La mayoría somos mujeres, trabajadoras y muchísimas de nosotras necesitamos contar con más de un trabajo para poder llegar a fin de mes. ¿Qué estamos esperando para organizarnos y tomar en nuestras manos la demanda por nuestros derechos?
Jueves 7 de marzo de 2019 21:36
Muchas cosas han pasado en el mundo que vio marchar, a millones el último Día Internacional de las Mujeres. En Argentina una enorme marea verde se hizo escuchar donde entre millones hicimos de las calles el lugar del grito colectivo.
Movilizadas como nunca antes para exigir aborto legal, seguro y gratuito, nos encontramos con los dinosaurios del Senado que le dieron la espalda a este reclamo masivo, apoyándose en los gobernadores del PJ y la Iglesia. Es así que seguimos enfrentándonos con la cara más conservadora y atrasada de un sistema que garantiza y perpetúa condiciones de vida cada vez más paupérrimas para las mujeres, niñas y adolescentes.
Debemos asistir a trabajar día tras día a un organismo que reivindica entre otros el derecho de las niñas a ser oídas, mientras que en provincias como Tucumán ocurren torturas como las de Lucía, una niña de tan sólo 11 años a quien el gobierno de Juan Manzur (actual gobernador de la provincia y ex ministro de Salud de Cristina Fernández) obligó a parir luego de haber sido abusada. Además encabezó las marchas contra el aborto legal y su brazo derecho, el legislador Caponio, presentó un proyecto para prohibir la ILE. Esto demuestra que lo que le pasó a Lucía no es un caso aislado, sino que se trata de un régimen capitalista y patriarcal, cuyos funcionarios, fiscales, jueces, legisladores se han ensañado con las mujeres.
¿Por qué tenemos que organizarnos para ser miles en las calles?
En un año electoral, profundamente polarizado, donde la conformación de un frente antimacrista es lo que la oposición del oficialismo se atreve a proponer como la más seductora, se hacen escuchar las declaraciones de CFK explicando lo que hemos llamado la “teoría de los dos pañuelos”, destinada a tratar de disciplinar al movimiento de la marea verde a un bloque con Bergoglio, Iglesias católica y evangelista y los sectores más conservadores del peronismo. La visión engañosa y facilista que presenta el kirchnerismo está en consonancia con un planteo destinado a atraer a sectores de la clase dominante que se han desencantado con la gestión de Cambiemos.
Pero dicho llamado a la unidad no sólo implica hacer a un lado las masivas demandas del movimiento de mujeres. Como era de esperar, uno de los principales referentes de Unidad Ciudadana, Axel Kicillof, garantizó, antes y después de reunirse con los representantes del FMI, que de ser gobierno seguirán pagando la deuda, a quienes preparan un nuevo saqueo en el país, del que sólo podremos esperar más hambre, más despidos y más pobreza.
La pregunta que se impone es ¿cómo se pretende dar respuesta a los problemas más profundos de las trabajadoras y de las mujeres, trans y travestis más pobres, si ceden a los intereses del FMI? ¿Qué propone el feminismo que promueve la "unidad peronista" para terminar con la esclavitud asalariada? ¿Y con el trabajo doméstico? ¿Cuál es el plan para los tarifazos? ¿Y frente a la violencia de género y el derecho al aborto? Es imposible que de la mano de los empresarios, las fuerzas represivas, el Vaticano y hasta el FMI, haya alguna salida favorable para las niñas, las mujeres, las trans y las travestis. Nuestras vidas no pueden esperar al 2020. Para que no haya ni muertas ni presas por abortar, es necesario que se apruebe sin más vueltas el proyecto de la Campaña por el derecho al aborto, que se presentará por octava vez consecutiva este año, porque ningún gobierno -ni kirchnerista ni macrista- nos concedió ese derecho.
