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Red Internacional
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HACIA LA CONFERENCIA DEL PTS. En el primer año del Frente de Todos crece el ajuste, pero también las luchas: necesitamos una dirección clasista

Tras las duras peleas de los sectores precarios, se suman nuevos procesos entre las trabajadoras y trabajadores ocupados y la juventud. Una oportunidad para el avance de una corriente clasista y militante en el movimiento obrero.

Sábado 5 de diciembre de 2020 20:23

En estos días se reunió nuevamente la mesa obrera del comité central del PTS, con dirigentes de agrupaciones clasistas de distintos gremios. Allí retomamos la pregunta que nos habíamos hechos en la reunión previa: ¿se empieza a mover la clase obrera ocupada? ¿A qué nivel?

La primera respuesta fue que efectivamente las definiciones de la nota que habíamos publicado y los documentos que estábamos discutiendo hacia la conferencia tenían que ser actualizados. Es evidente que el malestar entre la clase trabajadora ha seguido creciendo, pero que además han permanecido y se han multiplicado distinto tipo de luchas.

En esta nota intentaremos resumir la situación que vivimos actualmente, la etapa de ajuste que seguramente se extenderá más allá de estos meses y qué condiciones plantea esto para el avance de una corriente clasista en la clase trabajadora.

1. Las luchas se multiplican antes de que termine el primer año de gobierno

En la primera parte del año, la pandemia y la cuarentena habían aplacado la conflictividad. Habíamos visto luchas sindicales aisladas, pero la clave fueron las tomas de tierra de los sectores a quienes primero había pegado la crisis. Desde septiembre se sumó a ese proceso el “despertar” en distintos sectores “en blanco” y sindicalizados, pero también de sectores precarizados.

Como veníamos discutiendo, se trata de un fenómeno inicial, en muchos casos defensivo ante patronales que se han envalentonado, pero es indudable que hay una multiplicación de las luchas trabajadoras. Los motores de ese malestar ya estaban claros: quienes esperaban recuperar lo perdido vieron que con la pandemia, las medidas del gobierno y las patronales, su situación empeoró. Al aumento de la desocupación entre los sectores “informales”, se suman las paritarias congeladas o a la baja en casi todos los gremios, así como los intentos de precarización en muchas empresas.

En la reunión y los hechos que venimos reflejando en La Izquierda Diario, creemos que lo primero para destacar son la cantidad y variedad de conflictos que surgen, que además empiezan a realizar distintas acciones directas. Desde el Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC), sus agrupaciones y La Red de precarios e informales venimos siendo parte de la mayoría de estos conflictos, con propuestas para que triunfen como explicamos más abajo.

-Luchas duras por vivienda y de otros sectores precarios. La impactante acción de este jueves 3/12 de las familias de Guernica confirma no solo su decisión de seguir organizadas hasta conseguir “tierra, vivienda y trabajo digno”, sino que continúa el desarrollo de ese fenómeno que emergió ante el salto de la crisis social. Siguen las tomas en Rosario (Magaldi y La Cariñosa), Neuquén (Centenario), Río Negro (General Roca), La Plata (Los Hornos), el Gran Buenos Aires (Garrote, Los Ceibos, Rafael Castillo, etc), así como en Tucumán, Jujuy y Mendoza.

Pero además vemos crecer reclamos “laborales” de los sectores más explotados. Podemos citar brevemente, ya que están contados en la nota “Juventud trabajadora: organizar en unidad a lxs precarizadxs”. En Córdoba se destaca la persistente pelea de las despedidas de limpieza, que se ha hermanado con las y los feriantes que salieron a reclamar.

Si al principio de la pandemia habíamos visto el despertar de les pibes de cadenas rápidas y otros locales gastronómicos, las “apps” (Rappi, Pedidos Ya) y muchos call centers, el fenómeno creció por la crisis y los ataques empresarios. Estamos hablando de las movilizaciones de trabajadores rurales en Tucumán y Jujuy (por plan interzafra) y en Río Negro (por salarios y zona desfavorable). También docentes, municipales y trabajadores de la salud precarizados en varias provincias (así de como otros trabajadorxs del Estado que hablaremos más adelante). Hubo acciones de tercerizados de los ferrocarriles y aeronáuticos, así como el reclamo de pase permanente a planta se ha “colado” en los paros salariales de Televisión.

