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Red Internacional
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ELECCIONES 14F. Endavant critica el acuerdo de la CUP con Guanyem

La organización de la izquierda independentista alerta de las pulsiones de Guanyem para llegar a acuerdos de gobierno con otros partidos.

Jueves 7 de enero de 2021

El pasado miércoles 6 de enero, la organización de la izquierda independentista, Endavant, hacía pública una declaración en la que mostraba su “preocupación” ante el pacto electoral alcanzado por la CUP, de la que son parte, y Guanyem de cara a las elecciones catalanas.

Calificaba el acuerdo como “un paso importante en una dirección equivocada”, en oposición al que sería su proyecto: una “Unidad Popular con vocación de proyecto rupturista con los Estados español y francés y el capitalismo patriarcal al conjunto de los Países Catalanes.”

Las críticas planteadas son muy pertinentes y en varias cuestiones coinciden con quienes hemos declarado desde el minuto uno de haberse hecho público en los medios, considerando que la candidatura junto a Sabater, es puente de la CUP para la búsqueda de un acuerdo con el procesismo y los Comunes. No obstante, la noticia no deja de suscitar cierta sorpresa, sobre todo dado el hecho que, tras la elección del último Secretariado Nacional de la CUP, el peso de Endavant en este y otros órganos de dirección se incrementó. En la actualidad, varios de los portavoces de la formación, como María Rovira o Edgar Fernández, son también militantes destacados de Endavant. No se aclara cuál habría sido la posición de este sector durante todo el proceso en el que se ha negociado la formación de la candidatura, que fue a mediados de diciembre, a casi un mes de esta declaración.

La crítica parte en primer lugar cuestionando el método de los acuerdos por arriba para tratar de expandir el proyecto de Unidad Popular, algo que limitaría el debate a las cuestiones institucionales e iría en contra de la construcción desde la base reivindicada por la CUP.

Llama la atención, no obstante, que aun siendo cierto el método, hasta la fecha ni Endavant ni sus militantes en puestos de responsabilidad en la CUP habían manifestado crítica alguna públicamente. Tampoco en los días en los que este pacto fue sometido a votación entre la militancia de la CUP, donde obtuvo el respaldo de casi el 80% de los y las participantes.

Endavant considera que el acuerdo conllevará una falta de claridad relativa al proyecto político que ha de guiar la actuación de la CUP en el panorama institucional. Sostienen que “en la coyuntura actual no nos podemos plantear renunciar al discurso claramente independentista y rupturista en pro de un entendimiento en un frente amplio de izquierdas que pone al mismo nivel la apuesta federalista y la independentista.”

Por otro lado, se reivindica el programa de la CUP aprobado con anterioridad a la firma del acuerdo con Guanyem. Este es interpretado como una clara oposición al “soberanismo gubernamental” y los “frentes de izquierdas” al estilo del que gobierna el Estado Español conformado por PSOE y Unidas Podemos.

Sin embargo, la formación que dirige Dolors Sabater, según Endavant, priorizaría la gobernabilidad y una clara defensa de participar en la gestión de los gobiernos con acuerdos basados en un programa de mínimos, algo que daría lugar a una tensión que piensan puede acabar estallando en la toma de decisiones.

Es innegable que Guanyem y Sabater, que estuvo al frente del ayuntamiento de Badalona con un apoyo que iba desde la misma CUP hasta ERC o el PSC, tiene una vocación de gobierno abierta. Ahora bien, no es menos cierto que este giro hacia la gestión del Estado es algo que en la CUP se viene señalando como norte en el último tiempo. El propio Albert Botrán declaraba recientemente en una entrevista a VilaWeb su apoyo a la posibilidad de un gobierno con ERC, JxCat y Comuns. Aun así, la apuesta por la lista con Guanyem y Sabater como candidata a la presidencia de la Generalitat, es todo un gesto para reafirmar este nuevo curso.

