Durante el segundo gobierno de Piñera, la Universidad San Sebastián recibió más de $3.500 millones por servicios de laboratorio en pandemia,otorgado desde el Ministerio de Salud.
Domingo 20 de octubre
En el segundo gobierno de Sebastian Piñera, la Universidad San Sebastián(USS) tuvo un gran aumento en sus ingresos. El total llega a 7 mil millones en compras. Una gran parte de este dinero venía de la Subsecretaría de Educación con la firma de Marcela Cubillos, quien además como se sabe, tenía un sueldo de 17 millones de pesos.
Pero el ministerio de Educación no fue el único que entregó sumas millonarias a la USS, sino que también lo hicieron las secretarías regionales de Salud. Por ejemplo, las boletas llegan a un total de $2.160 millones a la USS. Pasaron a ganar de 97 millones a 399 millones en 2016 y 2017.
El total pagado durante el 2021 por las entidades públicas, llega a $1.010 millones. Dentro de los usos del dinero que se mencionan, están el procesamiento de exámenes PCR para detectar Covid, La situación se vuelve aún más turbia con la llegada de Enrique París, donde incluso hay tratos sin regularizar por $2.550 millones.
El financiamiento millonario de la derecha a la USS
Un negocio redondo para la USS otorgado por la derecha, donde cabe mencionar que varios representantes del directorio pertenecen o pertenecían a Chile Vamos. El discurso de no hacer gastos desde el Estado o de “responsabilidad fiscal”, queda por el suelo en los hechos con las acciones de la derecha. El sueldo de $17 millones de Marcela Cubillos es parte de estos ejemplos incomprensibles para cualquier trabajador en el país. Hay que entender que el 45% de los fondos que recibe la USS son estatales.
La crisis educativa solo puede enfrentarse con un programa estudiantil que busque ponerle fin al negocio en la educación. Para esto hay que conquistar un sistema único de educación estatal y público, financiado 100% por el Estado, donde a las universidades puedan entrar todas y todos quienes quieran estudiar, sin pruebas estandarizadas como la PAES que solo funcionan como filtros para dificultar que hijos de trabajadores y trabajadoras puedan estudiar, sosteniendo lógicas elitistas que siguen primando.
De la misma forma, toda universidad que se vea envuelta en casos de corrupción, debiese estatizarse de forma inmediata, porque no es posible que el dinero que va desde los bolsillos de los trabajadores a estos privados, sea para seguir manteniendo sus privilegios. Al mismo tiempo, la administración de cada establecimiento educacional, tiene que ser democrática. No pueden seguir siendo las autoridades las que tomen todas las decisiones, sino que debe ser la comunidad educativa, es decir, estudiantes, funcionarios y académicos, quienes decidan cómo utilizar los recursos como también, las principales necesidades que puedan tener. Para esto es clave retomar la lucha contra el mercado educativo, donde el movimiento estudiantil ha sido el principal protagonista, en donde no solo tiene que haber una delimitación con la derecha, sino que también no puede existir ninguna confianza en el gobierno de Gabriel Boric, quienes se plantearon como un gobierno de las grandes transformaciones, pero solo ha seguido mostrando la continuidad de la politica concertacionista.