Mientras la crisis mundial sólo promete millones de nuevos desocupados, estallan rebeliones en EEUU, Europa y Sudamérica al grito de #BlackLivesMatter. En Argentina, peleamos contra el gatillo fácil y preguntamos #DondeEstaFacundo. Mientras la virtualidad amenaza con expulsar a miles de las universidades, los estudiantes nos organizamos. Impulsemos una asamblea virtual de toda la izquierda del Conurbano.
Jueves 23 de julio de 2020 09:33
El momento que estamos viviendo en Argentina y el mundo nos pone a los estudiantes problemas y desafíos que no habíamos vivido. La educación se ve profundamente afectada por la virtualidad, que amenaza con dejar a miles de estudiantes fuera de las universidades por no poder acceder a las herramientas virtuales o por su misma situación económica.
Los pibes y pibas que vamos a las universidades del Conurbano, somos los primeros de nuestra familias en poder ingresar a ellas, somos hijos e hijas de trabajadores. Como muchas veces la guita no nos alcanza para sostener nuestros estudios también trabajamos, muchos en call, otros como repartidores de APPS, o muchos en comercios y bares. Siempre fue difícil para nosotros estudiar, pero todo empeora a partir de la pandemia de COVID-19. Ésta profundizó aspectos de la crisis económica que ya venían en curso y ahora son miles los estudiantes del Conurbano que no tienen los elementos necesarios para cursar.
Ni hablar de los presupuestos universitarios que pierden frente a la inflación año tras año. Solo el aumento del presupuesto del 2018 al 2019, perdió un 15% frente a la inflación. Y el presupuesto 2020 no fue aprobado por el Congreso y hoy es ejecutado según Cafiero lo indique.
Los docentes a partir de la virtualidad también sufren la precarización, rara vez se concursan los cargos y en muchas de las universidades tienen contratos temporales. Hay que lograr la mayor unidad con los docentes, pelear juntos por presupuesto para la educación.
De esta manera, las universidades llegan a esta pandemia de COVID. Sin estar preparadas para afrontar nuestras realidades, la de miles de pibes en el Conurbano. Por eso empezamos a sufrir la deserción estudiantil, que no para de aumentar. Esto no es casual, siendo que según el ENACOM de cada 100 hogares en la Provincia de Buenos Aires 36 no tienen acceso a internet fijo.
El IFE de $10.000 otorgado por el gobierno no alcanza. Y Alberto Fernández y Axel Kicillof responden con militarización y no garantizan alimentos ni recursos suficientes para todas las familias.
Hay un incremento de las situaciones represivas muy alarmante. Desde el comienzo del gobierno, se le ha dado a las fuerzas de seguridad un rol importantísimo en la gestión de una crisis que es sanitaria. Pero esto no es casual, la pandemia vislumbro las desigualdades y profundizó la crisis económica y social. El control de las calles es parte de un plan para evitar cualquier tipo de respuesta de estos sectores que venimos pagando la crisis, los trabajadores, trabajadoras, jóvenes y sectores populares. Necesitamos dar una respuesta con lucha y organización a esta avanzada represiva.
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Desde el comienzo de la cuarentena a esta parte se suman decenas de denuncias sobre abusos, torturas, detenciones arbitrarias y casos de gatillo fácil en todo el país, como los casos Walter Nadal, Luis Espinoza, Lucas Verón o Alan Maidana. Hace más de dos meses desapareció Facundo Castro y la principal apuntada en el hecho es la Bonaerense. Lo subieron a un patrullero y su mamá no lo vio más. Parece como si Bullrich nunca se hubiera ido.
Pero hay universidades que abren sus casas de estudios para que estas fuerzas estudien, como la universidad de Lomas de Zamora y como en su momento en Universidad de La Matanza. Otras como las de Quilmes, que alojan estas fuerzas en el Campo de Deportes y se justifican diciendo que la misma Bonaerense les afirma que aquellos que cometieron estos crímenes, no están en el campo. O como sucedió en la UNSAM, donde el CECyT, denunció la presencia de Berni y la Bonaerense que utilizaban ese espacio como lugar de capacitación para lavarse la cara con los avances tecnológicos que realizan nuestras universidades.
El rol de las universidades debe ser otro. Cientos de estudiantes debemos organizarnos frente a las atrocidades de esta fuerza, que aplica la disciplina de las balas a cientos de jóvenes. Hay que pelear para que miles de estudiantes organizados en el Conurbano Bonaerense repudien el accionar de esta fuerzas, y exijan que no utilicen el campo de deportes de la UNQ. ¡Fuera la policía de nuestros barrios y universidades!
Este avance de las fuerzas represivas se da específicamente sobre los cientos de pibes que estamos en los barrios populares. Nos encontramos con nuestros hermanos paraguayos o bolivianos, que trabajan en su gran mayoría en trabajos informales, siendo muy difícil conseguir para ellos trabajos con derechos. El racismo existe en Argentina, ya que la policía los persigue y hostiga, discriminandolos de las peores formas.
Pero no es la única forma de discriminación y xenofobia que encontramos en el país. A los pueblos originarios, los dejan de lado todos los gobiernos. Son más de un millón de personas, de los cuales más del 70% tiene trabajos en negro, y la crisis de la pandemia recrudeció su situación que viven cotidianamente. Previa a la pandemia nos indignamos por las muertes de los niños wichis, ahora con la pandemia hubo más de 100 muertes generadas por el COVID. A esta desidia estatal, se le suma la violencia policial contra la cual son sometidos estos sectores, con una total impunidad como se vio el ataque brutal que sufrieron los tobas qom.