Oportunamente, Endavant muestra también su descontento respecto al reparto de las posiciones en la lista electoral, ya que consideran que el pacto ha dejado de lado a las organizaciones de la izquierda independentista y el resto de los grupos que han apoyado a la CUP en el último periodo. Además, el hecho de que la lista sea encabezada por Guanyem es visto como un peligro para los objetivos políticos del “proyecto de construcción de la Unidad Popular como bloque de ruptura independentista, anticapitalista y feminista a los Países Catalanes”, pues otorga un “una capacidad de acción unilateral independiente de lo que decida la CUP”.

Para la organización este acuerdo no se ajustaría a los retos del “nuevo ciclo” abierto tras la derrota del otoño de 2017 y consolidado con el gobierno de coalición en el Estado Español, que se caracterizaría por “un reasentamiento del Estado y un reforzamiento del régimen del 78” donde “el frente de izquierdas del gobierno español se ha convertido en el máximo defensor de la constitución española como dique de contención de las apuestas cada vez más descaradamente fascistas de las derechas españolas.”

Desde su punto de vista, los frentes amplios de izquierda acaban defendiendo el Régimen del 78 como mal menor y buscando acuerdos con el gobierno “progresista”, posponiendo así cualquier transformación profunda. Una crítica que coincide con las realizadas por otras organizaciones que hemos participado en los debates previos a la conformación de las listas. En el caso de la CRT hemos venido cuestionando este curso de moderación programática y profundización de la política de mano extendida, y por ello planteando tanto al resto de organizaciones de la izquierda anticapitalista como a los sectores de la izquierda independentista que tampoco compartieran este devenir, la necesidad de constituir un frente anticapitalista y por la independencia de clase.

A diferencia de Guanyem y otros sectores de la CUP, Endavant se posiciona en contra de cualquier acuerdo con ERC y JxCat, negando la posibilidad de entrar en el gobierno y planteando la necesidad de enfrentar a ambos proyectos políticos. El argumento detrás de esta postura se sustenta en una visión de dichos partidos como representantes de corrientes del “soberanismo gubernamental” enfrentadas por controlar las instituciones, pero vacías de “acciones políticas concretas” y “lleno de renuncias”.

Coincidiendo con ello, habría que añadirle que, además de no llevar hasta el final la agenda de demandas democráticas pendientes, estos partidos son y han sido los mejores defensores de los intereses de las grandes empresas y familias. Sus políticas neoliberales están opuestas por el vértice a cualquier lucha por la transformación social en un sentido socialista.

A pesar de estas críticas, Endavant sigue considerando que la CUP puede actuar como una herramienta imprescindible, aunque bajo una premisa, “solo si la CUP plantea el proyecto político de la Unidad Popular como alternativa rupturista al reasentamiento del Estado y el papel de oposición frontal tanto en los frentes de izquierdas socialdemócratas del mal menor como al soberanismo gubernamental de la gestión autonómica podremos avanzar en la construcción de un bloque político y social de ruptura en los Países Catalanes que nos permita aspirar a transformaciones sociales profundas y a una ruptura política real con el régimen del 78.” Sin embargo, el giro de la CUP ha consolidado el abandono de un proyecto rupturista con una candidatura más direccionada hacia un frente del mal menor, que hacia “un bloque que aspire a las transformaciones sociales profundas”.

Desde la CRT ante el curso de la CUP consideramos que es imprescindible abrir el debate entre todos aquellos sectores que no compartimos la nueva “hoja de ruta” del “nuevo ciclo”, en la que el acuerdo con Guanyem es un gran paso hacia una orientación muy alejada de una “alternativa rupturista”. Frente a una izquierda que se desliza al transitado camino de la gestión del Estado capitalista – sea en su nivel autonómico o municipal –, es urgente empezar a agrupar a toda la izquierda que quiera luchar por un programa anticapitalista, con eje en el desarrollo de la movilización y autoorganización obrera y popular y de manera independiente de todos los partidos defensores de los capitalistas.