Llamamos a la abstención o voto nulo, pero lo hacemos en la perspectiva de luchar para poner en pie una nueva izquierda obrera y socialista, anticapitalista y de los trabajadores frente al desastre del chavismo y su falso “socialismo del siglo XXI” con empresarios, y frente a la oposición proimperialista.
Jueves 7 de diciembre de 2017
El próximo 10 de diciembre se realizan las elecciones municipales. Al igual que las elecciones a gobernadores del 9 de octubre estas se realizan bajo una ANC fraudulenta y autoritaria, y aunque si bien los principales partidos de la oposición de derecha decidieron no participar, existen también diversas fuerzas que se reivindican del chavismo crítico que se presentan en oposición a los candidatos oficiales del PSUV, así como de partidos que han estado vinculados de una u otra manera a la MUD. Además, estas municipales se realizan también en el marco de las negociaciones entre el chavismo y la oposición en búsqueda de pactos en función de sus intereses en República Dominicana. Ninguno de los sectores que presentan candidatos expresan los intereses de las grandes mayorías trabajadoras y populares, es decir, no existe expresión independiente de izquierda ni de los trabajadores.
Unas elecciones municipales para completar la "gran maniobra" iniciada con la instalación de la Asamblea Constituyente del chavismo
El gobierno de Maduro ha venido realizando elecciones en las fechas que bien le place en función de su conveniencia. Así, por ejemplo, las pasadas elecciones de gobernadores debieron haberse llevado a cabo a finales del 2016 pero el gobierno decidió no realizarlas frente al temor de llevar una derrota, pues venía de perder las elecciones legislativas de finales del 2015 con un resultado aplastante a favor de los partidos aglutinados en la llamada Mesa de Unidad Democrática. Para ello contó con un Consejo Nacional Electoral completamente manipulable y controlado.
Esto lo hizo, luego de haber impuesto una fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente que se declara plenipotenciaria y supraconstitucional. La convocó asegurándose todos los medios para no perder, donde al final de cuentas solo participó el chavismo oficial, dando por resultado incluso una “Constituyente” que más bien parece un congreso del PSUV ampliado, y que extiende sus poderes “plenipotenciarios” por dos años. Una Constituyente, que era convocada luego que en su ofensiva política y de calle de los meses anteriores la derecha no logró quebrar a su favor la unidad de mando de las Fuerzas Armadas y la “presión internacional” –es decir, la injerencia imperialista– no fue suficiente para doblegar al gobierno. Con fraude y represión extendida, el gobierno logró colocar a la derecha a la defensiva incidiendo luego en su división.
Si bien el gobierno de Maduro no termina de estabilizarse, jaqueado centralmente por la fuerte crisis económica, se le termina de imponer a la oposición. Pero como hemos sostenido, esto no ha sido producto de algún cambio en la correlación de fuerzas a nivel de apoyo de masas, de que haya recuperado apoyo popular o que haya contado a su favor con la movilización mayoritaria del pueblo trabajador. Maduro sigue siendo tan o más impopular que hace unos meses, la superación temporal de su grave crisis es producto de sostenerse cada vez más en las Fuerzas Armadas, acentuando su bonapartización: concentra más aun poderes y facultades en el Ejecutivo, pasando por encima de los mecanismos y disposiciones de la propia democracia burguesa, de sus propias leyes, dejando cualquier cantidad de derechos y garantías democráticas a merced de lo que se le antoja al gobierno, controlando e instrumentalizando para esto al poder judicial (Tribunal Supremo) y el electoral (CNE), suprime poderes del poder legislativo –vía la ANC–, lo cual no fuera posible si no contara con el respaldo y sostenimiento de los militares.
Las Fuerzas Armadas han venido avanzando a paso sostenido, seguramente como recompensa luego de su papel jugado en la grave crisis política que sacudió al gobierno de Maduro entre abril y julio. El avance en el control de PDVSA, donde los militares pasan a controlarla, llegando a tener con ello en sus manos la mayoría de las áreas de la economía y de infraestructura que generan renta, es toda una expresión política del poder que han venido adquiriendo.