Pero es importante destacar algunos procesos en este sector. Tras las movilizaciones en varios call centers de Tucumán, en las últimas semanas vimos la pelea contra el lock out patronal en Hey Latam en Rosario, que nos detendremos luego. En Comercio la bronca se ha expresado en distintos lugares. Desde Jujuy y Tucumán, que vienen realizando movilizaciones masivas por el horario corrido y tiempo para vivir, hasta los reclamos contra el bono miserable de Cavalieri en distintas cadenas del AMBA. Hay que mencionar la lucha en defensa de 500 puestos de trabajo en el Parque de la Costa.

El aumento de la pobreza y del ajuste “social” del Gobierno ha puesto en la calle también a las distintas organizaciones de desocupados y cooperativistas, que en la primer semana de diciembre han realizado movilizaciones y cortes por el aumento de la cantidad y monto de los planes y asistencia a los comedores, tanto en las provincias como en la zona metropolitana.

-La “primera línea” dice basta. No hubo semana desde que comenzó la pandemia que no haya habido reclamos en hospitales y clínicas, desde pequeñas ciudades a la zona metropolitana. Las luchas más duras las hemos visto en Chubut y Misiones, contra el ajuste de gobernadores aliados de Alberto Fernández. A pesar de la pasividad de las conducciones gremiales y sus convocatorias divisionistas, como si no alcanzaran las 300 muertes, 54 mil contagios y el atraso salarial, lo nuevo es que el conflicto se viene expresando en la calle. Pero además que empieza a haber acciones mucho más amplias como la que vimos este 3/12 en la Ciudad de Buenos Aires, donde marcharon más de 4000 trabajadores de la salud, uniendo el reclamo de médicos, enfermería y otros sectores.

-El Estado ajusta

Pero la bronca también invade a quienes pertenecen a otros gremios del Estado. Quienes creían que iban a recuperar el salario real perdido con Macri se encontraron con un nuevo robo, con la complicidad de UPCN (y en muchas provincias también ATE). Sin embargo, hemos visto paros nacionales por salario en el INTA, provinciales (peajes Santa Fe), así como protestas por despidos y condiciones de trabajo en dependencias de Pami, ANSES o Judiciales de San Luis y Neuquén.

Las y los municipales también salieron a la calle. Podemos nombrar los actuales conflictos de La Matanza y Almirante Brown, Centenario y Zapala (Neuquén), Orán y Aguaray (Salta), Las Heras (Santa Cruz), entre otros. Los más duros fueron el de Córdoba, que incluyó masivas marchas y represión donde la conducción firmó un acuerdo cuando había fuerzas para conseguir más. Y el que estamos viviendo ahora en Jujuy, con paros de 48 horas y piquetes, reprimidos por la policía de Morales, ante la brutal precarización que sufren.

Las conducciones docentes han mostrado un total alineamiento con los distintos gobiernos, aceptando las condiciones de trabajo y una paritaria miserable. Sin embargo, tras el triunfo contra la ley de educación en Mendoza, hemos visto movilizaciones en Chubut, paros nacionales de docentes universitarios y en las últimas semanas los de la seccional Rosario de AMSAFE y ATEN Neuquén.

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-Luchas por salarios y contra ataques en grandes gremios. En las últimas semanas hemos visto marchas, caravanas, protestas y hasta paros nacionales en gremios “estratégicos”, muy importantes para la economía. Las grandes patronales ganaron fortunas mientras sus trabajadores se expusieron en la pandemia, pero quieren aprovechar para ajustar salarios y flexibilizar. Uno de los más importantes son las telecomunicaciones. En telefónicos hubo un paro con 90% de acatamiento que forzó un acuerdo que no dejó conforme a “las bases”. En Televisión (sindicato que nuclea TV por cable e internet) hubo un paro nacional este 3/12 que incluyó movilizaciones en las principales ciudades del país, con fuerte participación de base.

