En las vísperas de año nuevo, Nicolas Maduro libera a 6 opositores en medio de los diálogos entre la derecha y el gobierno, fomentados por el Unasur y el Vaticano
Domingo 1ro de enero de 2017
El gobierno de Nicolás Maduro liberó la madrugada de este sábado, en víspera de Año Nuevo, a seis opositores presos, entre ellos el excandidato presidencial Manuel Rosales, que estaba bajo arresto domiciliario desde el 19 de octubre.
Con estas liberaciones de hoy suman 16 los presos excarcelados desde que se iniciaron las negociaciones entre gobierno y oposición, con la mediación del Vaticano y de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur), representada por los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Martín Torrijos (Panamá) y Leonel Fernández (República Dominicana).
Hugo Chávez derrotó a Rosales en las elecciones de 2006 por más de tres millones de votos. En 2008 le denunciaron por enriquecimiento ilícito, lo que provocó su posterior exilio, primero a Perú y luego a Panamá. Otro destacado opositor liberado fue el polémico editor Leocenis García, a quien el gobierno le expropió en 2015 su grupo informativo, Sexto Poder.
En medio de la caída de los precios de las materias primas a nivel internacional, Latinoamérica ha sido una de las más golpeadas, esto ha servido para el ascenso de la derecha en aquellos países más golpeados como Venezuela, Argentina y Brasil. El ascenso de la derecha solo ha sido posible gracias a que aquellos gobiernos post-neoliberales solo se dedicaron a la administración de la crisis, tomando medidas contra el pueblo trabajador como los llamados “tarifazos”.
Sumergido en una profunda crisis económica el gobierno de Nicolás Maduro y entre las movilizaciones de la derecha que buscan desestabilizarlo, el gobierno ha tomado una posición cada vez más conciliadora. A partir de los diálogos impulsados por el vaticano la derecha está logrando una posición cada vez más favorable a una salida electoral utilizando las movilizaciones como herramienta para mejorar su correlación de fuerza y para privar de base social al gobierno bajo el discurso de la probidad, el mismo que utilizaba (sínicamente) Macri y sectores de la golpista derecha brasileña.