Tras 30 años de labor, uno de los jueces del Tribunal supremo se jubila. La designación del nuevo juez puede poner el peligro el derecho al aborto.

Joss Espinosa @Joss_font
Jueves 5 de julio de 2018
Tras la jubilación de Anthony Kennedy, juez del Tribunal Supremo de EE.UU., después de haber trabajado 30 años ahí, el presidente Donald Trump tiene la capacidad de asignar un nuevo candidato para ocupar su lugar.
Kennedy, pese a que era conservador, mantenía posiciones progresistas ante temas sociales como el aborto, el matrimonio igualitario y otras iniciativas que fueron aprobadas por el Tribunal Supremo durante administraciones pasadas.
El Tribunal Supremo aprobó el derecho al aborto en Estados Unidos, en el año de 1973.
Durante la campaña presidencial de Trump, para ganar la simpatía de sectores ligados a la iglesia y conservadores, el ahora presidente prometió que los candidatos a ocupar los lugares de jueces en el Tribunal Supremo, serian hostiles a las leyes a favor del aborto.
Desde su asunción, ha destacado el discurso abiertamente machista y homófobo de Trump, quien además de haber hecho declaraciones en contra del derecho al aborto, ha arremetido también en contra de los derechos de la comunidad sexodiversa.
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Los favoritos de Trump son abiertamente conservadores
Los dos nombres más sonados para ser candidatos son Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett. El primero, un juez de 53 años que recientemente le negó el derecho al aborto a una migrante que estaba detenía. La segunda, jueza de 46 años que ha sido interpelada por mezclar su fe católica con los fallos que da como jueza.
Aunque estas son algunas de las apuestas de Trump, falta definir cuál será el candidato definitivo, y que éste sea aprobado por el Senado.
Si bien es complicado que el Tribunal Supremo implemente una ley que contradiga otra ley aprobada por el mismo, lo que sí puede implementarse, como en otras ocasiones, es algún tipo de sanción que recorte o haga más complicado el derecho al aborto. Esto aunado a las amenazas de Trump de recortar presupuesto a organizaciones o clínicas que están a favor del aborto.
Va a ser muy complicado revertir un derecho conquistado hace ya varias décadas, sin embargo no está descartado que se implementen trabas para ejercer plenamente este derecho para la comunidad estadounidense.
La derecha contra nuestros derechos, ¡ampliemos la organización!
Pese a que aún no hay nada definido, el discurso de Trump y las posibilidades que tiene de atentar contra el derecho al aborto deja ver que no por tener ciertos derechos quiere decir que los tenemos garantizados para siempre.
A nivel internacional la derecha ha intentado acabar con el derecho al aborto, como fue el caso del Estado Español hace algunos años, en donde intentaron cortar este derecho, algo que fue repudiado con enormes movilizaciones.
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El caso de EE.UU. nos deja claro que la lucha y el movimiento de mujeres debe fortalecerse. Por la conquista de derechos, su ampliación y su defensa, pues en tiempos de crisis el Estado quita con la mano derecha lo que en algún momento dio con la izquierda.
Ante la media sanción sobre el tema en Argentina y la situación de EE.UU., hay que redoblar la organización hasta que no haya ni una menos por abortos clandestinos, pues sobrevivir a un aborto es un privilegio de clase, exijamos en todo el mundo que el aborto sea ley.
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No podemos resignarnos a los derechos conquistados hasta ahora, o la ampliación de ellos. Las conquistas, como la del derecho al aborto, deben ser pasos firmes para avanzar en una perspectiva que se plantee no sólo las mejores condiciones en los marcos de esta democracia, sino la lucha y conquista de un mundo sin opresión ni explotación.