la planta. La verdad … un encanto.
Por último, y para rematar, la empresa obtuvo tanto en 2012 como en 2013 el segundo puesto en los Premios Great place to work Uruguay o “gran lugar para trabajar”. Como dice la juventud, ¿será joda?