El 13 de septiembre se celebra el día del trabajador de uno de los sectores más afectados por la crisis. La fábrica de zapatillas Gaelle cerró y dejó 50 familias en la calle.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Jueves 13 de septiembre de 2018 15:57
Trabajadoras y trabajadores concentran a diario en las puertas de la reconocida fábrica de zapatillas Gaelle, en Avellaneda. Estuvieron allí desde las 6 de la mañana de este jueves 13 de septiembre, día del trabajador del calzado. Son más de 50 personas que se quedaron sin trabajo porque la empresa cerró.
La fábrica propiedad de José Lopes está ubicada en Brasil 373, de la localidad de Piñeiro, Avellaneda. Allí el jueves 22 de agosto los trabajadores se toparon con las persianas bajas y un cartel que comunicaba el cese de las actividades.
Melisa trabaja hace 23 años en Gaelle, desde que tenía 17. “Esto es una humillación terrible que nos está haciendo el señor Lopes porque no nos quiere pagar, nos echó de un día para el otro cerrándonos las puertas y sacándonos las pertenencias de adentro de la fábrica y no da la cara, no se presenta ni a las audiencias"
Melisa cuenta que nunca faltó e iba a trabajar enferma. Lopes ni siquiera dejó que entraran a retirar sus cosas, como señala. Una compañera tuvo que volver a hacerse los anteojos. El hombres solo bajó la persiana en medio de una conciliación obligatoria y pegó un cartel.
Se ha puesto de moda entre las patronales en los últimos años. Ya lo había hecho la multinacional Donnelley de la zona norte de la provincia de Buenos Aires, en 2014. Recientemente la patronal de Agrest, en el barrio porteño de Once, también cerró y decidió comunicarlo a sus 196 trabajadores con la misma modalidad. Nadie pone la jeta, como se dice, pero ellos y ellas deben volver a sus casas y contar a sus familias que ya no tendrán para pagar las cuentas, el alquiler, ni para comprar comida.
“Da la cara Lope$” decía un cartel detrás del entrevistado que hablaba por televisión. Jorge Villalba, delegado despedido de Gaelle, señalaba el miércoles a una periodista de C5N que entre las personas que quedan en la calle, hay una mujer embarazada y una con licencia por maternidad. “Este hombre aprovecha la situación del país y argumenta que hay crisis, pero nosotros sabemos que vende un millón de pares al año”.
Llorar y entre tanto, aprovechar
Villalba denunció que Lopes, quien fundara la empresa en 1982, está trabajando por fuera de la empresa con otra gente. “A nosotros nos echa ¿por qué? porque acá hay gente con 45, 35, 25 años de antigüedad”. Un movilero de AM 750 también habló con él.
El señor Lopes, empresario nacional, no quiere pagar las indemnizaciones. “Nosotros sí le pusimos ganas para que él crezca. Por qué nos abate en este sentido, de decir que nosotros boicoteamos la empresa. No es así, para nada, nosotros simplemente queríamos trabajar y ya que estamos afuera que nos pague la indemnización”, afirma Villalba.
La sangría de Gaelle empezó hace tiempo. En mayo de 2016 Lopes dejó en la calle a la mayor parte de las 300 personas que empleaba hasta ese momento. Los despidos y retiros voluntarios avanzaron de a poco, hasta que a las últimas 50 almas les tocó lidiar directamente con la persiana baja. La patronal llora y aduce que las ventas bajaron con la apertura de las importaciones.
Como bien señala Villalba “él se aprovecha de la crisis como otros empresarios del calzado que como dicen ellos, no da para pagar más que el 30 % pero nosotros no ignoramos, sabemos que les fue bien en el gobierno anterior”.
En diálogo con La Izquierda Diario, el joven relató que el último tramo del conflicto en Gaelle comenzó en junio. “Le comunicamos al sindicato que nos quería pagar el aguinaldo en tres veces o cuando a él se le cruzaba por la cabeza, entonces el sindicato se comunicó con el Ministerio para ver qué se podía hacer. Hicimos un paro dentro de los marcos legales y en consecuencia él nos pagó en tres veces como él quiso y no nos pagó los días de paro. En este momento estamos en una conciliación obligatoria. Tendríamos que haber entrado a trabajar, sin embargo nos dejó afuera hace más de 20 días y está violando toda clase de regla. En el Ministerio de Trabajo de Avellaneda no se presentó a ninguna de las audiencias y argumenta que nosotros boicoetamos la empresa".
¿Feliz día?
“13 de septiembre: ¡Feliz día del Trabajador del Calzado! La leyenda cuenta que los hermanos San Crepín y San Crepiniano, llamados también San Crispín y San Crispiniano, eran miembros de una noble familia romana que fueron enviados a evangelizar las Galias, por lo que son considerados los apóstoles del Norte de Francia. Esta era una misión en la que no podían ser descubiertos, por lo que en las mañanas se dedicaban a cumplir su trabajo religioso y en las noches trabajaban como zapateros para pagar sus gastos y mantener las apariencias. De ahí su patronazgo sobre el Gremio”. El saludo y la explicación de la efeméride fue publicado en el sitio de la la Cámara de la Industria del Calzado (CIC).