Algo similar pasa en la industria agroexportadora: aceiteros y recibidores de granos convocaron una huelga nacional unificada este 2/12 ante la miserable oferta paritaria. Aunque fue de 24 horas, el conflicto sigue abierto. Los aceiteros de San Lorenzo llevan 3 días de paro con piquetes, en reclamo de un bono especial.

En otro grupo ligado a las exportaciones, Molinos, el malestar obrero impuso la unidad de acción de las comisiones internas de distintos gremios, anunciando marchas y otras medidas por un bono especial de 22 mil pesos.

Pero uno de los conflictos que mostró la disposición de empezar a pelear y exigir acciones a las conducciones fue la Alimentación. Ante la pasividad de Daer y la Federación, la bronca recorrió las grandes plantas de Arcor y Bagley en varias provincias, con paros y piquetes. Así se “destrabó” la negociación aunque con un acuerdo “a la baja”, que mantiene el malestar y refuerza el pedido de un bono en muchas fábricas.

Quizás uno de los gremios que tuvo más conflictividad fue la UTA. Durante el año vimos conflictos masivos como Córdoba, y otros importantes como Tucumán, La Rioja o Jujuy, que “cerró” hace pocos días. En la zona metropolitana vimos paros en líneas y persisten los cortes de “choferes unidos” (autoconvocados). El más largo fue sin dudas el de Rosario, con 85 días de paro y varias marchas, la última autoconvocada. La crisis del transporte hace que en estos días la conducción burocrática de Roberto Fernández amenace con un paro nacional “en reclamo de subsidios”, pero confirma que la crisis y conflictividad seguirá abierta y hasta ahora no ha podido ser canalizada por la oposición “moyanista”.

Las aerolíneas también han atacado a sus trabajadores. Desde hace meses vemos el conflicto de Latam en defensa de los puestos de trabajo, uno de los más destacados de esta etapa por la persistencia y acciones que han realizado sus trabajadores y trabajadoras. Pero también hay conflictos por salario y ataques en tercerizados de Aerolíneas Argentinas, Latam y controladores aéreos. A los ferroviarios el aumento del 7% no les cayó bien. La oposición convocó dos marchas que tuvieron mucha simpatía en todas las líneas. En señaleros también hubo movilizaciones opositoras. En el Puerto de Buenos Aires vimos el conflicto del SUPA y luego en la Terminal 5.

En otros gremios se suceden reclamos por salarios o ataques patronales que no aparecen en ningún medio. En la UOM hay conflictos en distintas ramas y fábricas. Entre ellas el conflicto en Gri Calviño (Florencio Varela) que esta semana votó nuevas medidas de luchas. En SIAT (Techint) marcharon el 2/12 contra recortes salariales. En Córdoba y Tierra del Fuego hubo conflictos por salario o cierres (ocupación de Ambassador), así como una marcha dentro del Parque Industrial Almirante Brown. Este viernes 4/12 hubo dos importantes movilizaciones: en Campana obrero de Siderca organizados en asambleas se movilizaron por cuarta vez a la seccional con un pliego que incluye fin de los despidos, pase a planta y reapertura paritarias. En Gálvez(Santa Fe) más de 200 obreros autoconvocados marcharon al gremio contra el miserable aumento.

Podemos seguir con otros conflictos: el paro en Clarín, Página 12, Cronista y otros medios escritos este 3/12; el paro en la Línea A de subtes; el corte de ruta que realizan obreros de la curtiembre de Nonagasta (La Rioja); la lucha de los pesqueros de la empresa Cabo Vírgenes SRL (Rawson) y en La Reginense (Río Negro); la defensa de las gestiones obreras en La Terre (Mendoza), La Nirva y Cerámica Neuquén, que impulsó un Encuentro Regional de Trabajadores; el bloqueo a la ceramista Loimar en Tandil; los reclamos en las mineras patagónicas Cerro Vanguardia y Minera Santa Cruz por condiciones laborales y Minera Aguilar contra el cierre, a la que se agrega este fin de semana la paralización de Loma Negra por un conflicto salarial en su proveedora Minerar; el rechazo a los ataques en Dánica y Danone, o al cierre del Hotel Sheraton (Córdoba), entre otros casos que surgen día a día.

