Un buque de pasajeros pudo ver a los cuerpos, que posiblemente eran parte de una embarcación de 47 personas en total, que había naufragado debido a un temporal.
Lunes 5 de febrero de 2018 06:12
Al menos 21 cadáveres han aparecido este domingo a unas cuatro o cinco millas de la costa de Melilla, en el norte de África, tras ser avistados en el mar por un barco de pasajeros.
Eran personas migrantes todas de origen subsahariano, que podrían haber naufragado cuando intentaban llegar a las costas españolas en precarias barcas, "patera", durante los últimos días, en una zona que ha sufrido un fuerte temporal costero.
Según informaron fuentes oficiales en Melilla, ciudad fronteriza con Marruecos, los cuerpos de las personas migrantes fueron avistados este domingo por un buque de pasajeros de la compañía Trasmediterránea poco después de salir del puerto melillense con destino a Almería, sobre 14.00 horas del domingo.
Sin embargo, la portavoz gubernamental no ha podido especificar si se trataba de una patera naufragada, ni tampoco cuánto tiempo podrían llevar los cadáveres en el mar.
La Guardia Civil se desplazó a la zona con un helicóptero para vigilar el perímetro fronterizo entre la ciudad autónoma y Marruecos. Sólo pudo rescatarse un cuerpo más de un hombre subsahariano, que fue trasladado hasta Melilla. De este modo se dio por finalizado el dispositivo de búsqueda.
Personas procedentes de Mali, Guinea Conakry y Costa de Marfil entre las víctimas de la tragedia. África pone los muertos y las empresas europeas rentabilizan el control migratorio #FronteraSur https://t.co/yPtbbpg5f6
— Helena Maleno Garzón (@HelenaMaleno) 4 de febrero de 2018
Una activista de la ONG Caminando Fronteras Helena Maleno, ha informado en Twitter que se trata de 21 personas fallecidas que viajaban en una patera con destino a Melilla, en la que iban en total 47 inmigrantes.
"Por el momento no se confirman supervivientes", ha precisado Maleno en la misma red, donde ha calificado lo ocurrido como una tragedia y denunciado que "África pone los muertos y las empresas europeas rentabilizan el control migratorio".