Lo cierto es que el comando de la economía por parte del FMI en los próximos años hará que sea el pueblo trabajador el que cargue con los costos de la crisis, tal como lo vimos en el 2001 y en cada crisis relevante de la historia nacional.
¿Cómo nos preparamos en el Consejo para el #8M
Trabajamos todos los días por las niñas, niños y adolescentes más vulnerables, quienes están en constante contacto con las miserias de este sistema. La mayoría somos mujeres, trabajadoras y muchísimas de nosotras necesitamos contar con más de un trabajo para poder llegar a fin de mes. ¿Qué estamos esperando para organizarnos y tomar en nuestras manos la demanda por nuestros derechos?
El paro internacional del 8M no es un día más en el calendario. Las mujeres queremos dar grandes luchas para poder decidir sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos, para enfrentar a queines siempre nos hacen pagar la crisis que recae sobre nosotras más duramente. Lamentablemente no existieron en el Consejo instancias abiertas a discutir y debatir de cara a esta nueva jornada.
Unas semanas atrás, la dirección de ATE Capital (Verde y Blanca) convocó al paro sin que mediaran espacios previos de discusión. Una práctica que ya es costumbre, convocando a medidas aisladas, sin preparación y sin fuerza, que lamentablemente conducen a la desmoralización pese a la bronca acumulada.
Con estas prácticas antidemocráticas, que la Junta Interna del Consejo reproduce, se vuelve muy difícil ampliar los marcos de participación de trabajadores y trabajadoras estatales. Quienes somos parte de La Marrón y Pan y Rosas creemos que debemos tomar en nuestras manos la preparación y organización de esta jornada de lucha, que debemos ser protagonistas de las peleas planteadas junto a nuestros compañeros. Para ello son necesarias las más amplias instancias de discusión democráticas, junto a afiliades y no afiliades, para organizarnos y ganar fuerzas
Te invitamos a marchar con Pan y Rosas
Las demandas de las mujeres protagonizaron la enorme marea verde y desafiaron a los dinosaurios del Senado y a los jerarcas de la Iglesia, logrando el paso de un reclamo elemental a un profundo cuestionamiento del régimen que sostiene y reproduce la violencia machista. Esa misma marea inspiró a salir a la luchar a miles de mujeres y a sus compañeros, como sucedió con las valientes trabajadoras de Siam, de Nordelta, de Madygraf (la ex Donnelley) bajo control obrero, con las docentes, las enfermeras y la comisión de mujeres de Coca Cola, quienes luchan hoy por la reincorporación de los compañeros despedidos y han soportado la brutal represión de la Policía de Larreta. Allí el rostro de las mujeres estuvo en la primera línea contra los planes de ajuste, despidos y la discriminación laboral.
Este 8 de Marzo desde la Agrupación Marrón y Pan y Rosas te invitamos a marchar por un feminismo que vea en la clase trabajadora a su mejor aliada, porque su perspectiva sea lograr esa gran fuerza social que acabe con este sistema capitalista y patriarcal, que nos oprime todos los días. Que apueste a mover los cimientos de los sindicatos para derrotar el ajuste y el acuerdo con el FMI para imponer definitivamente el no pago de la deuda externa, ilegítima, ilegal y fraudulenta. Para que esa plata vaya para salud, educación, trabajo, para la prevención y la atención de la violencia machista. Un presupuesto destinado a políticas que atiendan directamente a los derechos de las niñas y adolescentes que son violentadas todos los días y no para los especuladores financieros y los organismos internacionales, con los que negocian los políticos patronales y los gobiernos de turno.
La injerencia de la Iglesia en materia de salud pública nos está torturando y matando todos los días. Desde Pan y Rosas vamos a insistir con la necesidad de fortalecer el movimiento de mujeres en alianza con la clase trabajadora, en las antípodas de la burocracia sindical que nos divide, y contra el peronismo, el kirchnerismo y Cambiemos, quienes se arrodillaron históricamente ante la Iglesia, el empresariado y FMI, para negarnos nuestros derechos.