2. Las viejas costumbres de la burocracia, los nuevos fenómenos

Además de esa cantidad de conflictos que se renueva, es interesante ver cómo el malestar y la actitud de las burocracias sindicales han visto surgir fenómenos de autorganización.

En primer lugar en muchas tomas de tierras, donde un sector de vecinas y vecinos impulsó elección de delegados pero también del método de asambleas para tomar las decisiones.

Los procesos de “autoconvocados” se repiten en distintas provincias y gremios. Lo hemos visto en el masivo conflicto de la UTA en varios Rosario y antes en Córdoba. También en otros conflictos de choferes que escapan a la conducción oficial y la oposición burocrática de Miguel Bustunduy. En Tucumán desde hace unos meses vemos un fenómeno nuevo entre los trabajadores golondrina, que se vienen movilizando de manera independiente a la conducción como “Autoconvocados UATRE”. En esa provincia tenemos también el ejemplo de Comercio, con marchas también “autoconvocadas” hacia las cadenas y el propio gremio.

También en la salud la pasividad de las conducciones hizo que en marchas en el interior así como en la que vimos el 3/12 en la Ciudad de Buenos Aires, crecieron las columnas independientes de la burocracia, impulsadas por enfermeras, jóvenes residentes y otros trabajadores en confluencia con la izquierda.

Pero entre los fenómenos a destacar hay dos muy interesantes. Por un lado lo que estamos viendo en Córdoba, donde las trabajadoras de limpieza que se autoconvocaron por reclamos salariales y siguieron organizadas para enfrentar los despidos, hoy se coordinan con feriantes y otros sectores de trabajadores. Por otro, lo que está sucediendo en los call center de Rosario. Los trabajadores de Hey Latam enfrentan duramente la pérdida de 300 puestos de trabajo. Acampan en la puerta de la empresa, eligen representantes en asamblea para participar de las negociaciones, buscan coordinar con los jóvenes de Easy Call y Konecta y marcharon al Sindicato de Comercio para exigir un paro regional.

En otros casos, donde las conducciones deben convocar medidas ante el malestar popular y la dureza de las patronales, las bases muchas veces buscan expresar de manera más contundente las medidas o sumar otros reclamos no atendidos por los “cuerpos orgánicos”. Es lo que comentábamos de las marchas de la salud y también lo que sucede en muchas seccionales del Sindicato de Televisión donde gran parte de los jóvenes están precarizados. Se pudo ver en las marchas de la oposición ferroviaria y sobre todo en la Alimentación, con un activismo que sorprendió al sindicato y las empresas, pero además no quedó conforme con el acuerdo.

Ante la crisis y el ajuste, las cúpulas sindicales en todas sus alas han tenido una actitud cómplice, empezando por la CGT. Hoy el sindicalismo peronista está atravesado por fuertes tensiones. No solo por sus internas por la conducción, sino porque su pacto con el Gobierno y las patronales, en tiempos de ajustes, promete nuevos choques con las expectativas e ilusiones de millones de trabajadores y trabajadoras, sindicalizados o no. Eso advierte la posibilidad de ataques al activismo, para los que hay que prepararse, así como también que algunos de sus sectores intenten canalizar parte del descontento.

Ante esta realidad y la discusión que venimos haciendo hacia la conferencia del PTS, reafirmamos la importancia que cobra La Izquierda Diario no solo para reflejar los conflictos que el resto de los medios callan, con una red de miles de corresponsales, sino para extender las propuestas e influencia del clasismo en todos los gremios.

3. La alianza con otros movimientos populares

Hay otros procesos que hay que prestarle mucha atención. Los planes de ajuste incluyen la entrega de los recursos naturales y la agenda extractivista. Ya vimos la histórica lucha en defensa del agua en Mendoza. En estos momentos estamos viviendo un conflicto decisivo en Chubut. El gobernador Mariano Arcioni, parte del Frente de Todos, quiere avanzar con el desarrollo de la megaminería en la meseta. El pacto con el FMI está ligado al saqueo y la entrega del país, para pagar la deuda fraudulenta.