El gobierno se jacta de que en menos de cinco meses habría realizado tres elecciones queriendo hacer gala de democracia, la de los comicios para la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente en la que solo participaron fuerzas del chavismo, la de las regionales y ahora la de las municipales. Pero se trata de un “barniz democrático”, pues el gobierno ha venido gobernando por un estado de excepción que ya casi se extiende por tres años, actuando por decreto y bajo restricción de derechos democráticos, existiendo un condicionamiento de las libertades públicas y democráticas y ampliación de las atribuciones de las fuerzas represivas, reforzando el control social y político.
Por lo pronto, el chavismo se apresta a completar en las municipales la "gran maniobra" iniciada con la instalación de la ANC, continuada con las de gobernadores que obligó a los electos por la MUD a juramentarse ante la ANC (dividiendo a la oposición, pues el electo por Zulia se negó a hacerlo, por lo cual se le impidió asumir) y fabricándose así, con maniobras de todo tipo, una nueva victoria electoral. La derecha que viene de sufrir un fiasco en las elecciones a gobernadores y se dividió entre acusaciones mutuas, no se presenta, pero en esta ocasión no se trata de un boicot sino más bien expresión de su debilidad, teniendo más bien un tinte defensivo, para deslegitimar la maniobra de Maduro.
Elecciones municipales bajo las negociaciones entre el gobierno y la oposición en República Dominicana y la vista puesta en las presidenciales
Mientras se realizan estas elecciones municipales se están llevando a cabo negociaciones de más largo alcance o algún tipo de transición política en los encuentros entre chavismo y oposición en República Dominicana. La presencia de seis países de la región actuando como “acompañantes”, además de realizarse bajo la mediación directa del presidente de República Dominicana y de la presencia del ya histórico mediador José Luis Rodríguez Zapatero, le dan un carácter muy diferente de los encuentros anteriores.
Si bien es claro que La oposición asiste al diálogo en una situación debilitada y dividida, siendo un sector de ella la que se ha sentado a negociar con el gobierno de Maduro, centralmente el de los partidos mayoritarios como Voluntad Popular, Un nuevo Tiempo, Acción Democrática y Primero Justicia, otro sector rechaza de plano dichos diálogos con el chavismo como es el caso de Vente Venezuela de María Corina Machado y Antonio Ledezma de Alianza Bravo Pueblo, entre otros, que incluso llegan a tildar de traidores y de hacerle el juego al gobierno, y son los que se negaron incluso a participar en las elecciones a gobernadores.
Aunque es más que claro que el imperialismo estadounidense ha jugado un papel central en forzar al gobierno de Maduro a sentarse a negociar con este sector mayoritario de la MUD, e incluso que llegase a aceptar como “acompañantes” a países propuestos por la oposición como Chile, México y Paraguay. En este sentido han venido actuando las sanciones de Estados Unidos, tal como declarara a mediados de octubre Thomas Shannon, actual subsecretario de Estado para Asuntos Políticos del gobierno de Trump.
En estas negociaciones uno de los puntos centrales, entre otros, ha sido, según han declarado los integrantes de la mayoría opositora, “lograr garantías electorales” de cara a las elecciones presidenciales previstos para 2018. Efectivamente, no solo los ojos de la oposición están puestos en las presidenciales sino también los del chavismo. El PSUV ya ha anunciado oficialmente que Maduro se lanzará como candidato para la reelección, y se podría afirmar que se trataría de un anuncio prematuro siendo que por el calendario tendrían que realizarse en diciembre del 2018, pero es que se considera que el gobierno estaría programando anticipar las elecciones presidenciales para el primer trimestre del año entrante, y esto sería también producto del pacto con la oposición.
Si estas elecciones municipales se muestran deslucidas, y seguramente el chavismo oficialista se llevará la mayoría de las alcaldías aprovechándose de todo el aparato del Estado y del gobierno, los verdaderos entretelones se encuentran en las negociaciones entre el gobierno y la oposición, y de cara puesta hacia las presidenciales.
