En el marco de la situación de emergencia sanitaria por la pandemia, una recorrida por las escuelas de La Plata muestra una situación problemática. En muchos establecimientos, no se enviaron artículos de limpieza. Las viandas son insuficientes. Desde la Izquierda Diario, reproducimos algunos testimonios de trabajadoras y trabajadores de la educación.
Jueves 19 de marzo de 2020 08:40
Hace cuatro días que no hay clases en todas las escuelas del país. Cientos de docentes cumplen guardias para garantizar la continuidad pedagógica y están en las escuelas para conversar y colaborar con las familias que se acercan. Lo mismo hacen los y las auxiliares; dando respuesta a una de las inquietudes más recurrentes: saber qué pasa con los comedores.
En la provincia de Buenos Aires, hay 4 millones de alumnos. El 40% depende de los comedores para tener, al menos, una comida diaria.
Desde la Izquierda Diario, nos acercamos a escuelas de la ciudad para ver cómo se está atravesando esta situación y en qué condiciones.
Una compañera auxiliar de la Escuela Primaria Nº 13 nos decía que no hay elementos de limpieza, ni alcohol, ni lavandina, ni trapos. Tampoco hay mercadería para las viandas. Ellas están cocinando con lo que sobró de la semana anterior. Nos cuenta que llegan niños a buscar la comida en tupers y que todavía no recibieron los bolsones para repartir.
En cada escuela, se repite una situación similar: son las y los auxiliares junto a docentes de las escuelas quienes deben hacerle frente a esa demanda.
En la Escuela Primaria Nº 16, la situación es muy parecida. No hay elementos de higiene ni de desinfección. Están cocinando con alimentos que tenían en la escuela. Recién ayer llegaron los bolsones con leche y magdalenas para repartir a quienes se acerquen. Todo depende de la predisposición –y del bolsillo- de quienes trabajan en la escuela.
En la primaria Nº 125 tienen muchas dificultades para armar las viandas, ya que hay pérdidas de gas desde el año pasado.
Las escuelas de la provincia atraviesan esta situación desde hace años. La pandemia del coronavirus hace evidente que no se puede enseñar de este modo. Ni aprender. Ni comer. Sin embargo, la falta de higiene, la falta de insumos, la falta de agua o pérdidas de gas es la realidad cotidiana para cientos de alumnos y alumnas, para cientos de trabajadores y trabajadoras. ¿Qué va a pasar cuando se termine la cuarentena? ¿Se puede volver a los establecimientos educativos con estas condiciones de higiene?
Las escuelas le vienen haciendo frente al brote de dengue, al sarampión y ahora al coronavirus. Pero esto no es virtud del gobierno, sino que son todas y todos los trabajadores de la educación que hacen de la escuela un engranaje con la familia y pueden organizar junto a los trabajadores del barrio cómo intervenir en cada crisis.
En este marco, el rol de las y los trabajadores de la educación es, como queda expresado, muy importante.
Estos ejemplos muestran que somos las y los trabajadores los verdaderos interesados en preservar la salud y las condiciones de vida de los sectores populares en una crisis de esta magnitud, donde las salidas individuales sólo conducen al aislamiento y el “sálvese quien pueda”; mientras millones quedan desamparados sin poder garantizarse siquiera las condiciones mínimas de subsistencia.