Este problema de la violencia policial y el racismo no es aislado de lo que sucede en el mundo, es parte estructural de este sistema capitalista.
No puedo respirar: el grito de una juventud que se levanta
La muerte de George Floyd dejó al desnudo en el corazón del imperialismo el racismo estructural que posee, y la profundización de la crisis económica en curso producto de la pandemia. Ni más ni menos que en EEUU arde la mayor rebelión social que haya visto nuestra generación; jóvenes latinos, afros y blancos unieron sus voces en un mismo grito de odio contra el racismo y la violencia policial.
La violencia policial y racista siguió cobrándose la vida de personas negras, incluso luego de que estallara la revuelta. Pero esta bronca que estalló, lleva acumulada más de 3 siglos, desde la propia esclavitud, pasando por las distintas leyes de segregación, hasta los tiempos actuales marcados por una creciente precarización del trabajo y la vida.
Somos una generación de jóvenes que desde la crisis mundial del 2008, no le es fácil conseguir trabajos estables. Según un estudio de la OIT antes de la pandemia el 77% de los jóvenes trabajamos en sectores informales. En la actualidad, producto de la crisis del coronavirus, 1 de cada 6 personas menores de 29 años han dejado de trabajar.
Con esta realidad y frente al racismo y la violencia policial se desata la Bronca, no solo en EEUU, sino en todo el mundo. En Gran Bretaña la juventud tiran las estatuas de los comerciantes de esclavos. En Francia hubo distintas manifestaciones contra la violencia y el racismo policial, dejando un nuevo problema para el gobierno.
En Brasil esta bronca tuvo su influencia ya que hubo importantes manifestaciones contra el reaccionario Gobierno de Bolsonaro, el vicepresidente Mourão y los militares. Miles salieron a las calles con las hinchadas de futbol a las manifestaciones antifascistas y antirracistas.
Una red estudiantil que enfrente lo que se viene
En Argentina, frente a esta situación se vuelve necesario construir una Red Estudiantil que pelee por la unidad de las diferentes demandas de los estudiantes. Para que la policía no siga avasallando nuestros derechos en los barrios y dar respuestas a la violencia racista que sucede en el mundo y en nuestro país. A su vez para pelear por mejores condiciones de cursadas, para que haya beca integrales de verdad para todos los estudiantes, y que ningún pibe o piba se quede sin cursar. Defendamos nuestro derecho a estudiar.
Según el INDEC el 35,4 % de la familias no tienen computadoras en el Gran Buenos Aires. Una computadora tiene un valor mínimo de tres IFE. Muchos quedamos afuera del IFE y la Beca Progresar no alcanza.
Nicolás Del Caño, presentó a inicios de la cuarentena, un proyecto de ley sobre impuesto a las grandes fortunas, en el Congreso. Este fue vetado por peronistas y cambiemitas. Pero si se hubiera aplicado, hoy con solo el 2.2% de lo recaudado en dicho proyecto, se podrían repartir 300.000 notebook de $ 100.000 c/u. De esta manera podríamos hacer frente a la deserción universitaria desatada por la pandemia.
El gobierno ya dijo que iba a pagar hasta el último centavo de deuda. Al día de la fecha el gobierno pagó USD 6000 millones. Solo con el 5% de lo que se pago, se hubiera podido repartir cien mil becas de $ 30.000 c/u, para que todos los estudiantes del conurbano puedan cursar y acceder a internet de calidad.
Desde En Clave Roja queremos que los estudiantes juguemos otro rol. Por eso desde la Secretarías de los Centros Estudiantes que tiene la izquierda en zona sur, colaboramos con la producción de sanitizantes de la fábrica recuperada de Ansabo. También participamos de la iniciativa de la Coordinadora de trabajadores de Ansabo que brindó su solidaridad y organizaron ollas populares, realizaron donaciones y la fábrica donó parte de su producción de sanitizantes, a los vecinos de Villa Azul.
Lo hacemos también en los centros que dirigimos. Como el ejemplo de la conducción del centro de estudiantes de Ciencias y Tecnología de la UNSaM, que mientras muchos centros durante la pandemia se encuentran paralizados, se puso al frente de organizar juntos a la fábrica recuperada MADYGRAF, sanitizantes y alcohol en gel para todas las hospitales cercanos y los barrios más humildes. Así se formaron fuertes comités de solidaridad con estudiantes para brindar ayuda en los hospitales, mientras se exige que el estado brinde los elementos necesarios, para que los trabajadores no queden desprotegidos.
Desde el CECyT, al igual que en todas las universidades del Conurbano donde tenemos secretarías, estuvimos juntos a los trabajadores precarios de la RED, que salieron a pelear por sus derechos, ya que incluso muchos de nosotros trabajamos en forma precaria.
Por eso los universitarios del Conurbano Bonaerense, que nos consideramos anticapitalistas, que somos antiimperialistas, internacionalistas y de izquierda debemos dar juntos esta batalla. Pelear junto a los trabajadores. También les que somos parte del movimiento de mujeres y diversidad sexual; quienes activamos contra el cambio climático; les que estamos en espacios culturales. Y también, sumar a todes les que militamos en las agrupaciones del PTS, el Partido Obrero, el MST, Izquierda Socialista, el PSTU, el Nuevo Mas, la tendencia del Partido Obrero, Poder Popular y tantos, tantos otres. Tenemos que seguir fortaleciendo las alianzas que conquistamos y las peleas que muchas veces damos a la par.
Queremos proponerte impulsar la asamblea de estudiantes del Conurbano de toda la izquierda, para pelear por un programa de que la crisis la paguen los capitalistas.