Los intereses de los trabajadores y los sectores populares no están presentes en estas elecciones municipales
El gobierno administra la crisis garantizando los intereses de los capitalistas y los corruptos (más allá de la supuesta “cruzada” que dice estar llevando a cabo en PDVSA, donde más bien esto es expresión de la pugna de poderes, pues si es por corrupción todos los sectores, empresas del estado y entes gubernamentales están plagados), por encima de las necesidades de los trabajadores y el pueblo: mientras se viven verdaderos dramas y tragedias por falta de medicinas y de comida, el gobierno reduce la importación de los mismos para garantizar que millones de dólares sean usados para pagar la deuda externa al capital financiero internacional; pacta regularmente con los empresarios aumentos de precios para garantizar el nivel de ganancia de estos, a costa de golpear el bolsillo obrero y popular; devalúa cada vez más el bolívar, hundiendo el salario y garantizando mano de obra barata a los empresarios –sobre todo al capital transnacional; mientras aquí por falta de esos recursos aumentan dramáticamente la mortalidad infantil y la materna, las muertes por enfermedades curables como el paludismo y la malaria, la infraestructura de las escuelas y liceos públicos está por el piso, la industrias públicas necesitan recursos, incluyendo la industria petrolera, el gobierno no mueve un dedo para obligar a empresarios y a funcionarios corruptos a repatriar la descomunal cantidad de dólares provenientes de la renta petrolera pública que han fugado en casi dos décadas.
El gobierno pretende que el pueblo esté satisfecho con la limitada y mísera bolsa mensual (en algunos casos ni mensual) de alimentos distribuida por sus CLAP, con sus promesas de “arranque”, “relanzamiento”, “reimpulso” y cuanta palabra rimbombante se le ocurre sobre la economía. Al tiempo que afianza su autoritarismo, sin tolerar ninguna lucha seria de los trabajadores ni de los sectores populares, respondiendo con coacción y represión ante el malestar y el descontento popular.
Si bien los partidos mayoritarios de la MUD no se presenta en estas municipales (aunque sí existen otros organizaciones opositoras e incluso figuras que siempre han estado ligados a la MUD que se lanzan a “nombre propio”) , estos continúan con su demagogia con los padecimientos del pueblo, pero representa un programa de mayor sometimiento a las necesidades de los empresarios por encima de las necesidades de los trabajadores y el pueblo: quieren echar abajo los controles que aún mantiene el chavismo (de precios, de cambio, etc.), dar más “libertad” aún a los empresarios para que aumenten precios y despidan como les venga en gana, reprivatizar empresas, profundizar la dependencia aumentando el endeudamiento nacional y una entrega más acelerada de nuestros recursos al capital transnacional. La promesa de la derecha, es el viejo cuento neoliberal: hay que favorecer primero las necesidades empresariales para que luego al país y a los trabajadores les vaya bien.
El chavismo crítico en estas elecciones
En diversas ciudades del país, el llamado chavismo crítico y otros sectores que se han ido desprendiendo del gobierno de Maduro y del PSUV, lanzan en estas elecciones sus candidatos contra los del gobierno. Muchos lo hacen incluso por las tarjetas de partidos que pertenecen al Gran Polo Patriótico, como el PCV y el PPT, Tupamaros, etc., coalición con supremacía del PSUV que ha garantizado en todo este tiempo los candidatos oficiales del gobierno en cuanta elección haya existido.
