En la reunión del G20 del viernes el secretario del Tesoro de Estados Unidos alabó el desempeño de la economía de su país y pidió a la Eurozona y a Japón medidas para estimular sus economías. Hace unos días la OCDE recortó las proyecciones de crecimiento para las principales economías del mundo.
Sábado 20 de septiembre de 2014
Durante el día de ayer, en una reunión en Australia de funcionarios del G 20 -conformado por un grupo de países que incluye desde el G7 hasta países como Argentina, Brasil, Indonesia, entre otros-, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, solicitó a la eurozona y a Japón que tomen más medidas para estimular el crecimiento, según informa Reuters.
Este pedido ocurre en un momento donde la economía mundial tiene un desempeño muy poco favorable a 6 años de iniciada la crisis financiera. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) hace unos días recortó las proyecciones de crecimiento de las principales economías del mundo, tal como analizamos en la edición del martes.
Los señalamientos de Lew frente a las autoridades de los países del G20, comenzaron alabando la fortaleza de la economía estadounidense y dijo que se necesita trabajar más para lograr un crecimiento rápido y balanceado que apoye a la demanda. Sin embargo, esta autoconfianza de Lew, parece contrastar con la reciente decisión de la FED de mantener casi en 0 a la tasa de interés, ante la incertidumbre de los reportes estadísticos que muestran una débil recuperación de la economía norteamericana según informamos en la edición del jueves.
Cruzando el atlántico, los deseos de Lew, no parecen tener mucho eco. En una escala en Hong Kong, el ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble dijo que la economía de su país está fuerte y que es importante para Europa mantenerse en el sendero de la reforma fiscal. "En la economía global y Europa estamos en una situación en la que parece haber demasiada liquidez y demasiada deuda pública", dijo Schäuble a periodistas. En Europa, la Alemania de Merkel sigue aferrada a su programa de austeridad, a pesar de los intento del presidente del Banco Central Europeo, el italiano Mario Dragui, por alentar ciertos estímulos sobre la inversión y el consumo a través de inyectar dinero fresco en los bancos europeos, aunque aún con pobres resultados.
Lew tampoco se privó de dar indicaciones al ministro de Finanzas de Japón, Taro Aso, a quien le dijo que “Tokio debe seguir comprometido a calibrar los puntales de su política económica para mantener un crecimiento doméstico sostenible sano.” El gobierno de Japón este viernes redujo su evaluación económica global por primera vez en cinco meses ya que el consumo privado está luchando para recuperarse de la crisis causada por la subida de impuestos de ventas de abril, nublando las perspectivas de una recuperación sostenida. Sin embargo, el funcionario japonés, Aso, se mostró en desacuerdo con la visión de que Japón, al igual que la zona euro, es un lastre para el crecimiento económico global, según afirmara Lew.
Aunque Estados Unidos, aproveche cada ocasión para marcarle la cancha al resto del mundo, no parece estar en una situación tanto más holgada, como para lograrlo. Una desmejora en el crecimiento económico de las principales potencias puede retroalimentar salidas individuales de los Estados que generen más incertidumbre. Tal vez, esa sea la preocupación de fondo de Lew.