Por eso en noviembre y diciembre hemos visto el renacer de la movilización popular “No a la mina”, que junto con masivas movilizaciones logró imponer un paro provincial a la Mesa de Unidad Sindical.

También hemos visto en las calles a otros sectores en lucha. Las ferias populares como emergente de la crisis son la salida para muchos despedidos, amas de casa y jubilados. Sin embargo los gobiernos persiguen a feriantes y vendedores ambulantes, en Jujuy, Córdoba y la Provincia de Buenos Aires.

En Jujuy el movimiento de mujeres volvió a salir a la calle por Ni Una Menos, y ahora se enfrenta en todo el país al desafío de imponer en las calles el derecho al aborto legal, seguro y gratuito por el que peleó la marea verde estos años.

La clase trabajadora tiene que ser un gran aliado para levantar e imponer las reivindicaciones de todos estos movimientos de lucha.

4. Para lo que viene: una dirección clasista para pelear por la unidad de las filas obreras y un programa para que la crisis la paguen ellos

Entonces, retomando la pregunta inicial: ¿empezó un ascenso generalizado de las luchas obreras y populares? No aún, pero sí hay un crecimiento cualitativo y extendido de luchas, por ahora esencialmente reivindicativas, pero que choca contra los empresarios, muchas veces con la burocracia y el mismo gobierno. Un proceso inicial pero muy importante que es necesario seguir semana a semana. Sería un error verlo como algo coyuntural, quedarnos con “la foto”. Va a haber momentos más conflictivos y otros menos, sea por las vacaciones o la campaña electoral.

La clave es ver “la película”. Entender que estamos ante un nuevo saqueo. Un pacto entre los grandes empresarios, las burocracias sindicales y el Gobierno para descargar la crisis sobre la clase trabajadora. Aumentar la explotación; la precarización laboral y de la juventud en particular; el “ajuste fiscal” y el ataque a las condiciones de vida de millones.

Ya anunciaron el recorte de la IFE, el fin de la ATP en muchos sectores, un “plan laboral” con salarios de $ 9 500, y el inminente fin de la prohibición despidos y la doble indemnización. El Presupuesto 2021 anuncia recortes en salud para pagar más deuda. La “nueva movilidad” es un nuevo robo a las y las jubilados. Esta semana se confirmó que la pobreza no para de crecer.

Esos pactos y ajustes, como ya mostró Guernica y los conflictos que recorrimos, llevarán más temprano que tarde a un choque entre el gobierno peronista y los millones que lo votaron.

Ante este panorama lo que queremos remarcar es que la multiplicación de las luchas, los nuevos fenómenos que empezamos a ver y la experiencia con el Gobierno y las conducciones sindicales, abren una gran oportunidad de intervención y el crecimiento de la izquierda clasista.

En estos años hemos estado en cada una de las peleas, muchas veces actuando “contra la corriente”. En el período anterior desde el PTS y el MAC fuimos parte de luchas duras como Lear, PepsiCo, Mafissa, Kraft, Astilleros, Jabón Federal, Fate, así como en las gestiones obreras Zanon y MadyGraf, procesos como el Subte y los Suteba opositores, sectores tercerizados (Aerolíneas, Ferroviarios, Telefónicos).

En los últimos meses nuestras agrupaciones hicieron una fuerte campaña en decenas de gremios en apoyo a Guernica y otras peleas por tierra y vivienda. Con colectas solidarias, marchando y resistiendo el desalojo, ahora participando activamente en la acción del Puente Pueyrredón. Peleando incluso para que los sectores “en blanco” apoyen a sus hermanos de clase, debatiendo incluso con muchas organizaciones de izquierda que no luchan en los sindicatos para que estos tomen en sus manos la lucha de los más pobres. De la misma forma que hay que hacerlo con todas las causas populares, para no ser una corriente meramente sindicalista que lucha por sus afiliados sino que pelea por unir las filas obreras y levantar los reclamos del conjunto del pueblo oprimido, como verdaderos "tribunos del pueblo".