Así, por ejemplo, en el municipio Libertador (Caracas), muchos sectores que en otros momentos han sido incluso integrantes del gobierno y ahora se han distanciado del PSUV y del gobierno de Maduro, lanzan con bombos y platillos a Eduardo Samán, un ex funcionario del gobierno y que ahora es integrante de Patria Para Todos (PPT). Se trata de una candidatura de “oposición dentro del chavismo” o como el propio Samán sostiene “Somos la expresión de la diversidad dentro de la Revolución” sosteniendo que habrían logrado aglutinar a "buena parte de los militantes del PSUV, PPT, PCV, Movimiento Redes, PRT, Corriente Marxista, Voces Libertarias, entre otros”, anunciando que el suyo será “un Gobierno Municipal de todas las fuerzas patrióticas”. Aunque teniendo un programa en el marco del chavismo, el CNE ha buscado la manera de ocultar su candidatura llegando al extremo de no realizar los cambios para que su nombre aparezca en las tarjetas del PPT y el PCV partidos con legalidad que lo impulsa. Para resolver los problemas urgentes del pueblo hacen falta una seria de medidas (como las que expresamos más abajo) que solo se pueden alcanzar mediante la organización y movilización independiente y combativa de los trabajadores y sectores populares, contra el gobierno, su represión, los empresarios y la derecha, una perspectiva no aparece por ningún lado en la candidatura de Samán, sino solo la promesa de una gestión honesta y "chavista". Pero Samán lejos está de representar algo parecido a una fuerza independiente en función de los grandes intereses de las mayorías trabajadoras y populares.
Por su parte Marea Socialista también llama a apoyar Unidad Política Popular 89 (UPP-89) llevando en diversos lugares candidatos bajo esta tarjeta. UPP-89 se trata de un movimiento que se separa de Maduro y del PSUV a finales del 2016, sosteniendo que “Al Gobierno y a su dirigencia ya no les interesa el proceso revolucionario, ni la construcción del socialismo, ni el legado del Comandante Chávez”. Su secretario general es Reinaldo Quijada, exfundador de Clase Media Revolucionaria y militante del chavismo con Chávez, así como con Maduro hasta el momento de su distanciamiento. Marea Socialista no se plantea ninguna perspectiva de independencia de clase, más bien su objetivo es aglutinar a todo sector que se vaya desprendiendo del gobierno de Maduro, incluso de personalidades que tuvieron grandes responsabilidades en el gobierno nacional, pero bajo la égida del chavismo, como se ha visto permanentemente en las distintas plataformas que ha ido organizando, buscando rejuntar a todos aquellos que se mantienen con “el legado de Chávez”.
Existen candidatos oriundos incluso del chavismo crítico que pasaron de ser figuras públicas de Marea Socialista, como Nicmer Evans, a presentarse en la tarjeta de partidos evangélicos, reaccionarios como Nueva Visión de País (Nuvipa). Un partido que sostiene que sus “principios fundamentales estarán basados en los enseñados por Jesucristo y que aparecen expresados claramente en la Biblia, la escritura sagrada”, “un movimiento político-social que con los principios del Reino de Dios traeremos solución los problemas que nos aquejan”. Un partido que se opone tajantemente al matrimonio igualitario con argumentos reacciones y en total línea de los antiabortistas, es decir una expresión política de lo más atrasado del oscurantismo. ¿Qué tiene que ver toda esta alianza de Nicmer Evans con la construcción de una nueva izquierda que dice sostener?
Abstención o voto nulo
Como vemos en estas elecciones no hay ninguna expresión de la clase obrera o de una izquierda anticapitalista por la cual llamar a votar para disputar la conciencia y la voluntad política a los partidos que defienden el orden imperante, para hacerle frente a los partidos que buscan por unas u otras vías continuar descargando la crisis del capitalismo rentístico sobre nuestras espaldas.
En estas circunstancias, desde la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS) llamamos a la abstención o voto nulo ya que no hay ninguna candidatura que esté por la independencia política de la clase trabajadora. Debemos darle la espalda a todos los candidatos que lanza el gobierno, así como los diversos candidatos que estuvieron ligados a la MUD y su circo de promesas, su demagogia, pero también no llamamos a votar a los candidatos que en el nombre de un “chavismo crítico” continúan llevando a los trabajadores al callejón sin salida de la conciliación de clases. Buscamos, por el contrario las vías para poner en pie la fuerza de lucha de los trabajadores y el pueblo pobre, para pelear de manera independiente por un programa económico obrero y popular de emergencia que dé respuestas a las necesidades del pueblo. En el caso de aquellos trabajadores y trabajadoras, habitantes de los sectores populares a quienes coacciones y obliguen a ir a votar, que el gobierno chantajee con desmejorar laboralmente o despedir, con la burocracia sindical de cómplice, o con quitarle el acceso a los planes del Estado (como la bolsa de al CLAP), el voto nulo es también una opción para expresar el rechazo a estos candidatos.
