En el primer día tras la feria judicial, el representante del Gobierno en el juicio cambió su alegato (que había sido consensuado con toda la querella). Ahora no inculpa a los exfiscales Mullen y Barbaccia. La “transparencia” solo fue para la campaña.
Mirta Pacheco @mirtapacheco1
Viernes 2 de febrero de 2018 00:13

El primer día de febrero se realizó la audiencia donde la querella de familiares y del Estado debía exponer su alegato final contra los imputados por encubrimiento, peculado y privación ilegítima de la libertad en la causa que tras 23 años de producirse el atentado donde murieron 85 personas, es hoy por hoy un monumento a la impunidad.
En este juicio están acusados el expresidente Carlos Menem, para quien la Unidad Fiscal AMIA pidió cuatro años de prisión, el exjuez Juan José Galeano contra quien pidieron trece años, el extitular de la ex SIDE (se pide seis años), también está acusado quien fuera por aquel entonces titular de la DAIA Rubén Beraja (un año) y para los exfiscales Eamon Mullen y José Barbaccia solicitó ocho años de cárcel.
En la audiencia, sorpresivamente, el Gobierno cambió al abogado que iba a estar a cargo del alegato final, un alegato que había sido construido en forma consensuada con la fiscalía. De los tres abogados querellantes en representación del Estado: Enrique Ventos, José Console, y Carlos Ortea, el primero realizaría el alegato.
A último momento, el día anterior para ser precisos, el Ministerio de Justicia a cargo de Germán Garavano, dispuso revocar el poder alegatorio de Ventos y que quien lo efectuara fuera Console, cambiando la acusación previamente determinada, este abogado dejó afuera de cualquier culpabilidad a los exfiscales que trabajaron con quien fuera el primer juez de la causa, Galeano, sobornaron, aceptaron a sabiendas falsos testimonios de Telleldín y así se convirtieron en partícipes de la impunidad que se comenzaba a construir sobre esta causa.
En dicho alegato el abogado del Ministerio dirigido por Garavano expuso: “por las razones que se expondrán, hemos de disentir (con la acusación de la fiscalía) sobre los imputados Mullen y Barbaccia entendiendo que no se ha logrado arribar a una plena convicción de su participación en los hecho que se les imputan” Quedaba así consumada la maniobra y el salto en la impunidad.
Quién es José Console
Lo primero que hay que aclarar es que Console es actualmente el Secretario del Tribunal de disciplina del Club Boca Jr., la plataforma sobre la cual fue construyendo su armado político Mauricio Macri para luego postularse a Jefe de Gobierno porteño. El presidente actual de Boca Jr., como todo el mundo sabe es Daniel Angelici, quien oficia de operador del macrismo en el Poder Judicial.
Este abogado fue el encargado de cambiar el rumbo de la acusación de la Unidad Fiscal, para tratar de dejar libre de culpa y cargo a Mullen y Barbaccia, que dicho sea de paso, todos los asistentes al juicio oral veían en cada audiencia cómo los asesores del Ministerio de Justicia se saludaban con abrazos con estos dos imputados. También en los pasillos de Tribunales es conocida la amistad del ministro Garavano con Barbaccia.
Pero los lazos con el macrismo de estos dos ex fiscales de la causa AMIA, no son recientes. Tanto Mullen como Barbaccia fueron parte del gobierno porteño de Macri, actuando cerca de quien fuera su ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro.
El gobierno de ricos que beneficia a los ricos, el gobierno que declama una independencia de poderes, con lazos más que estrechos con el llamado Partido Judicial. El gobierno de la “transparencia” que resultó tan oscuro y con prácticas tan putrefactas como los anteriores gobiernos, que uno a uno fueron (de distinta forma) garantizando la impunidad sobre esta causa.
Volviendo a los abogados representantes del Estado en esta causa por encubrimiento, pareciera que Garavano hacía prueba y error con la designación de los letrados. Primero, a penas asumió Cambiemos, nombró a tres abogados que más tarde terminaron renunciando y denunciaron “que la línea de Cambiemos se alejaba de la verdad y la justicia”, así es que llega al nombramiento de Console, Ventos y Ortea. Logró de esta manera introducir una suerte de “quinta columna” en la persona de Console para tratar de exculpar a los ex fiscales.
Por eso la querella de las familias salieron a denunciar esta maniobra que beneficia a Mullen y Barbaccia, a pesar de las acusaciones y pruebas que obran en su contra. Ya en el 2015 la Corte Suprema de Justicia tuvo que rechazar un pedido de Galeano que buscaba eludir el juicio oral, alegando “cosa juzgada”, este pedido buscaba a su vez desvincular de la causa a los ex fiscales. Los tres fueron imputados por el pago de 400 mil dólares a Telleldín para que acusara a policías que luego tuvieron que ser desvinculados.
El rechazo de la Corte Suprema permitió que el Tribunal Oral Federal N° 2 comenzara el juicio oral y público. Juicio por encubrimiento que de todos modos, no juzga la responsabilidad del Estado, sino las individuales.
Mención aparte merece el titular de la mutual judía (afín a Cambiemos), Agustín Zbar. A pesar de las pruebas, se empeña, al igual que el gobierno, en quitar culpabilidad a quienes actuaron como laderos de Galeano. En criollo: si los muchachos son del “palo”, mejor protegerlos.
Así las cosas, estos días Cambiemos a través de su ministro de ¿Justicia? Germán Garavano sumó un nuevo capítulo de impunidad a la Causa Amia.