El conglomerado del cuestionado ex presidenciable Franco Parisi, entró en el debate plebiscitario sumándose a la campaña del rechazo con los mismos argumentos y fake news que caracterizan a la derecha.
Miércoles 10 de agosto de 2022
El Partido de la Gente, PDG, tienda que se referencia en el cuestionado empresario Franco Parisi, hizo su aparición en la franja electoral de cara al plebiscito del 4 septiembre, junto a las banderas del rechazo.
Con lo anterior no hacen más que afirmar el sector político al que representan, aun cuando señalan no ser “ni de izquierda, ni de derecha”, pero entonces ¿Qué son?, ¿Qué intereses representan?.
A pesar de vestirse de seda no pueden ocultar que su política tiene una clara preferencia por los sectores de derecha. Hace un par de meses vimos como el PDG se cuadraba junto a José Antonio Kast para la presidencia.
Así mismo, sus parlamentarios, como Yohana Ahumada ni se arrugan para exigir el despliegue de militares mediante un estado de excepción en la zona norte del país.
Así mismo, hemos visto más recientemente, a uno de sus referentes, como Gaspar Rivas, pasearse por la televisión autodenominarse el “Bukele” chileno y referenciarse como “un sheriff” para hacer justicia con sus propias manos.
En la franja plebiscitaria, recurren a las mismas fake news e impulsan los mismos valores y sentidos comunes atrasados y conservadores en los que se referencia toda la derecha.
Saludamos a Javier #Milei en #Argentina por tremenda votación y por el triunfo en su elección. pic.twitter.com/bbFCxqrwH4
— Franco Parisi (@Parisi_oficial) November 15, 2021
No por nada, el propio Parisi felicitó al libertario conservador Javier Milei en su elección en Argentina, un político al servicio del gran empresariado y totalmente contrario a los intereses populares, amante de las privatizaciones y de la flexibilidad laboral, enemigo de los derechos laborales y femeninos.
Los trabajadores y el pueblo no pueden caer en este tipo de trampas discursivas. Por más que se vistan de apolíticos no pueden pasar por alto la simpatía que el PDG y sus referentes sienten por la derecha internacional, con quienes comparten ideas para descargar la crisis sobre los más pobres.