Hoy creemos que si actuamos con audacia, podemos confluir con los sectores más decididos a resistir, avanzar en la coordinación de las luchas y los sectores combativos, que nuestras propuestas sean tomadas por más compañeros y compañeras. Solo así la izquierda clasista tiene la posibilidad de estar a la altura de los momentos de luchas duras que se vienen, nada menos que contra las grandes patronales, la burocracia y el gobierno peronista.

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¿Qué política y qué programa tiene que tener esa corriente clasista?

Desde que comenzó la crisis sanitaria y social, desde el MAC y hemos estado junto a nuestros hermanos más precarios. Esas peleas por la unidad de las filas obreras creemos que fortalecieron la conciencia y calidad de nuestras agrupaciones. Junto a lo ya conquistado, como la referencia de nuestras agrupaciones en el Frente de Izquierda Unidad como polo de independencia de clase, abren la posibilidad de impulsar una corriente militante más fuerte y consciente en el movimiento obrero, para unir a los sindicalizados, precarios y desocupados.

Pero también discutimos que estos sectores más avanzados, cuanto más se desarrolle la lucha en las empresas, más política deben tener hacia la base de los grandes sindicatos. Por ejemplo, haciendo exigencias concretas a las actuales conducciones de que abandonen su pasividad cómplice o tomen medidas de lucha a la altura de los ataques.

Hoy, ante los ataques que vemos y el ajuste a los jubilados, hay que exigir a la CGT y las CTA la convocatoria a un paro nacional además de plenarios y congresos de delegados para impulsar estas medidas. No como una medida aislada, sino para desplegar toda la fuerza de la clase trabajadora y así dar pasos hacia la huelga general que pueda derrotar el ajuste del gobierno y el FMI.

Desde el MAC peleamos por la unidad de acción, con nuestras propias banderas, con quienes enfrenten realmente los ataques patronales. También estamos abiertos a hacer acuerdos o bloques con sectores independientes de la burocracia si estos ayudan a desarrollar el movimiento de lucha. Pero creemos que, ante la crisis que viene en medio de un gobierno peronista, más que nunca necesitamos construir una dirección clasista.

Hablamos de una dirección que luche por la unidad de las filas obreras. Que pelee por sindicatos independientes del Estado y las patronales, combativos y democráticos, donde las asambleas y los delegados mandatados por la base sean quienes decidan. Una dirección que impulse la organización democrática y amplia, como los fenómenos de autoconvocados y la coordinación de las luchas.

Una dirección que pelee para que las organizaciones obreras levanten las principales demandas del pueblo trabajador y no solo los de sus propios afiliados. La defensa del salario y el empleo, el 82% móvil a las jubilaciones, que frene los despidos y la precarización laboral, que pelee por el derecho de las mujeres y la juventud trabajadora, que rechace los tarifazos, la destrucción del medio ambiente y el pago de la deuda, para que esa plata vaya para educación, salud y vivienda.

Que ante la naturalización de que millones vivan en la pobreza, como “seres humanos de segunda”, organice la lucha por un plan de obras públicas que impida la degradación de la desocupación y solucione las necesidades sociales, uniendo la lucha por el empleo, por la vivienda y por el salario. Que levante como una de sus principales banderas el reparto de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles, con un salario mínimo que cubra la canasta familiar.

Desde el MAC y de cada una de las agrupaciones que lo conforman llevaremos estas propuestas al Plenario Sindical Combativo. Creemos que esta debe ser la orientación de este reagrupamiento del que participamos.

Vamos hacia momentos más convulsivos seguramente. A la corta o a la larga serán "ellos o nosotros". Nadie quedará al margen de esta gran batalla que comienza. Por desde el PTS impulsamos las agrupaciones clasistas junto a compañeros y compañeras independientes, para los combates de hoy pero sin perder el horizonte de que peleamos para que la crisis la paguen los capitalista e imponer un gobierno de los trabajadores basado en organismos de democracia directa.

En base a lo que hemos discutido y resumimos en esta nota, decidimos dar un nuevo impulso al MAC, incorporando más agrupaciones y a cientos de nuevos compañeras y compañeros, para formar una verdadera red militante de trabajadores clasistas.