El Gobierno está avanzando en la aprobación de su proyecto de desmunicipalización que se supone mejora las condiciones de trabajo de los profesores y de estudio de los estudiantes, y en realidad no hace más que afectarlos.
Martes 26 de septiembre de 2017

A fines de agosto los profesores realizamos un nuevo paro y distintas acciones como una marcha a Valparaíso hasta el Congreso en rechazo a la reforma del Gobierno.
¿Por qué la rechazamos? Entre otras razones, porque en vez de buscar un acuerdo con los profesores, lo hicieron con la derecha, acordando que el traspaso a los Servicios Locales de Educación (SLE) sea gradual y voluntaria. ¿Por qué? Porque la mayoría de las Municipalidades con alcaldes de derecha no quieren el traspaso para mantener sus privilegios de comunas más ricas.
Pero la principal crítica es de fondo: no cambia el modelo educacional, como se ve en que se mantiene el financiamiento a través de "vouchers" y no con aportes basales a la educación pública, lo que mantiene la odiosa discriminación entre una educación de primera y una de segunda.
También porque aunque hay aumentos de sueldos para un pequeño sector de las y los profesores, se mantienen las precarias condiciones de trabajo: no se hace cargo de la deuda histórica, se mantiene el sistema a contrata con cada fin de año teniendo que enfrentar la incertidumbre sobre si volveremos a ser contratados o no.
Hoy, la deuda histórica es la del no pago del Bono SAE (Subvención Adicional Especial) por parte de los alcaldes. Por eso el Colegio de Profesores tiene a 110 alcaldes demandados ante la justicia.
Por último, porque con el traspaso a los SLE, muchos trabajadores de la educación, cerca de 5.000, podrían perder sus trabajos.
Hasta ahora parece que una vez que se apruebe la reforma, de los más de 5.000 colegios municipales, serán 237 establecimientos los que sean traspasados a los SLE, empezando por el Servicio de Barrancas (municipios de Cerro Navia, Pudahuel y Lo Prado), y Puerto Cordillera (Coquimbo y Andacollo).
Y hay problemas más estructurales, el síndrome del burnout, o agotamiento emocional, que es resultado de las condiciones laborales: la pesada carga laboral, el alto número de estudiantes por sala, el clima organizacional y la multifuncionalidad laboral.
Por esto, la reforma del Gobierno, que logró el apoyo de la derecha, no es lo que los profesores demandamos, y debemos seguir organizándonos para conseguirlo.