Hay medidas elementales que podrían tomarse para dar solución a muchos de los problemas actuales de los trabajadores, las mujeres y los sectores populares: como el cese del pago de la deuda externa; la repatriación obligada de los capitales fugados; la escala móvil de salarios y un verdadero control de precios ejercido directamente por los propios trabajadores y las comunidades; reimpulso de las empresas públicas bajo un verdadero control obrero sin militares ni burócratas del gobierno; un plan nacional de construcción y mejora de hospitales, escuelas y viviendas con los recursos del no pago de la deuda; reparto de las horas de trabajo; control de los trabajadores de toda institución o empresa que despida o cierre; distribución de alimentos en manos del propio pueblo trabajador; pase a propiedad pública, bajo control de los trabajadores y sectores populares, sin ningún tutelaje militar ni del gobierno, de los principales monopolios y empresas de alimentación.
Estas y otras medidas no se toman porque implicarían poner en primer plano las necesidades obreras y populares en contraposición a los intereses empresariales y de la casta corrupta. Son medidas que solo podremos obtener mediante la movilización y la lucha, con total independencia política y de clase. Ninguna de las candidaturas plantea una perspectiva en este sentido.
Hay que poner en pie una nueva izquierda obrera y socialista, anticapitalista y de los trabajadores
Frente al desastre del chavismo y su falso “socialismo del siglo XXI” con empresarios, y frente a la derecha proimperialista, desde la LTS sostenemos que hay que construir una alternativa verdaderamente independiente de todo proyecto burgués, sea “bolivariano” o el que levantan los partidos de la oposición, hace falta una nueva izquierda, anticapitalista de los trabajadores. Por eso desde la LTS hemos defendido siempre una posición independiente ante el gobierno y creemos que hace falta una política consecuente, que busque desarrollar la fuerza social y política de los trabajadores para dar verdadera salida a los problemas nacionales. Hace falta que la clase trabajadora se organice políticamente y esa debe ser la pelea de una izquierda realmente revolucionaria.
No acordamos con quienes creen posible un “chavismo crítico” ni quienes, para enfrentar a Maduro, se ponen a la zaga de la derecha o se niegan a hablar de independencia política de la clase obrera, para poder hacer frente difusos, sin programa ni delimitación clara. Pero estaremos a favor de aportar, sin sectarismo, a todo fenómeno que pueda contribuir a avanzar, claro que, llevando nuestras ideas y aportes a aquellos escenarios para discutir de cara a los trabajadores, los jóvenes, las mujeres que buscan una alternativa.
Para aportar a esa tarea, desde la LTS nos proponemos confluir con compañeros y compañeras de la juventud, trabajadores, mujeres, en base a la intervención, sacando conclusiones y haciendo una experiencia común en agrupaciones con los compañeros y compañeras con que vayamos avanzando en acuerdos. Como parte de estas tareas, impulsamos La Izquierda Diario Venezuela que ponemos a disposición de las luchas y la organización de los trabajadores y los oprimidos, una voz para fortalecer los combates cotidianos contra el gobierno y la oposición derechista, que es parte de una red internacional de diarios en 5 idiomas, en una docena de países de América y Europa, entre ellos, en Argentina donde el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) en el FIT, hace parte de un frente que acaba de sacar 1.300.000 votos, diputados y más de 40 cargos en todo el país, como alternativa obrera y socialista a la derecha neoliberal y al nacionalismo peronista. Desde esta lucha por la independencia política de los trabajadores llamamos a poner en pie una izquierda obrera y socialista, revolucionaria y verdaderamente anticapitalista arraigada en la clase obrera, como parte de la lucha por un partido revolucionario que se proponga la lucha por un gobierno de trabajadores.