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Red Internacional
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Enfrentar la estafa de Vicentín para defender los puestos de trabajo

Paralizada la planta Algodonera Avellaneda, ubicada en el norte de Santa Fe, 500 trabajadores se suman a los 800 ya suspendidos en San Lorenzo desde comienzos de año. Es necesario de un plan de lucha para triunfar.

Facundo Durán @FakuDuran

Martes 3 de marzo de 2020 23:34

Desde este lunes 2 de marzo, 500 trabajadores afiliados al sindicato de textiles fueron suspendidos en la algodonera ubicada en el parque industrial de Reconquista por 15 días. La empresa aseguró que se debe a una faltante de materia prima pero desde el sindicato pusieron en duda el argumento y aseguraron temer por los puestos de trabajo.

Vicentín declaró un default por alrededor de U$S 1000 millones y amenaza con la quiebra. Mientras tomaba créditos avalados por el gobierno de Macri, aportó a su campaña electoral $ 13,5 millones. La algodonera registra deudas con el banco central por $ 225 millones y, también, figura entre las principales aportantes a la campaña de Mauricio Macri por un total de $ 4,5 millones. El gobierno nacional anunció una investigación pero descartó una estatización de la planta, que permitiría evitar la estafa del no pago de los créditos al Banco Nación, la preservación de los puestos de trabajo y planificar una producción que no destruya el medio ambiente y de solución al problema del hambre.

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Que la estafa de Vicentín no la paguen los trabajadores

Desde paralización de la planta a fines de diciembre, el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento San Lorenzo (SOEA) que conduce Pablo Reguera se dedicó a negociar con la empresa y funcionarios: "Nosotros somos muy abiertos con las empresas; más allá de que cuando nos toca defender lo nuestro lo defendemos, siempre ponderamos el diálogo”, afirmó a Página 12. Las negociaciones del sindicato parten de evitar que los trabajadores aceiteros puedan expresar su fuerza en defensa de los puestos de trabajo con medidas de lucha. “Que paro vamos a hacer si la planta está parada”, sentenció Reguera omitiendo que mientras en Vicentín los obreros pelean por sus puestos, por el resto de las aceiteras dirigidas por su gremio siguen saliendo millones de dólares por día. ¿Solidaridad obrera? Te la debo.

Pero por si quedaban dudas de que Reguera está pensando en otra sintonía, solicitó a la justicia un régimen de salidas transitorias para el genocida condenado Pedro Rodríguez. “Si juzgo por su pasado, no me puedo juntar con nadie, ni nadie se va a querer juntar conmigo”, fueron las palabras que eligió para justificar su participación en el Sindicato. Está probada la participación de Rodríguez en el circuito de represión de la dictadura en San Lorenzo en el cual desapareció, entre otros, Roberto Camuglia, trabajador aceitero y delegado de la ex INDO, actual La Plata Cereal. El escandaloso pedido de Reguera de incluir en el sindicato a un represor condenado parece todo un mensaje mafioso.

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Por un plan de lucha para defender los puestos de trabajo

La defensa de los puestos de trabajo en Vicentín no puede quedar reducida a las plantas afectadas y en manos de una conducción que se muestra decidida a evitar a toda costa que los aceiteros lleven adelante medidas de acción que puedan imponerle a la empresa y al gobierno una salida favorable a los trabajadores y el pueblo. Son miles de puestos de trabajo directos e indirectos en la provincia. Es necesario desarrollar una amplia unidad de los sindicatos y organizaciones de la región, empezando por unir a los trabajadores aceiteros.

La división de los aceiteros solo beneficia a las patronales. Reguera, enfrentado y separado de la conducción nacional, dirige el principal puerto oleaginoso de toda latinoamérica, una puerta para la salida de millones de dólares en negocios legales, semilegales e ilegales que controlan un puñado de empresas monopólicas, entre ellas Vicentín.

La Federación Aceitera Nacional, conducida por Daniel Yofra, puede y debe proponerse superar esta división, impulsando el desarrollo de un plan de lucha junto a todos los gremios involucrados. Aportando su capacidad militante como hizo en la lucha del 2015, la Federación puede rodear de solidaridad la pelea de los aceiteros de la región. En aquella oportunidad, las medidas de acción directa en unidad, como el paro y los piquetes, le doblaron el brazo a todas las patronales aceiteras. Esa es la perspectiva para evitar que los especuladores de Vicentín consumen esta estafa.

La Federación viene de anunciar un paro nacional por paritarias y actualmente está en medio de una Conciliación Obligatoria. Incluir entre sus demandas la resolución favorable para los trabajadores de Vicentín es un primer paso necesario para conquistar la unidad de los trabajadores aceiteros y medidas de lucha comunes que, paralizando el cordón oleaginoso, los puertos y las cerealeras, impidan que la crisis que provocó Vicentín sea descargada sobre los trabajadores.

Desde el PTS en el Frente de Izquierda sostenemos que hay que pelear por una salida de fondo que no avale el fraude de la empresa, estatizando sin pago a Vicentín y a las grandes exportadoras, y que funcione bajo control de los trabajadores, vecinos y organizaciones ambientalistas. Esta es la forma de cobrar la estafa de los empresarios y garantizar los puestos de trabajo, con una producción que, sin destruir el medio ambiente y sin que se cobre la salud y la vida de los trabajadores, sea puesta al servicio de terminar con el hambre y la pobreza.