No sabemos si la cámara que reúne a las patronales del sector, felicita solo a quienes todavía preservan sus fuentes de trabajo o también a quienes dejaron en la calle. Eso sí, la filantropía ante todo. Ni bien uno entra al sitio de la CIC se encuentra con un mensaje que solicita solidaridad. “La asociación civil Mamis Solidarias realizará su tercer viaje a Misiones y necesitan llevar calzado a las comunidades guaraníes”. Ningún mensaje dedicado a los papis y las mamis del calzado que ya no tienen una fuente laboral para llevar zapatillas ni comida para sus hijos.
El sector del calzado es uno de los más afectados de la industria local por la apertura de las importaciones. Además, se suma la fuerte caída del consumo. ¿Quién compra zapatillas hoy, cuando no alcanza ni para pagar las tarifas? La Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado de la República Argentina (Uticra) denuncia la pérdida de 6.000 puestos de trabajo, entre despidos directos o encubiertos como retiros voluntarios.
En marzo de 2017 Puma decidió retirarse del país y dejó sin trabajo a 140 personas: 70 de su fábrica de Sanagasta, 40 en Chilecito y 30 en la ciudad de La Rioja. En julio de 2017 la fábrica de calzado DASS, una de las más importantes fuentes de empleo de Coronel Suárez y alrededores, inició un plan de suspensiones.
A fines de mayo de este año Paquetá, empresa fabricante de calzados de capitales brasileños, comenzó un plan de retiros voluntarios en su planta de Chivilcoy. 20 trabajadores aceptaron el retiro voluntario y de acuerdo al sitio Línea Sindical, “el objetivo sería reducir la planta de producción a la mitad". Abierta en 2006, Paquetá confecciona calzados para marcas como Adidas. Tuvo 900 operarios pero en los últimos dos años fue reduciendo la plantilla.
El 16 de agosto la planta Extreme Gear ubicada en Esteban Echeverría cerró y dejó en la calle a 547 trabajadores que confeccionaban zapatillas que también eran compradas por Adidas.
En enero Uticra mandó "una carta al Ministerio de Trabajo y al Ministerio de Producción para ver si hay una reactivación con una suspensión por 180 días de las importaciones”, planteó a los medios Horacio Jerez, secretario adjunto del sindicato. El 3 de septiembre Uticra emitió un comunicado en el que denuncia “un porcentaje de pérdida de puestos de empleo de más del 50% entre junio de 2015 y el mismo mes de este año”.
Agustín Amicone es el histórico secretario general de Uticra y forma parte del Consejo Directivo de la CGT. ¿Qué medidas han tomado la central obrera y el sindicato, mientras los despidos y las suspensiones avanzan, para frenar el ataque a los trabajadores del calzado?
Son ellos o nosotros
En mayo la CIC cumplió 102 años. En un evento realizado con motivo del aniversario, su presidente, Alberto Sellaro, brindó una entrevista al programa Industria Argentina, país en marcha. "Un festejo muy lindo pero en un marco que por supuesto no era de alegría como suelen ser los festejos en la Cámara del Calzado”, relata la periodista que se acercó a hablar con estos hombres de negocios. Ella se compadece por la situación de los señores, pero dice una gran verdad a la que hay que prestarle atención: ahora no hay alegría pero solía haberla. “Sabemos que les fue bien”, en palabras de Villalba.
En el mismo reportaje, Miguel Acevedo, presidente de la UIA, también expresó su preocupación. A lo largo de los testimonios de ambos hombres, la palabra trabajadores fue mencionada una sola vez, en boca de Acevedo, para referirse al momento en que un empresario empieza a ver cómo bajar costos cuando “una empresa está en problemas”.
Acevedo finalizó su participación en el reportaje con un mensaje muy claro. “Felicito a toda la industria del calzado, que siga invirtiendo en Argentina. Hay momentos difíciles, los vamos a pasar todos juntos y ya vamos a tener otras épocas mejores y esto lo vamos a recordar como un tema del pasado. Somos empresarios”.
Para ellos no hay chance de pensar en otra opción. Piensan que van a salir todos juntos porque su objetivo es seguir adelante sin pagar de sus bolsillos el costo de la crisis. No se les ocurre sacrificar ni un peso de sus ganancias, producto de los tiempos felices. Mejor, que se hagan cargo los trabajadores y trabajadoras, como en Gaelle, en Extreme Gear, Dass, Puma o Paquetá. Ellos no quieren hacerse cargo. Son empresarios. Son ellos o nosotros.