Mientras los empresarios despiden, suspenden, rebajan salarios, las obreras textiles de la Cooperativa Traful Newen, reconvirtieron la fábrica para producir barbijos y generaron nuevos puestos de trabajo.
Martes 7 de abril de 2020 19:17
Las obreras textiles, en el marco de la emergencia sanitaria, reconvirtieron la producción de la cooperativa Traful Newen para producir barbijos, ambos y ropa para el sistema de salud de la Provincia de Neuquén. Un ejemplo que toda la industria textil debería seguir para producir masivamente barbijos y que Estado los reparta a toda la población.
“Ante la pandemia que vivimos, la asamblea de trabajadoras decidió convertir la producción, poner la gestión obrera al servicio de la comunidad. Por eso, hoy estamos haciendo barbijos, camisolines y ambos”, cuenta Marina Catilao, referente de la gestión obrera textil.
Hoy “somos una gestión obrera” y “somos un claro ejemplo de que fábrica que cierra se puede poner a producir por sus trabajadores. Se puede reconvertir la producción. Creemos que hoy la salida es poner las empresas privadas al servicio de la salud de la población”.
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La reconversión de la fábrica no sólo permitió poner la producción al servicio de enfrentar la pandemia sino que por la alta demanda, permitió incorporar a nuevos trabajadores y trabajadoras.
“Sabemos que en el país se están produciendo miles de despidos y suspensiones. Nosotras tenemos el orgullo de decir que hemos podido incorporar dos compañeros emblemáticos de la lucha del Parque Industrial".
Esta semana se sumaron Franco Vergara y Carmen Puel. Ambos referentes de la lucha de los madereros de MAMen el Parque Industrial de Neuquén.
Carmen Puel: “La verdadera respuesta en esta crisis la damos las trabajadoras y trabajadores”
Carmen es quien junto a compañeras, hijas y familiares de los madereros pusieron en pie la comisión de mujeres que permitió sostener una incansable lucha en defensa de lo puestos de trabajo. Hoy se desempeña como costurera en la textil. “Es un tremendo orgullo para mi. Cuando recibí el llamado fue algo tremendo no lo podía creer”.
Carmen era una trabajadora informal, con la cuarentena no pudo trabajar más, al igual que su pareja. Destacó el ejemplo de las textiles en un contexto de “crisis sanitaria y social donde la burocracia sindical no hace nada dejando a miles de trabajadores y trabajadoras en la calle”. En este sentido señaló que la gestión obrera, con mujeres al frente “estamos dispuestas y en condiciones de abastecer al sistema de Salud provincial, acrecentando la producción y generando trabajo.
“La verdadera respuesta en esta crisis la damos las trabajadoras y trabajadores, con organización y poniéndonos al frente de ello”.
Franco Vergara: "Las empresas tienen que adecuar la producción a las necesidades de los trabajadores y de la gente”.
“Muy contento de que las compañeras textiles hayan decidido incorporar gente a la gestión obrera”, expresó Franco que ahora se desempeña como cortador en la textil. Y relató cómo vive esta experiencia: “Yo trabaje en una empresa bajo patrón y el clima es completamente distinto. La verdad que acá uno se siente acompañado de estar entre trabajadores, aprendiendo un nuevo trabajo de cortar madera a cortar tela”.
En este sentido destacó la importancia de reconvertir la producción y “empezar a trabajar para lo que se necesita. Eso es lo que tenemos que hacer los trabajadores, más en las gestiones obreras, producir para lo que se necesita”.
Franco cuenta que las textiles siempre “fueron un ejemplo para los madereros y hoy son un ejemplo para todos los trabajadores. No solamente del país sino de todo el mundo. Las empresas se tienen que adecuar la producción a las necesidades de los trabajadores y de la gente”.
Mónica Salvador, es la cortadora de la fábrica. Está muy contenta con la incorporación de los nuevos compañeros. “No damos a basto con el tema de tizar, encintar y cortar así que se tomó la decisión de tomar a dos personas, una para máquina y otra persona que se encargue del encimado y el corte. Para ese puesto se lo destinó a Franco Vergara. Aprendió muy rápido y ya está cortando así que muy conforme”.
La unidad obrera estudiantil, también presente en esta experiencia
Por iniciativa de la presidencia del Centro de Estudiantes de Humanidades, estudiantes colaboran como voluntarioscon las obreras textiles.
“Decidimos sumarnos apenas nos enteramos que las obreras textiles resolvieron en asamblea reconvertir su producción y utilizar todos los recursos, las técnicas y las máquinas para la fabricación de barbijos, que es lo que está faltando en este momento”, dijo Carla, presidenta del Centro de Estudiantes de Humanidades.
“Queremos abrir la discusión si este ejemplo se extendiera en todo el país, utilizando las grandes fábricas con mayor tecnología para poner todo en función de esta pandemia".